Las pistolas de Koldo

Buceaba un compañero en el sumario del caso Koldo mientras el resto intentábamos explicar las enmiendas del desbloqueo de la Ley de Amnistía. “Escuchad esto: la UCO encontró nueve armas de fuego en casa de Koldo García: 5 rifles, 3 escopetas y una pistola”. Andaba perplejo de párrafo a párrafo, ajeno al comunicado del acuerdo de PSOE, Junts y ERC y a los logotipos de los tres partidos estampados en un documento por primera vez desde que van de la mano a manotazos.

La Guardia Civil halló en el domicilio del hombre de confianza de José Luis Ábalos tres billetes de 500 euros, dos de 200, 54 de 100 euros, 314 de 50€ y 50 billetes de 20€. En total, 24.000 euros en efectivo además de una hoja de libreta donde anotaba todo lo que iba amasando. 

No le viene nada mal al Gobierno que andemos buscándole las vueltas a la letra pequeña de la Ley de Amnistía y especulando sobre los plazos para el regreso de Carles Puigdemont si con eso consigue arrebatar espacio mediático al sumario, que sigue causando un gran impacto en su electorado y en el propio PSOE. Las revelaciones de las pesquisas se producen en un momento muy difícil, cuando los socialistas han perdido casi todo su poder institucional en los territorios y están pendientes de una profunda renovación interna. 

No le viene nada mal al Gobierno que andemos buscándole las vueltas a la letra pequeña de la Ley de Amnistía y especulando sobre los plazos para el regreso de Carles Puigdemont si con eso consigue arrebatar espacio mediático al sumario

Hay muchos en el PSOE que siguen en ‘shock’ tras la salida de Ábalos del grupo socialista porque no tienen que remontarse demasiado lejos para tener una medida de las cosas: el ahora diputado del Grupo Mixto fue precursor del espíritu de Xirivella que empujó a Sánchez a la reconquista de Ferraz. Juntos ganaron, fue su hombre de confianza y, convertido en secretario de Organización, campaba a sus anchas en el partido. Se despachó a gusto cuando Susana Díaz perdió la Junta. “El PSOE de Andalucía tiene que regenerarse”, proclamó al día siguiente de estas elecciones. Ahora, cuando sus entonces fieles no se atreven a poner la mano en el fuego por él, hay quien recuerda con rabia la cuchillada de esas palabras. 

Las pistolas de Koldo hieren a los socialistas porque este personaje y esta trama afectan al entorno de José Luis Ábalos. Ni más ni menos. Quien en este tiempo haya tratado al exministro, inevitablemente ha tratado a su asesor imputado por corrupción porque fue su sombra perpetua y se mantuvo con él hasta el final. Y ese contexto es muy importante para entender el ánimo y los discursos de estos días. 

Es cierto que la Comisión de Venecia regaló argumentos a los negociadores de la amnistía para alcanzar el acuerdo, pero Sánchez no tenía otra opción que pactar la ley. Sin amnistía no hay Presupuestos y sin Presupuestos no hay proyecto político. Por supuesto que el Gobierno tiene capacidad administrativa para prorrogar las cuentas, pero eso no garantiza la estabilidad política. Por mucho que reivindiquen todo lo que ha hecho desde las elecciones, la endiablada ecuación que hizo presidente a Sánchez sólo será creíble cuando alumbre unos Presupuestos; una hoja de ruta compartida por todos esos intereses políticos y territoriales dispares que apoyaron la investidura. 

Ésa será la fortaleza de Sánchez, que ha braceado en medio del oleaje, los rayos y truenos y ahora se aferra al pacto de la amnistía para proclamar a los cuatro vientos que “habrá Gobierno para rato”. Necesita generar confianza para aliviar la zozobra que provoca en sus filas que Koldo tenga un barco que se llama Albatros y que se pague con dinero negro los mariscos y el piso de Benidorm. Y necesita con urgencia la estabilidad del Gobierno para neutralizar el riesgo de que al resto de los pasajeros de la travesía les dé por saltar por la borda. Que los socios parlamentarios tienen sus propias dinámicas y no están para pagar facturas que no son suyas. Y las pistolas asustan.

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