A la mierda con la autoestima Luis García Montero

Hace solo unos días, Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, nos hacía despertarnos con optimismo al publicar que, entre 2001 y 2023, España había reducido la basura generada en 187 kilos por persona. No solo eso: también éramos el país de la UE en el que mejor habíamos sabido adoptar el precepto medioambiental de la primera de las 3R’s, la de reducir, consiguiendo ser el país europeo que más había disminuido la generación de residuos.
Sin embargo, el golpe de realidad vino cuando conocimos la generación de basura por persona en 2023 en España: 456 kilos. Sí, cada uno de los españoles desechamos –porque consumir, consumimos mucho más– a lo largo de ese año casi media tonelada de lo que compramos. Si bien es cierto que, en esta cifra, España se sitúa por debajo de la media europea –511 kilos por persona–, ese número no puede dejar de alarmarnos y darnos un claro mensaje: consumimos por encima de nuestras posibilidades. Aunque ojalá el problema fuera únicamente ese, pero es que, primordialmente, vivimos por encima de las posibilidades del planeta a golpe de hipotecar recursos que la Tierra no es capaz de regenerar. Tanto es así que el 20 de mayo de 2024 en España habíamos consumido todos los recursos que teníamos ‘asignados’ para ese año, marcando en el calendario el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Desde esa fecha, entramos en un momento de déficit ecológico, de vivir de prestado, consumiendo los recursos que, en teoría, corresponden a las futuras generaciones. Esta es nuestra realidad.
Porque, ante todo, hay que dejar claro que reducir no significa perder calidad de vida, renunciar a ninguno de nuestros hábitos o darle la espalda al crecimiento
Sabiendo todo esto, y a pesar de la buena noticia de Eurostat, que nos indica que algo estamos haciendo bien y que ojalá se convierta en tendencia, no podemos pararnos a pensar que todo lo demás se hará solo, que serán otros quienes tomen la iniciativa y conseguirán poner freno a esa sobreexplotación de los recursos naturales. Esto no va de ideologías, de creencias o de dónde hayamos nacido: esto va de educación, de darnos cuenta de que, si no tomamos conciencia y asumimos que es cosa de todos, estaremos absolutamente perdidos antes de lo que creemos.
Es el momento de ponernos en marcha, pero de hacerlo de verdad. 456 no es una cifra de la que sentirnos orgullosos, sino un gigante a combatir. Debemos ser capaces de reducir esa cantidad: menos rebajas, consumo sin cabeza, menos pedidos online, menos menús a domicilio, menos renovación de dispositivos digitales, menos productos de usar y tirar…
Porque, ante todo, hay que dejar claro que reducir no significa perder calidad de vida, renunciar a ninguno de nuestros hábitos o darle la espalda al crecimiento. Todo lo contrario: reducir el uso de materias primas (y reciclar los residuos de aquellas que consumimos) es proteger los ecosistemas naturales, es tener espacios libres de basuraleza, es tener recursos en lugar de residuos y es, también, no alcanzar el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Porque, muchas veces, menos es más.
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Nieves Rey es directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes.
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