Hace mucho tiempo en una galaxia muy cercana

James Webb fue el máximo responsable de la NASA en los años del programa Apolo y la llegada del hombre a la Luna. Webb, que no era científico, colaboró o, lo que es peor, miró para otro lado en pleno lavender scare, el terror lila, la caza de brujas que, en vez de capturar peligrosos comunistas al modo McCarthy, destruía la vida de gais y lesbianas que ocupaban cargos en la Administración. Hasta 10.000 mujeres y hombres fueron purgados. ¿Su delito? Constituir una amenaza para Washington a pesar de que tu trabajo consistiera, por ejemplo, en hacer cálculos matemáticos para que un estadounidense pisase el polvo lunar. Este depredador da nombre desde 2002 al entonces proyecto y ahora increíble telescopio capaz de retratar la luz de las primeras galaxias, el James Webb Space Telescope (JWSP).

Es a partir de 2015 cuando parte de la comunidad científica comienza a cuestionar la idoneidad de poner el nombre y el apellido de un homófobo al último prodigio tecnológico creado por el ser humano. Se activa la memoria. Documentales, artículos, cartas públicas, dimisiones... En septiembre de 2021, la NASA, tras abrir una controvertida investigación, concluye que nada justifica un cambio de nombre. A finales de ese año, el telescopio que sustituye al Hubble se pone en órbita. Y, a partir de julio de 2022, los telediarios comienzan a abrir cada cierto tiempo con las imágenes que capta el JWSP. Esta semana, nos hemos quedado absortos viendo los Pilares de la Creación, una especie de fábrica de estrellas ubicada dentro de la gran Nebulosa del Águila, a unos 7.000 años luz de distancia.  

Los científicos ya nos han advertido de que estamos viendo un espejismo. Esos Pilares de la Creación ya no existen porque parece más que probable que fueron destruidos por una supernova hace 6.000 años. El James Webb nos ofrece fotografías de cosas que probablemente han desaparecido. El cosmos está en constante cambio y estamos viéndolo en diferido. Y al revés. Si en esos Pilares habitasen unos extraños seres verdes con potentes prismáticos y apuntaran hacia la Tierra, no verían nada. Deberían esperar miles de años para poder sorprenderse viendo cómo el expresidente chino Hu Jintao es purgado en directo en la clausura del XX Congreso del Partido Comunista ante la mirada impasible de Xi Jinping. Esta es la historia de nuestra galaxia, ya sea en directo o en diferido. Mires donde mires, siempre hay alguien jodiendo a alguien.

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