Ayuso, la cortina de humo andante

En la Semana Santa de 2021, el Gobierno central acordó con las Comunidades el cierre perimetral de las mismas. Isabel Díaz Ayuso se opuso: "Yo no voy a cerrar Madrid", dijo. Finalmente lo hizo. 

Hace unos meses, anunció que revisaría los libros de texto de la Comunidad de Madrid en busca de lo que llamó "adoctrinamiento de los niños" para censurar los contenidos que fueran necesarios. No tocó ni uno.

Tras anunciarse el decreto del Gobierno que limita el encendido de luces en edificios públicos, Ayuso clamó: "Madrid no se apaga". Madrid está apagada y no ha pasado absolutamente nada.

Cuando el Gobierno central aprobó la reducción del precio del transporte público en un 50%, Ayuso dijo que Madrid no se sumaba a lo que llamó "chequevotos". Acaba de anunciar que lo hará.

Lo que no ha anunciado Ayuso es la labor de demolición de los servicios públicos que sistemáticamente lleva ejecutando el PP en Madrid los últimos 30 años y que se ha acelerado supersónicamente con su gobierno. De eso no hay tuits, no hay espectáculos, no hay frases grandilocuentes, no hay retos del Far West a Pedro Sánchez. Esa, su verdadera labor, la hace en silencio y minuciosamente. Para que resuene lo menos posible, cada cierto tiempo hay que montar un espectáculo vacuo para que los medios, los que la apoyan —muchos convenientemente regados de subvenciones, que ha duplicado en los últimos presupuestos— y los que teóricamente no, bailen a su son y distraigan al personal con títeres liberales.

La Comunidad de Madrid es un lugar en el que la Sanidad y la Educación Pública están sufriendo un deterioro difícilmente arreglable. Hablamos de un sitio en el que, si quieres hacer una FP en un instituto público, tienes más posibilidades de no encontrar una plaza que de tenerla. ¿Alguien hubiera podido imaginar hace, no sé, 20 años, que su hijo o hija quisiera hacer una FP y no pudiera porque no hay plazas? Sería inasumible. Pero poco a poco, circo tras circo, en una faena encomiable de erosión, el liberalismo madrileño ha ido destruyendo hasta eso. Es muy probable que si quieres hacer una FP y no tienes para pagártela, tendrás que emigrar. Inaudito.

La mayoría de las apariciones públicas de Ayuso se basan en batallas inventadas, preceptos que no cumplirá y debates que no existen. Es una cortina de humo andante

La mayoría de las apariciones públicas de Ayuso se basan en batallas inventadas, preceptos que no cumplirá y debates que no existen. Es una cortina de humo andante que no tiene reparos en mentir o decir lo contrario unos días después, una labor en la que no está sola (y en el PSOE hay ejemplos) pero que no solo no le pasa factura, sino que la encumbra.

Ayuso reconoció en Telecinco que la Comunidad de Madrid manejaba las residencias de ancianos durante la pandemia porque salirse del papel no es lo suyo, pero la realidad es que, aunque aquella desastrosa gestión se llevó por delante a miles de ancianos que murieron en las peores condiciones posibles, no le ha restado ni un poquito de su potencia electoral. 

Lo que tendríamos que preguntarnos todos, los medios los primeros, es cuánto tiempo le hemos dedicado a hablar de la horrible muerte de miles de seres humanos y cuánto a que hay poco hielo para los cubatas o a qué consecuencias tiene que se apague el escaparate de un H&M este verano. Ahí, quizá, empezaríamos a ver por qué triunfa Ayuso. Ella solo juega las piezas de un tablero envenenado mejor que nadie. Mientras no cambie el tablero, ganará.

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