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El futuro de Cataluña

La receta de Casado para Cataluña: 155, refuerzo penal, recentralización de la escuela catalana y reorientación de TV3

El presidente del PP, Pablo Casado.

Fernando Varela

Casi cuatro años después de que Mariano Rajoy y su Gobierno no fuesen capaces de evitar la convocatoria y celebración de un referéndum secesionista que acabó desembocando en un declaración unilateral de independencia, el PP de Pablo Casado no tiene ninguna propuesta nueva para tratar de solucionar el conflicto abierto entre la mitad de los catalanes que quieren seguir formando parte de España y la mitad que no.

El líder del Partido Popular ofreció este martes una conferencia en Madrid, organizada por la agencia de noticias Europa Press, en la que además de mostrar su rechazo a los indultos que el presidente Pedro Sánchez planea aprobar para tratar de aliviar la tensión política con el independentismo, expuso su receta para solucionar el problema.

En primer lugar, aunque no lo mencionó por su nombre, Casado dejo claro que volverá a invocar el artículo 155 de la Constitución para intervenir la autonomía catalana. “No hicimos nada incorrecto y lo volveremos a hacer si vuelven a dar un golpe a la legalidad en España“, remarcó.

Casado asegura que si la declaración unilateral de independencia de 2017 se pudo perseguir judicialmente fue gracias al recurso de inconstitucionalidad que su partido, cuando estaba en la oposición y lo lideraba Mariano Rajoy, interpuso para anular el Estatut aprobado por el Congreso, el Senado, el Parlament de Cataluña y la mayoría de los catalanes que acudieron a refrendarlo en las urnas.

“Fue el recurso de inconstitucionalidad promovido por el PP lo que permitió evitar que los referendos unilaterales fueran legales y que el máximo órgano jurisdiccional fuera un Tribunal Superior de Justicia elegido por el Parlament e instalado en la pura ilegalidad”, explicó. “Los delitos del 1 de octubre no se hubieran podido perseguir porque no habrían sido delito. Quizá es eso lo que pretendían”, aventuró, incluyendo al PSOE en la estrategia secesionista catalana. “Porque el referéndum de secesión habría sido legal y el golpe al Estado del 1-O no podría haberse juzgado por el Supremo”.

Entonces “hicimos lo correcto”. Y “nosotros sí, legalmente, lo volveremos a hacer”, subrayó aludiendo al artículo 155 y utilizando la misma expresión que usan los líderes independentistas condenados por el Supremo.

La receta de Casado no se limita a la invocación de que, cuando gobierne, se enfrentará a los independentistas interviniendo la autonomía catalana. En sus planes está también reformar el Código Penal para tipificar como delito la convocatoria de referéndums ilegales y para endurecer y precisar los delitos de sedición y rebelión, de manera que en el futuro no pueda haber dudas a la hora de juzgar y sentenciar a quienes promuevan la secesión de una parte de España.

Pero no sólo eso. Casado recuperó dos propuestas que hacía tiempo que no mencionaba. En primer lugar, acabar con lo que la derecha llama “el adoctrinamiento” en las escuelas. El PP, igual que Vox y Ciudadanos, aseguran que la Generalitat utiliza la enseñanza para impulsar el independentismo entre los niños y los adolescentes. Una reforma complicada, porque las competencias en materia educativa son de las Comunidades Autónomas.

En segundo lugar, explicó, su objetivo cuando gobierne será acabar con “la propaganda pública que divide a la sociedad catalana”. Una referencia con la que Casado alude a la modificación de la ley para que la televisión y la radio pública catalana dejen de estar, asegura, al servicio de la agenda secesionista.

El líder del PP defendió, sin explicar cómo piensa hacerlo compatible con el deseo de independencia de la mitad de los votantes catalanes, que españoles y catalanes “vivimos con naturalidad identidades compartidas, no excluyentes. Esto es lo que debemos volver a poner en el centro de nuestra vida pública, la realidad de nuestro pluralismo y el auténtico respeto por él y por las leyes”.

Y no se dio por aludido por el escasísimo eco que su proyecto ha tenido en las recientes elecciones celebradas en Cataluñaescasísimo, que situaron a su partido muy cerca de ser extraparlamentario.

“En política hay que tener principios y hay que defenderlos”, se defendió cuando le preguntaron por aquel fracaso, que considera “fruto de la responsabilidad que tuvimos que asumir” cuando tuvo lugar el 1 de octubre. A pesar de que en Cataluña ya se han celebrado dos elecciones desde que tuvieron lugar aquellos hechos, y que durante la mayor parte de la última legislatura catalana él ya era el líder del PP, Casado insiste en que el castigo sufrido en las urnas es consecuencia de la aplicación de artículo 155.

“Gracias al PP”

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“El PP afrontó un desafío, una declaración unilateral de independencia. Gracias al PP”, se jactó obviando las decisiones judiciales, “hoy en día se puede decir que Cataluña no es independiente”. Pasando deliberadamente por alto que el PSOE respaldó la aplicación del 155, Casado se preguntó: “¿Qué hubiera pasado si Pedro Sánchez hubiese estado al frente de un Gobierno al que le declaran la independencia?”

El retrato que el líder de la oposición hace de Sánchez y del PSOE no puede ser más grave. En su intervención acusó al presidente de “fomentar intencionadamente las fracturas, las divisiones, los radicalismos y las discordias” y de “corromper la figura de indulto” a cambio del apoyo parlamentario de los independentistas.

“Quiere romper con la Constitución” y estar “por encima de la ley”. Su Gobierno está “entregado a una alianza sostenida solo por la voluntad de destruir la España constitucional”, decidido “a dañar lo que sea con tal de sobrevivir un día más en La Moncloa”. Por eso, subrayó, “el plan de Sánchez” es llevar a cabo lo que describe en términos muy parecidos a un golpe de Estado: una “mutación constitucional a través de un cambio ilegítimo y al margen del procedimiento previsto”. Y para conseguirlo está “negociando la soberanía y la hacienda con defensores del terrorismo, delincuentes y golpistas”, afirmó.

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