Hacia el nuevo cuadrilátero europeo

Francisco Aldecoa Luzárraga

¿Qué se entiende, en estos días, en el debate político por el “cuadrilátero” europeo? Se entiende la relación de cierta formalización entre Francia, Alemania, Italia y España en el seno de la Unión Europea, con motivo de profundizar y liderar de forma conjunta la Unión Europea y su reforma. Se fundamenta en que son los cuatro países que lo componen los que tienen mayor peso político, económico y de población, significando casi el 60% de la población que compone la UE, y mucho más en relación a su PIB y a la superficie; entre otros indicadores. 

Con ello buscan convertirse en el motor del proyecto federal europeo. España, de momento, se encuentra aún fuera de esta alianza, pero en los medios de comunicación, concretamente italianos como La Republica, de la pasada semana, empleaban el “cuadrilátero” para designar a la relación formalizada entre estos cuatro Estados Miembros. Si bien está aún por venir y, concretamente, señalaban la necesidad de que participase España como un miembro más, lo cual no es solo bueno para España sino también para Italia y para el conjunto de la Unión Europea.

Sin embargo, este proceso ya está en marcha de hecho cada vez con más consenso, y ahora se trata de dar un paso más y que sea de derecho. El eje franco-alemán viene funcionando desde los orígenes del proceso de integración europea; sin embargo, su formalización a través del Tratado de Aquisgrán es muy reciente, de 2019. A ello se le suma el reciente Tratado del Quirinal del 26 de noviembre de 2021 entre Francia e Italia. Y ahora se habla del deseo de Italia de firmar un tratado entre Italia y el nuevo gobierno alemán (claramente comprometido en su programa de gobierno con la Europa federal). En este triangulo falta el Acuerdo de la Moncloa que permita a España formar parte de este “cuadrilátero” europeo.

Antes que Italia, España estuvo cercana al eje franco alemán y, concretamente, cuando vino el anterior Ministro de Asuntos Exteriores Alemán, Heiko Maas, a Madrid, en enero de 2019, se especuló que España podría sumarse a ese eje franco-alemán. Por lo tanto, España parecía poder entrar a este “triangulo” antes que Italia, cuya entrada, por aquel entonces, no era previsible. Los alemanes dieron a entender que para que esta alianza fuese posible hacía falta un horizonte de estabilidad en el gobierno. Después no se ha sabido cómo estaba esta situación, y se ha adelantado el gobierno italiano con el Tratado del Quirinal al formalizar esta relación especial.

La participación de España en el “cuadrilátero” no solo es beneficiosa para la política española y de los países del sur de Europa, sino que favorece la gobernabilidad del trío anterior y, por ende, del conjunto de la Unión Europea

La incorporación de España al “cuadrilátero” reforzará la perspectiva y el peso del sur de Europa en el mismo y, con ello, refuerza también la posición de Italia frente a los Estados del norte. Adquiere, por lo tanto, más peso la vertiente latinoamericana y mediterránea y tiene mucho que aportar en estas políticas, y en la configuración de un necesario refuerzo de una auténtica política común de migración y asilo. No debemos olvidar tampoco la oportunidad histórica de este momento para esta formalización, ya que el Alto Representante para la Política Exterior es español, Josep Borrell, el cual se encuentra muy activo.

Además, también coincide que el 1 de enero ha comenzado la Presidencia Francesa que terminará en julio de 2022, es decir, un año antes de que comience la Presidencia Española en el Consejo de la Unión Europea en julio de 2023. Por lo tanto, será el momento para sacarle el máximo partido a su nuevo peso, que coincidirá, en su caso, con la firma y ratificación del nuevo tratado. La participación de España en el “cuadrilátero” no solo es beneficiosa para la política española y de los países del sur de Europa, sino que favorece la gobernabilidad del trío anterior y, por ende, del conjunto de la Unión Europea.

Desde la perspectiva de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, cuyo III Pleno ha sido retrasado al mes de enero por el covid19, parece que esto implicará un alargamiento en su duración, y el “cuadrilátero” tendrá más tiempo para formalizarse. Muchos analistas insisten en que va a ser muy difícil que de la Conferencia se obtengan avances sustanciales que impliquen la reforma de los tratados europeos en una lógica federal, argumentando que los gobiernos de los Estados Miembros no quieren esta reforma. 

No obstante, hay que tener en cuenta la presunción de que las fuerzas políticas mayoritarias en el Parlamento Europeo, las fuerzas sociales (sindicatos y patronales) ciudadanos y la sociedad civil apoyan esta reforma, aunque no se sabe hasta dónde. Sobre todo, puede ser decisiva la aceptación del “cuadrilátero”, y, especialmente, teniendo en cuenta la postura del 24 de noviembre de 2021 del nuevo gobierno alemán, que ha tomado posición el 6 de diciembre, donde afirma que “[…] apoyan la necesaria reforma del Tratado y que la Conferencia sobre el Futuro de Europa debería llevar a una convención constitucional europea para el futuro desarrollo de un Estado Federal Europeo.

Quizás sea el momento en que la opinión pública y la sociedad civil comiencen a pensar en relación a lo que consisten los avances que proponemos en la Conferencia sobre el Futuro de Europa, y que puedan llevar a un refuerzo del modelo federal europeo. A título de ejemplo podemos afirmar que el contenido mínimo debe ser, entre otros, el refuerzo de la Democracia Europea, la Unión Fiscal, la Unión Social, la Unión Europea de la Salud, la Política Común de Migraciones y Asilo, el avance de la Política Exterior y la Política de Vecindad hacia el sur… todas ellas medidas casi imprescindibles para la cohesión política europea y, al mismo tiempo, el desarrollo político y económico español, como pueden implicar también medidas y/o políticas para frenar la despoblación en algunas regiones rurales. 

El “cuadrilátero” no es solo una cuestión semántica, es la formalización del compromiso de los cuatro estados fundamentales de la UE en avanzar en el proyecto federal europeo de forma concreta. Es un momento especialmente relevante donde desde el nuevo ciclo político que se inicia en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo 2019, la Unión Europea a través de sus instituciones ha tomado decisiones federales fundamentales. Un ejemplo de las mismas son el Plan de Recuperación y el Next Generation, ya que se reparte en función de las necesidades y supone el establecimiento, por vez primera, de deuda mancomunada. También es federal la Estrategia Europea de Vacunación y el Certificado Digital covid19 adoptados en el 2020 y 2021 respectivamente. 

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Francisco Aldecoa Luzárraga es presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid y representante de los Eventos Nacionales y la Sociedad Civil Española en la Conferencia sobre el Futuro de Europa

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