Ciencia

La vulcanología española saca pecho tras prever la erupción de La Palma: "Tenemos la mejor tecnología"

Alrededores de Las Manchas, en El Paso, donde se ha tomado esta espectacular imagen de ríos de lava.

La vulcanología, la rama de la geología que se dedica al estudio de los volcanes, ha mejorado notablemente en los últimos años tanto en España como en todo el mundo. Los recursos con los que cuentan los expertos españoles, especialmente centrados en el archipiélago canario por motivos evidentes, han permitido advertir a la población de la isla de La Palma del peligro con semanas de antelación y adivinar, con una precisión no total pero notable, la zona susceptible a sufrir la erupción, que se alargará durante días en el mejor de los escenarios, y sus consecuencias.

Los análisis a priori vía sismógrafos, GPS y radar son recursos que no teníamos hace 50 años, en el último episodio volcánico de la isla. Los estudios a posteriori ofrecerán información sobre la composición química del magma, clave para estimar su peligrosidad. Pero los geólogos también sacan pecho de los recursos humanos, igual de importantes en la lucha para domar al volcán: "Tenemos la mejor tecnología y tenemos los mejores vulcanólogos del mundo", presume el presidente del Colegio de Geólogos, Manuel Regueiro. 

Pablo González, investigador en Vulcanología en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de La Laguna, para el coche en el arcén de una carretera montañosa de La Palma para atender a infoLibre. No son días fáciles para los vulcanólogos: sí apasionantes, sin minusvalorar la tragedia material y humana que supone la erupción para los palmeros. Es especialista en el radar interferométrico de apertura sintética, abreviado como inSAR: una técnica que ha permitido detectar con centímetros de precisión el abombamiento y la elevación del terreno, síntoma inequívoco de una erupción inminente. El especialista destaca que es la tecnología "más novedosa" y más útil para adelantarse al volcán: de hecho, no se dominaba en el último episodio, el de El Hierro de 2011. 

El inSAR permite, utilizando el satélite Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea (ESA, siglas en inglés) conocer con un detalle espectacular las deformaciones del terreno. La Palma llevaba semanas registrando enjambres sísmicos, por lo que esos abombamientos indicaban, con casi total seguridad, la acumulación de magma bajo la superficie. El último informe del Instituto Geológico Nacional (IGN), de exactamente 50 minutos antes de la primera explosión, mostraba un fuerte abombamiento de hasta seis centímetros en la zona suroeste de la isla: la misma en la que se han abierto las fisuras por la que, un día después, se expulsa material incandescente que baja por la ladera a 700 metros por hora. 

Deformación del terreno en la isla de La Palma, una hora antes de la erupción.

González asegura que el radar permitió acotar la zona, aunque no con toda la precisión que le hubiera gustado. "La zona del levantamiento se extendía desde el sur, en el vertedero insular, hasta la zona donde se abrió la boca eruptiva, en Las Manchas. Es muy grande". Otros vulcanólogos, como José Luis Barrera (Universidad Complutense de Madrid) sí que lo consideran un éxito. "La predicción ha sido bastante buena" gracias a que no solo se ha utilizado el inSAR; también los sismógrafos, que permitieron iniciar el desalojo de los mayores con movilidad reducida de la zona horas antes de la erupción. Un tiempo precioso. 

El investigador del CSIC destaca que desde hace unos años se utilizan "sismógrafos de banda ancha", que registran frecuencias mucho mayores y, en definitiva, mejoran la precisión. Estos sismógrafos, destaca la directora del Observatorio Geofisico Central, Carmen Moreno, están ubicados hasta a 20 metros de profundidad, lo que permite "alejarlos del ruido de superficie". Los expertos siguieron el camino que marcaban los sismos: cuando el 11 de septiembre por la noche empezaron las primeras mediciones "anómalas", notaron terremotos muy profundos, que poco a poco fueron emergiendo y acotando la zona de la fisura hasta que el mismo 19 por la mañana se contaba con la evidencia suficiente para iniciar el desalojo. 

Y, por último, el IGN contempla en sus análisis previos las mediciones a través de GPS: una tecnología más común para el gran público, pero igualmente valiosa. Las estaciones de medición del suroeste palmero detectaron una elevación a partir de la semana pasada, a diferencia de las situadas en otras partes de la isla. Con un margen de error minúsculo, asegura Moreno: "Permite hacer el control del posicionamiento con resoluciones de menos de un milímetro". 

Todos esos análisis se realizaron en las semanas previas a la erupción. A partir de este domingo, los esfuerzos se centran en tres frentes: analizar la composición química del magma, la velocidad y recorrido de las coladas y la expulsión de gases. Lo primero, asegura González, permite entender la peligrosidad del episodio; por ahora, controlado, al ser un volcán "estrombólico" cuya expulsión de material es constante pero lenta. Pero que puede cambiar. "El contenido de vapor de agua es una de las claves. Si hay más contenido de agua, es más peligroso", explica González. La medición de los gases, como el dióxido de azufre o el CO2, permite estimar la duración de la erupción. "Cuando disminuye" la emisión del primero de los componentes, "eso significa que ya está llegando a su fin", porque el magma contenido bajo la isla se agota, ilustra Moreno. 

Recursos tecnológicos... y humanos

Directo | El Gobierno pide a los bancos que pongan sus viviendas vacías a disposición de las familias evacuadas

Directo | El Gobierno pide a los bancos que pongan sus viviendas vacías a disposición de las familias evacuadas

Todas esas mediciones son gracias a un "avance en la instrumentación", explica la directora del Observatorio Geofísico Central, pero no basta con eso. También son claves los avances en el análisis de los datos y su rápido procesamiento: de nada te sirve tener muchos números si no sabes interpretar ágilmente qué significan. "Todo ello, junto al conocimiento y la experiencia, es lo que ha hecho que la vulcanología sea capaz de ir por delante del fenómeno", asegura una de las mayores expertas en volcanes de España. No solo se trata de los recursos tecnológicos, también de los humanos. "Aquí tenemos un equipo de 50 personas. Tenemos químicos, geoquímicos, informáticos, cartógrafos, sismólogos, geólogos, matemáticos... un equipo multidisciplinar para el análisis imprescindible". 

Regueiro declara, orgulloso, que el episodio es un "éxito de la ciencia española". Y no solo por todos los aparatos a disposición de los especialistas canarios. "Tenemos la mejor tecnología y tenemos los mejores vulcanólogos del mundo". Pone un ejemplo: el geólogo Joan Martí, de la Universidad de Barcelona, elaboró mapas de riesgos volcánicos en Islandia que predijeron con una exactitud de 500 metros la erupción del monte Fagradalsfjall. "Si nos llaman de un sitio como Islandia", con una de las mayores actividades sísmicas del mundo, será porque somos referentes, concluye el presidente del Colegio de Geólogos. 

"Algo se ha hecho. Somos buenos. Seamos realistas", insiste Regueiro, que aun así reclama más recursos para la ciencia y más importancia de la geología en el currículo educativo: "Hay que generar vocación". El objetivo final es, ni más ni menos, salvar vidas. Un estudio de 2015 de la Asociación Mundial de Vulcanología cifraba en 50.000 las vidas salvadas en episodios eruptivos gracias a la tecnología. 

Más sobre este tema
stats