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Crisis del coronavirus

España está "muy lejos" del 10% de análisis de muestras de coronavirus que pide Europa para identificar variantes

Viajeros en la zona de llegadas de la terminal T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

España ha detectado 191 casos de la nueva variante del SARS-CoV2 descubierta en diciembre en Reino Unido, y 161 están bajo sospecha. La mutación con el linaje B117 (o también VUI-202012/01, pero es algo más difícil de recordar) circula en nuestro país. 191 casos, comparados con las decenas de miles de nuevos contagios que se comunican cada día en España, parecen pocos: pero los números, como pasa en ocasiones en una pandemia, engañan. En primer lugar, como no se analiza el genoma de todos los agentes que se detectan mediante una prueba PCR, la cifra real de virus procedentes de dicha variante en el país será mucho mayor. Pero si se puede considerar, o al menos así la considera el Ministerio, una muestra representativa: un subconjunto que permite estimar la circulación en todo el territorio.

Así, los cálculos de Sanidad son que "menos del 5%" de los casos de covid-19 detectados en el país son causados por la variante británica. Ya no son tan pocos. En segundo lugar, la cifra podría ser mayor en algunas comunidades: en Madrid, la estimación del Gobierno autonómico es del 9%, con picos de hasta el 33%. Y en tercer lugar, este primo del SARS-CoV2 se contagia más rápido: "Hemos visto en países de nuestro entorno que en un periodo de entre 6 y 8 semanas la cepa puede acabar teniendo una prevalencia dominante", alertó este martes el ministro de Sanidad recién relevado, Salvador Illa. Por lo tanto, es necesaria una vigilancia consistente en analizar el genoma del virus: Europa pide que se muestreen entre el 5% y el 10% de los casos. El Ejecutivo, por ahora, se plantea entre el 1% y el 2%. Y los expertos consideran difícil que se lleguen a los objetivos europeos. 

Consideran los epidemiólogos y así lo ha asegurado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, que la variante británica por ahora es minoritaria y no ha tenido la culpa del vertiginoso ascenso de casos tras la Navidad: más bien la relajación en las medidas restrictivas, el aumento de contactos sociales por las fiestas y otros factores que nada tienen que ver con la mutación del virus. Pero eso podría cambiar. Simón cree que, tal y como avanzan los datos, a mediados de marzo la variante B117 será la predominante en nuestro país: y eso podría complicar aún más la lucha contra el virus a la espera de la inmunidad de rebaño generada por la vacuna y la protección de los grupos de riesgo.

La situación por comunidades varía, también dependiendo de la capacidad diagnóstica de los laboratorios de cada autonomía. El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha encontrado en la circulación de la variante de entre el 9% y el 33% una nueva oportunidad para atacar al Gobierno central por el "coladero" de Barajas, pese a que los casos detectados provenientes de Reino Unido contaban con una PCR negativa. Los hospitales de Cantabria han detectado un 20%. Andalucía calcula un 15%, especialmente vulnerable con la frontera compartida con Gibraltar. Y muchos médicos están en alerta: casos en los que un integrante de un domicilio contagiaba a uno o dos convivientes ahora contagian a todo el núcleo familiar.

¿Y cómo se detecta? Para armonizar criterios en todo el territorio, el Ministerio de Sanidad ha publicado el documento titulado Integración de la secuenciación genómica en la vigilancia del SARS-CoV2, aprobado por las comunidades autónomas representadas en el Consejo Interterritorial de Salud. Aquí el Gobierno deja claro el protocolo a seguir, aunque se espera que con más cumplimiento que el de las vacunas. Se busca no solo estimar la circulación de la variante británica, también la "identificación precoz de nuevas variantes de interés para la salud pública", que impliquen un aumento de la transmisibilidad, de virulencia o el peor escenario: que escapen de la inmunidad generada por la vacunación. Cada comunidad autónoma designará laboratorios "de referencia" y el Centro Nacional de Microbiología funcionará como "nodo central" que estimará los resultados para el conjunto de España y comunicará los resultados tanto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) como al Centro Europeo de Prevención de Enfermedades Infecciosas (ECDC, siglas en inglés). 

Los autores del documento, sin embargo, son conscientes de las limitaciones de los laboratorios españoles. La Comisión Europea recomienda secuenciar "al menos el 5%, y preferiblemente el 10%, de los resultados positivos de las pruebas de covid-19". El Gobierno propone entre un 1% y un 2%, aunque matiza: "deberán ir incrementándose según las capacidades de cada Comunidad". Por ejemplo, con las cifras de contagios de la semana pasada recogidas por el protocolo de Sanidad, Andalucía debe secuenciar 329 muestras a la semana, como mínimo, y a ser posible 657 cada siete días. A Ceuta le bastan entre 2 y 4. El catedrático de Genética de la Universidad de Valencia Fernando González, que ha colaborado con las autoridades en la redacción de otro documento sobre potencialidad y peligros de la variante británica, cree que el 2% es suficiente para una muestra representativa que permita estimar la circulación de la mutación, pero duda de que en algún momento lleguemos al 10%. O al 5%. "Estamos muy lejos", opina. 

"Estamos muy lejos, teniendo en cuenta las posibilidades en estos momentos del sistema español. El 2% se podrá conseguir con un esfuerzo y una inversión asumibles. Pasar de ahí, superar ese umbral, va a costar tiempo porque hay cosas que no se consiguen de la noche a la mañana. Formar gente no es fácil. No se trata solo de adquirir equipos, se trata de formar profesionales que puedan analizar. No se hace de la noche a la mañana", asegura. "Como primer paso", tanto el protocolo como las metas fijadas por el Gobierno le parecen "adecuadas". "El problema es que no es final, deberíamos considerarlo como un punto intermedio". Illa, sin embargo, no cree que haya que rendirse: el Ejecutivo central pedirá más. En su última comparecencia como ministro, insistió en que lo ideal sería alcanzar las metas europeas. 

González pide paciencia para poner a funcionar la estructura de vigilancia de mutaciones que pretenden las autoridades: "No es tan sencillo organizar un cambio en el sistema de trabajo de los laboratorios cuando están tan agobiados con lo que está cayendo. Cuando están sobresaturados, con escasez de personal, cualquier cambio es muy dificil de conseguir". Como suele pasar, la escasez de contrataciones lastra la Salud Pública. En todo caso, cree que España parte con ventaja con respecto a otros países europeos, sin alcanzar las cifras de Reino Unido o Dinamarca, los líderes del continente en este ámbito –secuencian el genoma de entre el 10% y el 20% de todas las muestras–. En el mismo sentido se pronunció Iñaki Comas, investigador del consorcio SeqCovid-Spain y uno de los mayores expertos en secuenciación genómica del nuevo coronavirus, en una entrevista con El Español. "En la primera ola fuimos el segundo país de Europa y ahora somos los terceros", en parte gracias al trabajo voluntario de científicos como él que ahora necesitamos institucionalizar. 

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Una variante que por ahora no es protagonista pero que puede serlo

Por ahora, la variante no tiene relación con el aumento descontrolado de contagios producido después de la Navidad. Pero, si sigue su ritmo de crecimiento en el país y si en España pasa lo que ha pasado en otros países, podría complicar aún más la tercera ola o detener la bajada posterior a la estabilización que ya se detecta en algunas comunidades autónomas. Así lo cree el epidemiólogo Fernando Rodríguez, que cree que ante una mutación más transmisible hay que hacer lo mismo, pero con más intensidad: "La naturaleza de las medidas debe ser la misma, pero la intensidad debe ser mayor". Opina que la variante complica aún más la predicción: puede que la restricción de la movilidad baje los contagios y que suban en poco tiempo por el efecto de la variante. Eso, o todo lo contrario. 

El especialista no cree que un confinamiento domiciliario, aunque sea corto, sea la única salida para frenar a un virus que gana en transmisibilidad. Hay que esperar a comprobar el efecto de medidas autonómicas que, en la práctica, solo permiten salir de casa para pasear, hacer deporte... o ir al trabajo, teniendo en cuenta la escasa implantación del teletrabajo en el país tras la primera ola. "Lo siguiente seria reducir la actividad en centros laborales o en las escuelas. Hay que esperar. También es una cuestión de estrategia", considera: ¿nos conviene más una reclusión rápida y dura, o esta larga agonía de cierres y aperturas que sufrimos desde el pasado verano? 

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