No pasa nada si no te gusta el libro de 'El Barroquista'

En la tarde de ayer, tuve el honor de departir con don Miguel Ángel Cajigal, historiador del arte y divulgador cultural, en el museo Nacional Thyssen-Bornemisza. El grato motivo que congregó a un considerable número de asistentes en el auditorio de la pinacoteca madrileña no era otro que la presentación de su primer libro divulgativo, titulado: “Otra historia del arte”. 

Si sueles leerme, de vez en cuando, habrás pensado, seguramente, que el primer párrafo de este artículo no lo he escrito yo. Y tienes razón, con matices… la que ha escrito soy yo, pero no es mi voz narrativa la que suena, se trata de una impostación más grande que la catedral de Burgos. 

Así que, si has desconfiado de la autoría, tienes razón, he tecleado yo, pero yo no estoy en esas líneas. Sin embargo, todo lo que te he contado en esa introducción es cierto, es solo que yo lo contaría de otra manera, así, por ejemplo: 

Ayer acompañé a una persona admirada y querida, en un momento especial. La persona a la que me refiero es Miguel Ángel Cajigal, El Barroquista, historiador del arte y divulgador cultural, y el momento especial, la presentación de su primer libro en su museo favorito, el Thyssen. El título no es muy llamativo: “Otra historia del arte”, pero atención al subtítulo: “No pasa nada si no te gustan Las Meninas. Provocador ¿eh?

Este ejercicio de complicidad contigo —que aguantas mi turra semanal— me sirve para subrayar lo más valioso que he encontrado en el libro con el que ha debutado en el mundo editorial una de las personas más interesantes que he conocido en el último año: en las páginas que ha escrito El Barroquista, está él.

Un texto del que probablemente te acordarás cada vez que te acerques a una obra de arte, ya sea un Vermeer o un plátano pegado con celofán en una pared…

Está Miguel Ángel, con su conocimiento profundo de la historia del arte y su rigor; está con su amplia experiencia pedagógica; está con su alta capacidad para comunicar, la que ejerce en los medios y en una cena con amigos; con su sentido del humor, ese que destila retranca gallega; está con la inteligencia de los que saben mucho pero no son clasistas intelectuales con los que no; está en una revolución tranquila que cuestiona la norma que aprendimos para aprender, sin denostar ni sentar cátedra.

El subtítulo del libro de Cajigal, “No pasa nada si no te gustan Las Meninas”, provoca las ganas de asomarse a un ensayo interesantísimo con el que es más que posible que disfrutes, te asombres, aprendas, reflexiones, sonrías. Un texto del que probablemente te acordarás cada vez que te acerques a una obra de arte, ya sea un Vermeer o un plátano pegado con celofán en una pared…  

Pero este título, además, trasciende nuestra relación con el arte y con la cultura, va más allá, es casi una definición de una mirada ante la vida. Cuánto se agradece saber quién es el que escribe. Sí, en esta obra está Miguel Ángel y el compromiso que le lleva a divulgar para que otros ejerzan ese derecho que no se cansa de reivindicar: "Disfrutar del arte es un derecho, los derechos humanos incluyen el conocimiento de la cultura”.

No pasa nada si no te gusta el libro de El Barroquista, pero no te lo pierdas.      

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