La UE insiste (menos mal) en la calidad del aire

Gerardo Centeno

Europa vuelve a la carga en materia de calidad del aire. Las instituciones comunitarias pretenden endurecer las medidas para conseguir que en 2030 las partículas contaminantes que acompañan al oxígeno que respiramos se reduzcan de manera notable. El objetivo final, a mitad de siglo, es que la contaminación nociva sea un recuerdo en las hemerotecas. El acuerdo, por suspicacias que levante, deberá ser refrendado por mayoría en el Consejo y el Parlamento Europeo. El grupo popular europeo y la extrema derecha han votado con anterioridad en contra de medidas más laxas, con lo que el envite no se antoja sencillo. 

Las nuevas normas propuestas endurecerían los límites máximos de partículas como el PM2,5 y del dióxido de nitrógeno, pero dejan una puerta abierta para que los Estados retrasen su cumplimiento hasta una década

Las nuevas normas propuestas endurecerían los límites máximos de partículas como el PM2,5 y del dióxido de nitrógeno, pero dejan una puerta abierta para que los Estados retrasen su cumplimiento hasta una década en el caso de así solicitarlo.

El nuevo marco legal exigirá a los miembros de la UE planes de calidad del aire y medidas de emergencia que podrán tomar forma de restricciones a la circulación de vehículos a motor o indemnizaciones a los particulares cuando se produzcan daños para la salud como consecuencia de la infracción de las normas nacionales de transposición de algunas de las disposiciones de la Directiva.

Mucha votación queda por delante… incluso unas elecciones comunitarias… pero cada vez menos tiempo para poder lograr el necesario objetivo.

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Gerardo Centeno es Letrado Consistorial, Vocal Asesor de Más Madrid y escritor.

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