Ay, el amor

Tamara Falcó ha vuelto con el noviete al que pilló dándose un pico con otra jamelga. Me pinchan y no sangro. El muchacho tiene los ojos junticos, detalle no menor. Para celebrar la reconciliación han viajado al Polo Norte: plan de villana de tebeo. Habrá ido a supervisar la guarida secreta que se está pagando a base de portadas del Hola. La tía no tendrá muchas luces, pero las que tiene las rentabiliza mejor que tú y que yo.

Mamá Preysler también ha largado al chorbo. La prensa ha remarcado a machamartillo que el intelectual echaba de menos a su camarilla. ¡Culto, docto, erudito! Tan inteligente no serás si hay que remarcarlo en cada mención. Es como esa gente que se apunta a MENSA para que les den un certificado de que son listísimos. Vargas Llosa ha hecho una pausa en su gira contra las democracias latinoamericanas para grabarse leyendo Madame Bovary, como aquel amigo mío que rompió con la novia y se pasó el siguiente quinquenio posteando rimas de Bécquer en su muro de Facebook. Leo que la deshonrada pichula del prócer de las letras ya tiene sustituto: Porcelanosa bien vale una misa, habrá dicho el otro.

Las calamidades no cesan: Risto Mejide publica libro porque lo dejó la moza. Va de Bach y de una soprano que se enamora de un señor mayor; sale un pianoforte en la portada, con la tapa atornillada en el lado que no es. ¿Conoció Bach este instrumento mutante? Nones. Un portavoz ha declarado que «los instrumentos de tecla son como los chinos, no hay quien los distinga». Ya puestos, mete una guitarra eléctrica, dos espadas láser y un acelerador de partículas como peineta del pelucón de Johann Sebastian: si te vas a pasar el rigor histórico por la tiorba, hazlo con gracia. Atentos, si os gustó el fanfic sobre Da Vinci que escribió Christian Gálvez, este promete encantaros.

En la prensa internacional leemos que el hijo pelirrojo de su orejuda majestad ha sacado una autobiografía dickensiana. Nadie sufre tanto como los aristócratas multimillonarios. Ay. Resulta (agárrate al asiento) que la familia real británica es un nido de clasismo. ¡No me esperaba eso de los Sajonia-Coburgo-Gotha Mountbatten-Windsor! El mastuerzo de Harry no parece haber aprovechado el colegio privado ni tanta institutriz. Por los recortes que se van publicando en los periódicos, el zagal se ha pasado la juventud entre cocaína, juergas, disfraces de nazi, celos familiares y llantitos porque papá no me abraza. Si no llega a nacer entre armiños acaba en Proyecto Hombre. Manda narices. El fulano es tan idiota que logró congelarse el pene: nadie encarna tan bien el verdadero espíritu británico.

Última hora: la infanta Elena manda a su primogénito a Abu Dabi. Otra madre soltera que le coloca el churumbel a los abuelos. ¡Froilán de Arabia!

Última hora: la infanta Elena manda a su primogénito a Abu Dabi. Otra madre soltera que le coloca el churumbel a los abuelos. ¡Froilán de Arabia! Mire, alteza, que allí no se aprende nada bueno. Al combinado genético de la infanta más perspicaz con el Marichalar más elegante lo trincaron en una reyerta a navajazos. Dios quiera que Reverte escriba la crónica: «Sacó la vizcaína y desenfundó la ropera. Rediós, voto a briós, ¡malandrín! Pagaréis cara esta afrenta a la dama de mis anhelos», etcétera etcétera.

Ah, la polémica de la semana. Shakira ha ido donde un tal Bizarrap a grabar un pasodoble. Los jueguecitos de palabras y pullas han hecho salivar al numeroso gremio de exégetas y talmudistas. Por su parte, la Asociación Internacional de Opinadores ha convocado un congreso eucarístico para determinar si está bien o mal que una doña lance bilis contra «su reemplazo». Parece haber acuerdo en que Piqué es un adúltero asqueroso, pero la prudencia aconseja esperar a que los académicos de la lengua terminen con el análisis morfosintáctico.

Ojalá Ortega Cano nos informe sobre su recuento espermático y cerremos la fiesta a lo grande.

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