MUY FAN DE...
Rubalcaba
Hola, Alfredo, o mejor dicho, adiós.
Aquí me tienes, agitando el pañuelo desde el puerto mientras veo tu barco partir. Me cuesta tanto creer que te vas, no me hago a la idea. Siempre estuviste y parecía que siempre seguirías estando, por los siglos de los siglos, amén. Incombustible, inamovible, eterno, eras el Jordi Hurtado de la política, aunque en los últimos tiempos más que Saber y ganar tu programa haya sigo Ignorar y perder.
¿Cómo se despide una fan? ¿Borrando tus fotos de la carpeta? ¿Dejando de tararear tus canciones? ¿Añadiendo una coleta a tu cara en el tatuaje del pecho, en un intento de actualizarlo con el nuevo ídolo de la izquierda que te ha adelantado por la ídem?
¡Cómo olvidarte, Alfredo! Eres de esos hombres que dejan huella, uno de esos que nunca pasan inadvertidos. Ese amago de tartamudez dubitativa tan expresiva que parece estudiada o copiada de Woody Allen, tu mirada astuta y tu sonrisa pícara como si siempre estuvieras pensando: “Si supiérais lo que yo sé, os quedaríais de Silestone”. Y algunas de tus frases: “Zapatero es el modelo de presidente que quiero ser”. Esa fue muy grande, Alfredo. ¿Exactamente en qué querías parecerte, en la estatura y los ojos azules, o en el cuajo para decir que no sucedía lo que estaba sucediendo cuando ya lo teníamos encima…?
Por cierto, en aquellos días, cuando José Luis afirmaba sin despeinarse: “España ha entrado en esta legislatura en la Champions League de la economía mundial”, podías haberle dicho lo que le dijiste a Mariano en el último Debate sobre el estado de la Nación, enérgico y convincente: “¿En qué país vive usted?”. Se te pasaría, claro, estabas muy liao con tanto cargo de responsabilidad en aquel gobierno.
Será porque eres químico que llegaste a la conclusión de que utilizando los mismos elementos que en otro tiempo os dieron la fórmula del éxito, no habría reacción. Que el continuismo provocaría un nuevo “Eureka”, que aquel sentimiento de hartazgo e indignación que invadió la Puerta del Sol cuando aún eras ministro del Interior, no sería más que un brote juvenil, un acné pasajero que se cura con el tiempo, que los votantes de siempre, siempre os votarían. Pero no, no pudisteis, “Podemos” es el grito eufórico de otros.
Y llegó la hora de decir :“Me voy”. Te despediste con el anuncio de un congreso extraordinario para julio y te dejaste lo de las primarias abiertas en el bolsillo del pantalón que echaste a lavar y, claro, empezó el baile terrorífico, “el Thriller socialista”Thriller: aspirantes echando espuma por la boca, barones opinando en modo psicofonía, cuchillos voladores… Sólo una semana después de mostrarle al mundo vuestros cariñosos abrazos de campaña, cambiasteis el “Cómo no te voy a querer” por un “A por ellos” entre vosotros. Qué cosas.
Y aquí estamos los espectadores, venga a escuchar nombres como si lo vuestro fuera la segunda parte de la campaña de latas nominativas de Coca-Cola: Susana, Carme, Eduardo, Pedro, José AntonioCarmePedro… Estamos tan entretenidos, que dan ganas de hacer palomitas para ver este show de lucha libre por regentar un chiringuito que se cae de goteras. Si Georgie Dann le pusiera música, en vez de la canción del verano le saldría un fado...
Pero no quiero que te pongas tristón, tú no sufras por tu ausencia, recuerda que “nadie es imprescindible” –eso le dijo una amiga mía a su novio de toda la vida el día que lo cambió por su monitor de escalada–.Y no hagas caso a las voces que volverán a recitar el mantra que tantas veces te han dedicado a lo largo de tu carrera: “Rubalcaba, el chollo se te acaba”. Ná, eso será porque tú quieres, mira Felipe y Elena Salgado, el chollo de los chollos lo encontraron al irse. Ah, y ni se te ocurra prestar atención a los que te dediquen eso tan despectivo de: “Que lleves tanta gloria como paz dejas”, porque paz, lo que se dice paz, en Ferraz dejas poca…
Alfredo, disfruta de tu adiós y pasa de todo lo demás, te vas en el mejor momento, con un exitazo bajo el brazo que compartes con Mariano: ¡La décima! ¡Oé, oé, oé, oé! Si es que sois unos Champions.