Un tándem incendiario con pies de barro

Feijóo vuelve a dar por hecho que La Moncloa está al alcance de la mano, que la próxima vez sí que sí. Y para que nada se escape a su control ha puesto al frente del partido como secretario general a Miguel Tellado y de portavoz en el Congreso a Ester Muñoz. Ninguno de los dos es un pata negra del partido. Pero a lo largo de la legislatura han demostrado ser dos leales ejecutores, tal y como les define alguno de sus propios compañeros. 

“No tienen clase, eso salta a la vista, pero Feijóo necesita controlar totalmente el partido, evitar que se le critique, perseguir los contactos off the record de diputados y senadores con los medios y lograr que se cuadren, tanto en los territorios como en las Cámaras. Tellado y Ester Muñoz son dos perros de presa, fieles a quien les ha dado la oportunidad de destacar y hacerse famosos”, apunta un diputado popular de los que no siguen las normas a rajatabla.   

Otros, en cambio, consideran que “Tellado ha sido un portavoz eficaz y de equipo” y aunque tendrá que ejercer su nuevo cargo con firmeza, “es más sibilino y hábil” de lo que fue Teodoro García Egea, que logró ganarse la antipatía de los territorios en bloque. En el PP no pueden volver a permitirse el ridículo de perder otras elecciones, estando tan tocado Pedro Sánchez. Sería entregarle la derecha en bandeja a Vox. Hay que cohesionar el partido para alcanzar el objetivo. 

Así que han calculado que necesitan una portavoz bronca y entusiasta como Ester Muñoz, convencida de que todo vale con tal de despejar el camino de Feijóo y frenar el avance de la ultraderecha. ¿Cómo? Pasándose de frenada. “Es contundente”, dicen como un coro sus compañeros. Por contundencia entienden acusar a Teresa Ribera de la catástrofe de la dana en Valencia, trasladando la responsabilidad de Mazón al Gobierno central sin despeinarse o repartir insultos a diestro y siniestro. El problema es que usa el mismo tono para lo importante y lo intrascendente, lo mismo que su mentor, un Tellado que ve en ella a una alumna aventajada y agradecida.  

Su capacidad para construir una realidad paralela y no salirse del guion recuerda a la escuela Ayuso. Le deben de gustar las cañas tanto como a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Por algo el PP ha distribuido una imagen suya para anunciar su nuevo cargo con una cerveza delante mientras Tellado opta por un agua con limón. Como tiene 40 años pensarán que así conecta más con generaciones a las que les gusta salir de bares. En la adoración de los madrileños a Ayuso ha sido clave su querencia por las barras. A ver si logran atraer a los votantes jóvenes de Vox. A base de un estilo lenguaraz y muy agresivo buscan convertirse en una alternativa igual de lacerante pero más confiable que el partido de Abascal. 

En la adoración de los madrileños a Ayuso ha sido clave su querencia por las barras

“Ester no puede perder el pulso, tiene que ser un azote para derribar al Gobierno” explica un alto cargo del partido en la Cámara Baja. Corruptos y puteros son los dos adjetivos que más ha repetido desde su escaño en los últimos tiempos. Da igual de lo que se hable, porque para Muñoz solo existe el monotema: convertir a Sánchez en la viva imagen de la política más sórdida. Da igual que quiera afear a la ministra de Sanidad que haya invertido en una carroza para el Orgullo, todo acaba en corrupción. 

Entre las cabezas pensantes del PP consideran, en cambio, que más que contribuir al populismo y al griterío indiscriminado, hay que ofrecer una imagen sólida y diferenciarse de Vox en lugar de emularlo. Todavía sigue viva la máxima de que para conquistar La Moncloa hay que apelar al centro. Ahí es donde falla el tándem designado para allanar el camino. Tienen los pies de barro. Tanto Tellado como Muñoz no manejan el estilo o los valores con los que se identificaba al PP. Sin eso, nada les distingue de Vox. Siguen sin entenderlo, dicen los clásicos. La lectura de las encuestas de los últimos días beneficia a los ultras. Es decir, a mismo nivel de decibelios, mejor el original que la copia.

Feijóo vuelve a dar por hecho que La Moncloa está al alcance de la mano, que la próxima vez sí que sí. Y para que nada se escape a su control ha puesto al frente del partido como secretario general a Miguel Tellado y de portavoz en el Congreso a Ester Muñoz. Ninguno de los dos es un pata negra del partido. Pero a lo largo de la legislatura han demostrado ser dos leales ejecutores, tal y como les define alguno de sus propios compañeros. 

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