Sánchez no tiene que dimitir

Nieves Sevilla Nohales

Sánchez no tiene que dimitir por delitos cometidos por miembros de su partido que ostentan o han ostentado cargos de la máxima importancia. A esos escándalos estamos acostumbrados los españoles, porque han sucedido en todos los partidos y en todas las épocas. Es una lacra del Congreso y dimitir no es la solución. La solución pasa por limpiar, renovar, sentar nuevas bases de funcionamiento en el Congreso de los Diputados que tengan como fundamento la honestidad, y el “despido” definitivo de los corruptos, sin prebendas ni aforamientos que dejan indemnes infracciones de extrema gravedad. Se trata de volver a empezar sin que le tiemble la mano: caiga quien caiga.

Si se marcha Sánchez sin hacer limpieza en su partido y sin plantear en el Congreso la barbaridad y el desatino de los aforamientos, estamos perdidos para siempre; porque, si bien en el PSOE hay abusos pendientes que nunca se resolverán por ese privilegio injusto y escandaloso, ¿qué decir del PP que lleva años y años saliendo indemne de decenas de delitos por ese mismo privilegio y porque, como todo el mundo sabe, una buena parte del Poder Judicial está de su lado? 

Lo fundamental sería acabar con los aforamientos porque bajo ese manto protector es muy fácil que personas deshonestas cometan delitos graves que perjudican a la sociedad

Esta es la razón por la que sería oportuno que Sánchez hiciera limpieza en su partido y que planteara la irregularidad de los aforamientos en las Cortes, reconociendo el desatino que supone que un personaje como Ábalos, dado de baja del partido por asuntos graves, continúe siendo diputado. ¿Cómo puede ser que un expulsado se niegue a entregar su acta de diputado cuando ha sido corrupto y cuando los votantes no votamos a las personas, sino a los partidos? Estas prebendas son el origen de la corrupción porque, en principio, todo es lícito.

Creo que sería sublime que Sánchez, desde su puesto como presidente del Gobierno, afrontara estos problemas, en este momento, seriamente, sin presiones, con total honestidad defendiendo los principios universales que se deben respetar en la vida pública, sin que le tiemble la mano. Me refiero a una limpieza profunda en su propio partido y exigiendo que se haga lo mismo en cada uno de los partidos que conforman el Congreso de los Diputados, proponiendo leyes justas e igualatorias para todos, que nadie se pueda saltar, y dando ejemplo a los otros partidos, expulsando a todos los corruptos del PSOE que no solo deben entregar su acta definitivamente, para que pasen a formar parte de las Cortes los siguientes de las listas electorales; además, deberán quedar inhabilitados de por vida para ocupar un cargo público.

Lo fundamental sería acabar con los aforamientos porque bajo ese manto protector es muy fácil que personas deshonestas cometan delitos graves que perjudican a la sociedad y crean, en el imaginario colectivo, la idea derrotista de que nada tiene solución, de que todos son corruptos, de que vamos a peor, de que esto es un desastre...

Sea valiente, señor Sánchez, alguien tiene que ponerle el cascabel al gato y usted es la persona idónea para ello. Necesitamos confíar en el sistema. Limpie el Congreso de prebendas, aforamientos e impunidades que tanto daño hacen a la democracia y que acrecientan, en algunas mentes, la necesidad de la dictadura. Y, por supuesto, que sobre los corruptos caiga todo el peso de la ley.

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 Nieves Sevilla Nohales es maestra y escritora.

Nieves Sevilla Nohales

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