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El 'anti-Brexit' televisivo

Imagen de la serie 'Taboo', protagonizada por Tom Hardy.

Arranca 2017. Todo parece indicar que los aficionados a las series televisivas no nos vamos a aburrir. El año tiene muy buena pinta y parece abierto al descubrimiento de nuevos títulos que ocupen los lugares estelares del género. Curiosamente, vivimos un peculiar período en el que hay cada vez mayor número de series buenas y muy buenas y, sin embargo, parece estar libre el hueco de las series absolutamente imprescindibles e indiscutibles. En los últimos 20 años, siempre ha habido series como Los Soprano, Breaking Bad, Mad Men o Juego de Tronos que han vivido su evolución desde una cima indiscutible, a cierta distancia de las demás. Posiblemente, la nota media de las mejores series es hoy más alta que hace una década, pero se echan de menos algunas nuevas producciones emblemáticas de las que hacen cambiar la historia del medio.

En este mismo mes hay anunciados varios estrenos destacables y prometedores, perfectos para combatir el frío y resistir mejor la cuesta de enero. Uno de los primeros es una miniserie que vale la pena seguir. Se trata de Taboo.  De nuevo, la industria británica en el primer plano de la producción de grandes series internacionales. No deja de ser llamativo el hecho de que el proceso del aislamento que supone el Brexit coincida con la etapa de mayor identificación del mundo entero con la cultura, la historia y la estética británica a través de su extraordinaria producción de series que exportan internacionalmente. Taboo es el último producto salido de la activa factoría inglesa. Es un magnífico trabajo nacido de la alianza de un gran equipo encabezado por un actor de prestigio, Tom Hardy, un guionista de muy alto nivel, Steven Knight, y un productor ejecutivo con las puertas abiertas en todos los estudios y cadenas, Ridley Scott.

Cuenta la historia de un hijo pródigo que vuelve a casa, a una sucia Londres de comienzos del siglo XIX, tras unos años de vida misteriosa y salvaje viajando por el mundo. James, el protagonista, ha heredado de su padre fallecido un enclave pequeño, pero de gran valor, en América y se enfrenta por él a quien sea necesario. La miniserie de ocho episodios, emitida por BBC One y el aclamado canal americano FX, ha sido creada por su protagonista, el intenso y multitatuado actor, Tom Hardy, a partir de una idea nacida hace ya siete años, de la colaboración con su padre, el guionista de comedia Edward Hardy. Todo el mundo se refiere a Taboo como la serie de Tom Hardy. Por sí solo ha adquirido un extendido prestigio en la industria internacional, incluida la norteamericana. Su nominación al Oscar por su papel en El Renacido frente a Leonardo Di Caprio tiene algo que ver.

Taboo surgió tras hacer la miniserie Oliver Twist e interpretar a Bill Sykes (el mayor malvado creado por Dickens)”, ha declarado Tom Hardy a Digital Spy. “Para ser honesto, quería interpretar a Bill Sykes, Sherlock Holmes, Hannibal Lecter, Heathcliff (el atormentado habitante de Cumbres borrascosas), el Marlow de El Corazón de las tinieblas… todos los personajes clásicos en uno”. Hardy no ha creado un villano para sí mismo, sino un personaje inquietante cuyos motivos se van desvelando y que se enfrentará a una organización malvada, la Compañía Británica de las Indias Orientales, pintada como una poderosa CIA de la época.

Para pasar de las ideas a la acción, Hardy se ha asociado con dos nombres de gran peso en la industria británica. En primer lugar con Steven Knight. Este es un prolífico y exitoso guionista y director de cine y televisión con éxitos tan variados como su guión de Promesas del Este, nominado a un Oscar, o la cocreación del concurso televisivo ¿Quién quiere ser millonario? El guionista y director ya había trabajado con Hardy, en la película Locke y en la más que interesante serie, también de época, Peaky Blinders. Aquí, Hardy adquirió gran reconocimiento en su papel de Alfie Solomons.

Ella encendía el mundo con su sonrisa

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Por otra parte, Hardy ha conseguido que se incorpore al equipo de la miniserie Ridley Scott, el mítico director de Blade Runner, Alien y Thelma & Louise, entre otras películas, como productor ejecutivo. Parte del trabajo de Scott, según él mismo cuenta, es calmar los ánimos en el trabajo. Compara a Tom Hardy con Russell Crowe, un actor temperamental que puede ser problemático, pero al que si uno se acerca con las preguntas adecuadas comienza a relajarse. Knight corrobora el efecto calmante de Scott. Como persona, que todo el mundo sabe que es inteligente, ya no tiene que demostrarlo y eso le permite centrarse en crear ambientes limpios en los que prime el sentido común.

Scott es un fan del género negro nórdico: “No sé por qué, pero en los últimos ocho o nueve años se ha hecho muy muy bueno. A lo mejor son las noches largas y oscuras”, ha declarado a RadioTimes. No por casualidad, son autores de este entorno los encargados de dirigir los episodios de la serie, como el finés Anders Engström y Kristoffer Nyholm, danés y director entre otras de The Killing.

Parte del atractivo de la producción son unos actores secundarios con unas presencias físicas descomunales, que es la forma de decir que son magníficamente feos o, cuando menos, sorprendentes. Resulta especialmente reseñable la capacidad de las producciones británicas para reunir un nivel de casting estratosférico. Son siempre actores especiales que se apartan a menudo del gusto más convencional explotado en las series estadounidenses. Suponen exactamente lo contrario que un desfile de modelos de Victoria´s Secret pero, curiosamente, comparten un brillante magnetismo. En este caso, algunos de ellos han visto su fama acrecentada por su participación en series como Juego de Tronos y en otras producciones británicas de los últimos años.

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