La política como el ejercicio de no entenderse

Practicar la futurología con el panorama político actual es un juego absurdo porque absolutamente todo lo que pienses que es improbable que ocurra, ocurrirá. Hemos entrado en tal dinámica de surrealismo político que lo del miércoles en el Senado confirma que estamos en un tiempo político que suena más a escenas de una mala serie o de una comedia, que de política seria.

Jugar al despiste hasta el último minuto, llevar la tensión hasta el pitido final es muy efectivo si buscamos hacer espectáculo con la política, si buscamos tener el foco permanentemente, pero muy poco práctico, si queremos demostrar que quienes están en política, de verdad, se están tomando en serio lo que están haciendo. Están ahí para pensar los mejores mecanismos para no ponérselo más difícil a la gente, no empinar aún más una cuesta de enero ya de por sí complicada si se encarece el recibo de la luz o si el IVA de los alimentos sube de golpe. Si de verdad estuvieran en ésas, lo del miércoles no habría ocurrido.

El miércoles no se habló de la gente, se habló de partidos, de los intereses particulares de unos pocos, muy pocos. Y sólo de eso. Y de hecho se pidió que todo lo que se iba a aprobar en esas votaciones se pactara solo con ellos. Nogueras habló para los suyos, únicamente para Junts, pero es que ni siquiera para sus votantes, sólo para los dirigentes de su partido. Ahí, hay que admitirlo, coherencia no le falta. Su planteamiento es pactemos todo aquello que no ponga en juego nuestro interés, un interés más que particular. Porque esto ni siquiera va sobre la agenda de una única comunidad autónoma, de Cataluña. Esto va sobre la agenda de unos pocos.

Lo mismo ocurría con Podemos. Hablaron, y de hecho votaron, pensando en su espacio político, el que ocupa su escaño y que no están dispuestos a perder. Votaron en contra de Yolanda Díaz para dejar claro que ellos siguen teniendo capacidad para bloquear, aunque sea el subsidio de paro. Su explicación política es que se recortan derechos, no se amplían. Pero ni sus palabras, ni lo que hicieron después, sonaba a eso, más bien a hacer la vida imposible por hacer la vida imposible.

Infantilizar así la política no puede ser eterno. Pretender que el votante se maraville con los efectismos de mantener a todos en vilo hasta el último segundo es ser un iluso. La madurez del electorado es mayor, mucho mayor, que la de nuestros políticos

Vamos a complicarlo todo hasta el límite, para comprobar hasta dónde están dispuestos a llegar. Algunos el miércoles creían que quizás Sánchez, si no sacaba adelante sus 3 primeros decretos, convocaría elecciones. La ley no se lo permite, tiene que haber pasado al menos un año, pero escuchando a Yolanda Díaz, creo que en Moncloa el miércoles fueron muy conscientes de que es muy, muy difícil que esta legislatura dure 4 años. Ni Junts, ni Podemos, ni el PP van a dar ese margen a Sánchez.

Pero ¿esto es de verdad política? ¿De verdad? Creo que tendremos que vivir más episodios así, ver cómo quienes dicen defender los derechos de la gente se retratan de nuevo, para que esto realmente cambie. Infantilizar así la política no puede ser eterno. Pretender que el votante se maraville con los efectismos de mantener a todos en vilo hasta el último segundo es ser un iluso o ilusa. La madurez del electorado es mayor, mucho mayor, que la de nuestros políticos. Esto empieza a ser una obviedad. Sólo hace falta que hagan un poquito más el ridículo para que toquemos fondo y empecemos de nuevo. Ya está bien de tomar el pelo a la gente así. La política es el ejercicio de entenderse, más de un partido debería tomar nota.

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