Garzón y los problemas de comunicación del Gobierno

“Más ganadería, menos comunismo”, es la nueva campaña esperpéntica del PP mientras los cerdos, las vacas, los pollos... nos miran atónitos a los políticos. Yo me quedo con la impresión de que la derecha no solo ha echado carnaza a la polémica sobre las declaraciones de Garzón sino que, además, ha llevado la iniciativa en su estrategia de acoso al Gobierno.

Sin embargo, el Gobierno no era capaz de cambiar la vieja inercia destructiva de la política, en medio de un cruce de declaraciones entre los socios de la coalición y atrapados en una comunicación oficial en zigzag.

Este es un ejemplo de libro que explica cierta desmovilización del electorado de las izquierdas ante los episodios de confrontación entre el PSOE y UP y los errores en la forma de comunicar la acción de gobierno. Una encuesta reciente de El País recogía la conclusión de que la ciudadanía valora como positiva la gestión del Gobierno pero considera que su imagen (su proceder) es mala.

De ahí la conveniencia de sacar enseñanzas de esta polémica innecesaria que afecta a la credibilidad del Gobierno y que daba a entender una inexistente disparidad de criterios entre los socios. En este caso sobre los modelos de la ganadería extensiva e intensiva.

No hay discrepancia entre el PSOE y UP sobre la política de regulación sostenible o las limitaciones a las grandes explotaciones ganaderas intensivas, que han de estar sujetas a las reglas de sostenibilidad medioambiental y a la búsqueda de la mejor calidad alimentaria de los productos. Tampoco hay dudas a la hora de preservar las exportaciones de las industrias cárnicas españolas, haciendo que su producción cumpla la normativa nacional y europea.

El Gobierno no era capaz de cambiar la vieja inercia destructiva de la política, en medio de un cruce de declaraciones entre los socios de la coalición y atrapados en una comunicación oficial en zigzag

No me resisto a exponer lo que se podía haber hecho por parte del Gobierno de coalición para reconducir la bronca, tras la torpeza de Garzón, tomando la iniciativa política. Era posible una respuesta valiente, con comportamientos de gobierno que sirvieran para reforzar su cohesión, promover una información clara y un debate público sobre la cuestión de fondo.

Veamos la secuencia de posibles iniciativas que el Gobierno tuvo en su mano como respuesta a la campaña electoral desatada contra él por la derecha con la excusa de las declaraciones de Garzón.

 1.   El Presidente del Gobierno podía haber convocado en Moncloa a sus ministros Garzón y Planas, cuando se desató la polémica, para reafirmar y difundir la gestión desarrollada sobre las macrogranjas. Porque hay una coherente política del Gobierno sobre la explotación ganadera intensiva que ha de cumplir una regulación y control estrictos.

 2. El ministro de Consumo y el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación tenían que haber dialogado y convocado de inmediato al sector, pequeños ganaderos, grandes empresas de explotación e industrias cárnicas, para explicarles los hechos y la actuación política que sigue el Gobierno.

 3. La ministra Portavoz, complementando lo anterior, pudo salir al quite ante la manipulación efectuada por las derechas y dirigirse a los medios para explicar la gestión y compromisos del Gobierno en esta materia y guardar la cohesión de la coalición.

 4. A TVE, la televisión pública de todos, le faltaron reflejos al perder la oportunidad de promover un debate plural, riguroso y clarificador, en hora de máxima audiencia, entre las partes concernidas, con presencia de la oposición.

Existen muchas formas de comportarse en política. Me viene ahora a la memoria la de Boris Johnson. Pero en los peores momentos, las actitudes honestas, democráticas y transparentes triunfan si se llevan a cabo en tiempo y formas debidas. Quiero creer que los socios de gobierno hemos aprendido y que este episodio desgraciado no se volverá a repetir. ¿O sí?

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Odón Elorza es diputado del PSE-PSOE por Gipuzkoa. 

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