En ocasiones veo comunistas

Entre la cascada de majaderías que deja caer un día y otro la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (IDA), me ha llamado siempre la atención su referencia al comunismo. Lo repetía el pasado domingo en un diario: “somos el dique de contención del comunismo”.  ¿Alguien sabe por dónde  discurre hoy el cauce del comunismo? Lo pregunto para visitar el dique de contención. Esta señora (¿o deberíamos decir señorita?) debe de padecer entre otros un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), como Franco en los años 40 del siglo pasado.. y en las décadas siguientes. ¿A ver si la presidenta se ha equivocado de siglo? Todo empezó en la pasada pandemia cuando se puso en cuestión la libertad de tomar cañas en las terrazas madrileñas. Entonces, Ayuso o su ventrílocuo MAR descubrió, eureka, el lema: ¿Libertad o comunismo? Y media España buscaba en guasap el emoticono del estupor. También hubieran valido “libertad o feudalismo”/”libertad o fauvismo”/”libertad o franquismo”. Supongo que alguien le habrá contado alguna vez a la presidenta de la CAM que hace más de 30 años que Gorbachov anunció ante el XXVII Congreso del PCUS la perestroika (reestructuración o reforma) y empezó a detonar la caída del comunismo en la URSS y sus países satélites así como el fin de la guerra fría. Doy fe motu proprio: en 1987, con ocasión del 70 aniversario de la revolución que acabó con el régimen zarista, tuve la oportunidad de visitar la todavía Unión Soviética y comprobé in situ entre Moscú y Leningrado (hoy y antier, la bellísima San Petersburgo) el caudal relicto de la herencia comunista en vías de extinción.

De modo que, siendo la historia cierta, debe arrastrar Ayuso un trauma por su convivencia pasada con su mentora Esperanza Aguirre, en su calidad de community manager de su perrito. Podría decir, recordando al niño de El sexto sentido, “en ocasiones veo comunistas”. Y los verá seguro camuflados en Podemos (¡¡Pablo, te han descubierto!!), en Sumar (¡Yolanda, no disimules más!), en Izquierda Unida (¡Maíllo, no te escondas en Lucena!), incluso en Más Madrid, Bildu, BNG, ERC y demás sospechosos de la coalición gubernamental menguante.

No encuentro explicación racional de este TOC de IDA, salvo que crea que a sus votantes les suena bien o les importa un pimiento lo que diga y ella lo sabe, un signo inequívoco de este tiempo en el que la racionalidad cotiza a la baja y la gente solo se mueve por pulsiones, emociones y otras corrientes primarias. No creo que esto responda a la “revolución de la mentalidad”, que decía Moisés Naim. Solo abusivamente se podría calificar como ‘'mentalidad’.

La señorita Ayuso maneja bien la ‘mentalidad’, digamos, de seguidores y sabe removerles los instintos básicos. ¿Cómo, si no, se puede comparar la manifestación en Madrid, en la última jornada de la Vuelta ciclista a España, con el asedio de Sarajevo en los 90 del siglo pasado, donde murieron más de diez mil personas, entre ellas más de mil niños? ¿Con qué comparará ahora la huelga general de este lunes, día 22, en ochenta ciudades italianas contra el genocidio de Gaza, que ha bloqueado puertos, transportes y colegio?

¿Cómo, si no, sin complejo alguno ni pizca de vergüenza, estrenó hace dos años su mayoría absoluta aprobando de una tacada las disposiciones legales pertinentes para controlar Telemadrid, la Cámara de Cuentas y el Consejo de Transparencia, sin despeinarse?  ¿Cómo, si no, ha intentado meter en cintura a los seis campus universitarios madrileños asfixiándolos financieramente y penalizando con dureza las protestas y manifestaciones no autorizadas y los escraches? Ya me estoy viendo, cincuenta años después,  a la Brigada Política Social (en este caso ayusina) entrando en las aulas y enjaulando a los comunistas insurrectos.

Isabel Díaz Ayuso se enfrenta a la ofensiva final en la “operación de Estado” contra su novio, Alberto González Amador (AGA), orquestada por el Gobierno bolivariano

También ha entrado a saco en los colegios públicos de la CAM (otro nido de comunistas) para impedir que se exhiban banderas y otras enseñas propalestinas  y evitar, en fin, que los niños sean adoctrinados ideológicamente, que para eso ya está ella.  

Ahora, Isabel Díaz Ayuso se enfrenta a la ofensiva final en la “operación de Estado” contra su novio, Alberto González Amador (AGA), orquestada por el Gobierno bolivariano por un quítame allá esas pajas, una multa sin importancia, según la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha mutado en envío al banquillo al susodicho por fraude fiscal, falsificación en documento mercantil, delito contable continuado y pertenencia a organización criminal, según el auto dictado este lunes por la jueza de Instrucción competente. Tiene pendiente AGA otra pieza judicial por presunto soborno a un ejecutivo del grupo hospitalario Quirón, de donde viene su identificación en los contactos telefónicos de Miguel Ángel Rodríguez como Alberto Quirón. Nada, todo invento del maligno.

Con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria le pasa a IDA como con los comunistas, que está obsesionada y no la entiende. En el hit parade’ de sus éxitos están sus explicaciones al periodista radiofónico Carlos Alsina sobre la deflactación que habría que aplicar en el IRPF. Siempre el IRPF persiguiéndola. Como los comunistas.  

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Rafael Camacho Ordóñez es periodista y consultor.

Entre la cascada de majaderías que deja caer un día y otro la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (IDA), me ha llamado siempre la atención su referencia al comunismo. Lo repetía el pasado domingo en un diario: “somos el dique de contención del comunismo”.  ¿Alguien sabe por dónde  discurre hoy el cauce del comunismo? Lo pregunto para visitar el dique de contención. Esta señora (¿o deberíamos decir señorita?) debe de padecer entre otros un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), como Franco en los años 40 del siglo pasado.. y en las décadas siguientes. ¿A ver si la presidenta se ha equivocado de siglo? Todo empezó en la pasada pandemia cuando se puso en cuestión la libertad de tomar cañas en las terrazas madrileñas. Entonces, Ayuso o su ventrílocuo MAR descubrió, eureka, el lema: ¿Libertad o comunismo? Y media España buscaba en guasap el emoticono del estupor. También hubieran valido “libertad o feudalismo”/”libertad o fauvismo”/”libertad o franquismo”. Supongo que alguien le habrá contado alguna vez a la presidenta de la CAM que hace más de 30 años que Gorbachov anunció ante el XXVII Congreso del PCUS la perestroika (reestructuración o reforma) y empezó a detonar la caída del comunismo en la URSS y sus países satélites así como el fin de la guerra fría. Doy fe motu proprio: en 1987, con ocasión del 70 aniversario de la revolución que acabó con el régimen zarista, tuve la oportunidad de visitar la todavía Unión Soviética y comprobé in situ entre Moscú y Leningrado (hoy y antier, la bellísima San Petersburgo) el caudal relicto de la herencia comunista en vías de extinción.

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