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El rector de la Universidad de Kabul ya tiene visado español

Mercè Rivas

Naser Ali Rahmani viajará a final de mes a Madrid junto a su familia tras recibir el visado del Gobierno de España gracias a las cartas de apoyo de importantes organizaciones.

La CRUE (organización de rectores de España) le dio su apoyo y su hijo periodista fue amparado por RSF (Reporteros sin Fronteras). La Carta firmada por estas organizaciones ha sido esencial a la hora de tomar la decisión.

Naser Ali Rahmani, rector de la principal Universidad privada de Kabul, Gharjistán, se encontraba atrapado en Pakistán y amenazado de muerte por los talibanes, tras huir de Kabul el pasado mes de agosto. Junto a él estaba toda su familia, incluido su hijo, periodista, Ehsan Rahmani, también amenazado.

Después de tres meses de huida en Pakistán, consiguió el apoyo de los rectores españoles (CRUE) de la mano de Pastora Martínez Samper, vicerrectora de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) y su hijo al amparo de Reporteros sin Fronteras (RSF). Ambas organizaciones escribieron a la Embajada en Islamabad cartas pidiendo el visado para Naser Ali Rahmani y su familia.

Finalmente, podrán viajar a España a finales de febrero tras la compra por parte de ellos de los billetes de avión.

Los talibanes, desde el minuto cero, estuvieron amenazando y chantajeando al rector. Le acusaban de “crear un ambiente libre de religión y dar la oportunidad de cometer pecado”. Le obligaban a “recordar todos los principios de la religión que está basada en la promoción de la virtud y la prevención del vicio y el pecado [...] Has fallado en tu obligación hacia Dios y hacia nosotros. Por lo tanto, hemos decidido intervenir”, finalizaban su amenaza los nuevos dirigentes de Afganistán.

Y tras estas graves acusaciones, llegó el chantaje: “La única solución para que se puedan salvar a los profesores y a usted es entregar tres mil kalashnikovs a nuestros veteranos y, si no los recibimos, la vida de todos vosotros cae sobre sus hombros”.

Esta última amenaza hizo que el rector comenzase a pensar en la huida. Ni tenía armas en la universidad ni pensaba aplicar las leyes más duras de los talibanes a sus alumnos, especialmente a las mujeres.

“Me intentaron obligar a imponer el niqab a las mujeres  —velo para el rostro que deja despejada solo el área alrededor de los ojos—, mientras que nuestras  estudiantes sólo usan pañuelo. También les dijimos que eso no estaba escrito en el Corán", indicó Ali Rahmani. 

Tras meditarlo y hablarlo en familia decidieron huir. Dejarlo absolutamente todo, casa, pertenencias e intentar salvar su vida y la de su familia.

Su hijo Ehsan, periodista, narró así su salida de Kabul el 17 de agosto de este año a infoLibre: “Huimos precipitadamente, por una ruta peligrosa y difícil. No paraban de llegar amenazas de muerte y de detención a mi padre y a mí. Nos dirigimos a Kandahar asustados ya que sabíamos que había muchos controles por el camino y podían identificarnos”.

Ehsan Rahmani, de 23 años y redactor de la sección de política en la Rah-e-Farda Televisión, comenta que iban vestidos con ropa local y fingieron en todo momento ser agricultores. “Tuvimos un total de seis registros con los interrogatorios correspondientes”. Por precaución habían borrado toda la información de sus móviles.

Una vez en Kandahar, contrataron a un contrabandista, por diez mil rupias paquistaníes (unos 50 euros) cada uno, para que les acompañase hasta Pakistán. Pero al llegar a la frontera, los talibanes comenzaron a golpear a un grupo enorme de personas para que no cruzasen. El altercado duró cuatro horas.

Todos pensamos que los pueblos y ciudades pequeñas de Afganistán irían cayendo en manos del enemigo, pero nunca pensamos que ocurriría con Kabul. Nunca

“Cuando vimos que podíamos cruzar la frontera de Spin Boldak, nos cogimos toda la familia de la mano haciendo un círculo y poniendo en el centro al bebé con su madre y comenzamos a correr hacia territorio pakistaní. Cuando por fin paramos nos dimos cuenta que lo habíamos perdido todo: casa, trabajo, coche... Todo. La vida de ocho personas había desaparecido”, explica Ehsan a infoLibre desde Islamabad.

"Desde la llegada de los talibanes al poder ha habido un éxodo masivo de académicos. Muchos de ellos temen por sus vidas por haber colaborado con los estadounidenses", afirma Naser antes de que se corte por enésima vez la conversación telefónica

El rector Naser Alí recuerda cómo cada día a las ocho de la mañana le recogía en casa su chófer para ir a la universidad. “Tenía una vida normal de reuniones, clases, conferencias y, poco a poco, con el tiempo comenzaron a sonar bombas, tiros y sin darnos casi cuenta nos encontramos con unos talibanes que querían asaltar la ciudad y con su entrada todo cambió", explica. "Todos pensamos que los pueblos y ciudades pequeñas de Afganistán irían cayendo en manos del enemigo, pero nunca pensamos que ocurriría con Kabul. Nunca”, afirma tajantemente.

Esta afirmación resulta chocante vista desde España, ya que Occidente sí veía la inminente caída de Kabul.

“Posteriormente los traficantes que nos habían prometido llevarnos hasta la ciudad de Quetta se desviaron del camino y nos llevaron a una casa abandonada frente a un cementerio. Nos asustamos mucho pero simplemente querían más dinero” añade Ehsan. De Quetta consiguieron llegar a Islamabad, donde se encuentran ahora intentando salir del país y celebrando la concesión de visado por parte de España.

Finalmente el Ministerio de Asuntos Exteriores decidió concederles visado para viajar a España, a pesar del colapso que vive la Embajada en Islamabad de afganos que quieren salir del país.

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Mercè Rivas es periodista

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