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Plaza Pública

Israel, EEUU y el genocidio de Gaza

Bombardeo israelí sobre la Franja de Gaza.

Juan José Torres Núñez

Al asesinar a niños [en Gaza], dónde está la ONU, UNICEF, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Liga Árabe [y] la Unión Europea para exigir (…) que se lleve a los mandos militares y políticos [de Israel] a la Corte Penal Internacional. Pablo Jofré Leal

El asesinato de miles de judíos en campos de concentración fue un genocidio, igual que el espectáculo televisivo que hemos visto estos días os de concentración fue un genocidiocon el exterminio de los palestinos en la Franja de Gaza: el campo de concentración al aire libre más grande del mundo, como se ha dicho. Yo escribí una breve introducción en este periódico, Israel y la tierra prometida, para comprender la actitud racista, arrogante y sangrienta del régimen israelí de apartheid en la actualidad. En el artículo cito las palabras de Ajamu Baraka: “el sionismo es hitlerismo”. Y llego a la conclusión de que las matanzas de palestinos que estamos viendo hoy son una continuación de lo que Israel ha hecho a lo largo de su historia.

Ana Frank, de 14 años, nos cuenta en su Diario el miedo y el horror del Holocausto nazi, igual que la niña palestina Nadine Abdel-Tait, de 10 años, cuando se dirige al mundo hablando inglés desde Gaza para explicar el sufrimiento de los niños palestinos y de su pueblo. El trauma de su mensaje se puede resumir con estas palabras: “No one can sleep at night. I try to sleep, but I can’t because of the missiles and the cries of children” [Nadie puede dormir por la noche. Yo intento dormir, pero no puedo debido a los misiles y a los gritos de los niños]. Un misil israelí destruyó la casa de un vecino suyo, matando a 8 niños y 2 mujeres. Nadine se siente aterrada y nos confiesa el miedo que tiene a que le ocurra algo así a su hermano menor. En medio de todo este horror, causado por Israel, ella expresa su dolor cuando ve tantas casas destruidas y mirando a la cámara y al mundo, declara: “Quiero hacer algo, pero no puedo. Tengo solo diez años”. Nadine sueña con ser médico para ayudar a su pueblo, pero como señala: “Nadie está a salvo en Palestina”.

Esta es una cuestión muy importante. Israel no solo está masacrando al pueblo palestino, sino que también está destruyendo su futuro. Los niños no pueden ir a la escuela. La aviación israelí bombardea todo. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Cooperación de Asuntos Humanitarios, los daños de las redes eléctricas permiten solo un suministro de unas cuatro horas al día. Y muchísimas personas en Gaza tienen problemas para el acceso al agua potable. Se tienen que refugiar en las escuelas de la ONU. Los gazaríes han visto el bombardeo de sus escasos hospitales y hasta el principal laboratorio de vacunas para la pandemia de covid-19. Israel está haciendo todo lo posible para que no puedan vacunarse los palestinos, utilizando la pandemia como arma biológica. China, sin embargo, ha donado 200.000 dosis de covid-19 y un millón de dólares de ayuda, según ha manifestado el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Zhao Lijian.

Con el supuesto bombardeo de las estructuras militares de Hamás, Israel quiere exterminar al pueblo palestino. Ana escribe en su Diario que “los alemanes bombardean sin ninguna misericordia”. Y “a personas inocentes las meten en la cárcel para esperar su destino”. “Hitler nos quitó la nacionalidad hace ya tiempo”. Hoy, Nadine nos cuenta que los israelíes bombardean Gaza sin ninguna misericordia. En realidad, los sionistas les han arrebatado a los palestinos su nacionalidad, su dignidad y les han robado sus tierras. Nadine nos habla de los videos que ha visto sobre niños en Estados Unidos, Rusia y otros países. Siente envidia de verlos jugar y divertirse, mientras que en Gaza solo puede oír el ruido atronador de los misiles cada día.

Ana escribe que se imagina “los campos de concentración y las celdas solitarias”. El sábado, 12 de febrero de 1944, dice en su Diario que sueña muchas cosas, como la libertad, los amigos, el sol, el azul del cielo. Se siente confusa y solo quiere soñar porque va a explotar. Para ese sentimiento de angustia y ansiedad cree que lo mejor es llorar. Y eso es lo que le ocurre a Nadine: “Sueño con poder ayudar a mi gente. Pero, ¿cómo puedo hacer eso? No tengo el derecho de seguir aprendiendo (…) Solo lloro cada día”. También sueña el Dr Yasser Abu Jamei, un psiquiatra palestino, cuando escribe una carta en This Must End [Esto tiene que terminar] y advierte que “los palestinos han vivido décadas de humillación y de maltrato”. “En 1948 nos expulsaron de nuestra tierra; más de 600 pueblos fueron destruidos; cientos de miles fueron asesinados o desarraigados; casi 800.000 terminaron viviendo como refugiados en diferentes sitios del mundo”. Y termina diciendo: “Sueño que mis hijos puedan vivir, crecer y aprender en un lugar seguro. Este es el mismo sueño que tienen los pacientes que yo veo”. “Se necesita una acción política AHORA para acabar inmediatamente con estos bombardeos mortales y también con la ocupación ilegal y el sitio de Gaza”. Ya se ha alcanzado un alto el fuego, pero no hay nada que celebrar hasta que no se cumpla la resolución de la ONU de 1947, donde se aprobó la partición de Palestina en dos Estados, uno hebreo y otro árabe. Y hasta que Israel no se retire de los territorios ocupados. El ministro de Asuntos Exteriores palestino, Riyad al Maliki, ha declarado: “Queremos ver a los palestinos libres, en un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como su capital”.

Biden ha repetido que “Israel tiene derecho a defenderse”. Y también ha confesado que él no es judío, pero “sí sionista”. Israel no se defiende, sino que ocupa territorios palestinos y comete crímenes de guerra, como estamos viendo. Todo con la ayuda de EEUU. Noam Chomsky ha subrayado que “Israel sigue la estrategia de terror y expulsión”. Esta guerra se libra entre un país que recibe de EEUU millones de dólares en armamento, contra una población ocupada que no tiene fuerza aérea ni armada ni artillería. Así, Israel puede matar a miles de palestinos inocentes indiscriminadamente y dejar a miles de familias sin casa. Esta verdad no implica una defensa del lanzamiento de cohetes desde Gaza, no. Pero si estudiamos las causas de esta guerra permanente, vemos que los palestinos sí tienen derecho a defenderse. El Dr Abu Jamei lo deja bien claro: “Vemos una Cisjordania dividida y ocupada por cientos de colonos viviendo en asentamientos construidos sobre los escombros de casas palestinas, que además han hecho un infierno viviente de las vidas de los palestinos”. La creación de un Estado palestino, implicaría el desmantelamiento de los asentamientos ilegales, la soberanía efectiva de los territorios palestinos y el cumplimiento del derecho internacional.

En su artículo Israel, the Big Lie [Israel, la gran mentira], Chris Hedges cuestiona la honestidad de EEUU como bróker porque financia y defiende los crímenes de Israel contra el pueblo palestino. “Israel no defiende el estado de derecho. No es una democracia. Es un régimen de apartheid. Ambos países “se han envenenado con la psicosis de guerra permanente”. Según Hedges, en Israel se ha producido un giro hacia la derecha y los movimientos por la paz y la izquierda, que protestaban contra la ocupación israelí, ahora están casi “moribundos”. El gobierno de derechas de Netanyahu miente cuando afirma que lucha contra el terrorismo, pues la realidad es otra, ya que se alía con regímenes represivos como Arabia Saudita. En Israel hay grupos matones de derechas, como el Im Tirtzu, que asalta a disidentes, palestinos, árabes israelíes y a los inmigrantes africanos de los suburbios de Tel Aviv. Hedges informa que “estos judíos extremistas han fijado como objetivo a los palestinos del barrio de Sheikh Jarrah, pidiendo su expulsión”. A estos extremistas los apoyan grupos antiárabes como el Partido Otzma Yehudit y el movimiento Lehava, que exige que todos los palestinos de Israel de los territorios ocupados “sean expulsados a los estados árabes de los alrededores”. La palabra “lehava” significa: “prevención de asimilación en la Tierra Santa”. Vimos en televisión a estos grupos radicales, protegidos por la policía, gritando: “Muerte a los árabes”.

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Hedges, que ha trabajado siete años como corresponsal en el Oriente Próximo, señala que en el sistema educativo israelí se usa el Holocausto desde los primeros cursos para describir a los judíos como “víctimas eternas”. En realidad, se trata de una “máquina de adoctrinamiento” para justificar el racismo y el odio al otro. Encontramos, pues, un paralelismo entre Israel y EEUU. “Los dos países caminan a gran velocidad hacia el fascismo del Siglo XXI, envueltos en una lengua religiosa que revocará nuestras libertades civiles y extinguirá nuestra anémica democracia”.

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Juan José Torres Núñez es escritor.

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