10N | Elecciones Generales

10N: así llega cada partido al arranque 'oficial' de la campaña

Sánchez, Casado, Rivera, Iglesias, Abascal y Errejón en actos de precampaña.

Puede parecer que en España llevamos de campaña electoral desde el 24 de septiembre, día en que se disolvieron las Cortes para la celebración de elecciones generales. Pero la campaña oficial, la que marca la leyarranca este jueves con la situación en Cataluña como uno de los ejes y con el debate televisado del lunes como posible punto de inflexión. Acabará el viernes 8 y el sábado 9 será la jornada de reflexión.

La de este 10N es una campaña corta –reduce su duración a la mitad– tras el cambio legislativo de 2016 con el que Mariano Rajoy pretendía evitar que unas nuevas elecciones generales coincidiesen con la Navidad.

El del lunes será el primer debate de Santiago Abascal con el resto de candidatos.  Y está por ver cómo afecta su presencia sobre todo a Pablo Casado (PP), cuya formación se ha propuesto moderar el discurso, pero que empieza a ver con preocupación cómo Vox sube en las encuestas.

Como le ocurrió al líder de la extrema derecha en el duelo previo al 28A, la ley impide que Íñigo Errejón debata con sus rivales. El ex de Podemos ha dejado la política autonómica y se estrena como cabeza de lista por Madrid de Más País.

infoLibre analiza el punto de partida de PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas Podemos, Vox y Más País.

  Partido Socialista

Tras una precampaña plagada de actos públicos y de comparecencias ante los medios de comunicación, Pedro Sánchez no bajará el pistón y echará el resto para lograr lo que no logró tras el 28A: ser investido presidente del Gobierno. Ya lo advirtió este mismo martes en un acto de partido en Palencia: se dispone a insistir de aquí al día de las elecciones en dos ideas básicas. Una: que el PSOE es el único partido que puede gobernar. Y dos: que necesita apoyo suficiente para formar un Gobierno fuerte.

No hay sondeo publicado en el que el Partido Socialista no aparezca como la fuerza más votada. Si nada cambia de aquí al 10N –el sondeo del CIS otorgó al PSOE un máximo de 150 escaños, una mejora importante de los 123 del 28A–, la duda va a estar en el tipo de socios que Sánchez busca para lograr el apoyo de la mayoría de la Cámara Baja. Y el precio que estos ponen a sus escaños. El líder del principal partido de la oposición, Pablo Casado, ya ha exigido al presidente del Gobierno en funciones que dimita si no supera los 123 escaños de abril.

 

De momento, Sánchez ya es objeto de las críticas de Unidas Podemos, que le acusan de estar buscando un pacto con el Partido Popular. Tampoco se libra de las críticas del partido liderado por Casado. Esta misma semana, en la dirección nacional de los conservadores han hablado de un supuesto pacto entre el PSOE y la extrema derecha de Vox para hacer que Casado no mejore sus expectativas de crecimiento electoral. "Hablan y sus estrategias se retroalimentan", llegaron a decir desde el PP. Como respuesta, en el partido que ostenta la presidencia del Gobierno en funciones, culparon al PP –también a Cs– del auge de la extrema derecha.

La exhumación de los restos del dictador Francisco Franco, hace ya una semana, coincidió al Gobierno con la gestión de la crisis desatada en Cataluña por la sentencia del procés. Los socialistas no se han librado de las críticas de "electoralismo" vertidas por sus rivales políticos cuando ya estaban haciendo frente a otras críticas relacionadas con su relación con la Generalitat de Catalunya. El sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas fue realizado antes de la sentencia del procés. Y, por tanto, antes también de la exhumación de los restos de Franco.

Este diario ha informado de que el Gobierno está convencido de que su política tendrá efecto porque cree estar mostrando una imagen de fortaleza a la hora de gestionar la crisis catalana. Consideran que los electores entenderán que el problema no se va a resolver con una nueva aplicación del 155, como exigen desde PP y Ciudadanos, unas presiones a las que los socialistas responden con acusaciones de deslealtad y de falta de sentido de Estado. Todo lo contrario que ocurrió, defienden, cuando gobernaba Mariano Rajoy (PP) y Sánchez estuvo al lado del Gobierno a la hora de votar a favor de la activación del artículo 155 de la Constitución en el Senado.

En la Moncloa no hablan de preocupación, pero aseguran que estarán atentos a lo que ocurra en las calles de Cataluña los días antes de las elecciones, e incluso en la jornada de reflexión.

En una campaña muy en clave catalana, Sánchez recuperó este miércoles, cuando el partido presentó su programa electoral al completo, la apuesta federalista del PSOE para evitar la desmovilización del voto socialista en esta comunidad autónoma. Un asunto que no figuraba en los borradores que el partido había manejado en los últimos días.

  Partido Popular

Pablo Casado afronta una campaña en la que, según el grueso de las encuestas publicadas, sería una de las fuerzas que más crecería. Del peor resultado de la historia del Partido Popular, los 66 escaños que obtuvieron el 28A, al centenar que ya le otorgan algunas encuestas.

El principal objetivo de los conservadores es no meter la pata para que nada se tuerza en esta breve campaña a la que Casado llega ya habiendo recorrido 30.000 kilómetros desde que se convocaron las elecciones. También llega exhibiendo un tono mucho más moderado que el que se gastó en las últimas generales, en el que los conservadores no rehuyeron la confrontación con Vox. Existe la preocupación en círculos conservadores de que esta estrategia se estropee, sobre todo con vistas al debate.

Casado intentará centrar esta campaña en rivalizar con el Partido Socialista. Dicen en su equipo que, a la vista de todas las encuestas, solo hay dos opciones posibles para después del 10N: un gobierno liderado por Pedro Sánchez o un gobierno liderado por Pablo Casado. Tan convencidos están en el PP de que ahora les va a ir bien que el jefe de los conservadores se ha atrevido a pedir al presidente del Gobierno en funciones que dimita el 10N si no saca los mismos escaños que el 28A.

En el PP hay cierta división a la hora de hacer frente a los datos de los sondeos. Hay dirigentes que son partidarios de agitar la idea de que los cien escaños son una realidad también en sus sondeos internos. Pero también hay quienes creen que marcar esa "barrera psicológica" no les ayuda para nada. Porque aunque la campaña sea muy corta, cualquier error puede alterar el escenario y cualquier resultado inferior a esas tres cifras podría ser interpretado como un fracaso de Pablo Casado.

El líder del PP participará en 13 actos electorales abrirá campaña en Sevilla y la cerrará en Madrid. El resto de candidatos se volcará en sus respectivos territorios. 

 

Habrá un hilo conductor de la campaña: "La papeleta del PP tiene el espíritu de España Suma", en alusión a la coalición –frustrada– que Casado intentó con Ciudadanos para que la división del bloque de la derecha condujese a otro nuevo escenario de bloqueo. 

Los principales temas que abordará Casado en los mítines tendrán que ver con la situación económica, con la bajada de impuestos como principal plato del menú, y la situación en Cataluña. De ganar las elecciones, la primera decisión del Consejo de Ministros conservador sería enviar al presidente de la Generalitat, Quim Torra, el requerimiento previo a la aplicación del artículo 155.

"Cuando al PP se le encarga la gestión de la crisis, sale mejor que el Partido Socialista", explican en Génova.

Pese a que el jefe de los conservadores niega que la abstención del PP vaya a servir para que Sánchez permanezca en la Moncloa, con el argumento de que la misión del PP no es la de fortalecer al PSOE, cada vez son más las voces dentro del partido, sobre todo en los territorios, que apuntan a que Casado no va a tener más remedio que facilitar del desbloqueo o intentar un escenario de gran coalición. "No sería un gesto gratis, habría que poner un alto precio", dice un veterano dirigente del PP en conversación con infoLibre.

  Ciudadanos

Si hay un dirigente político que se juega mucho de su liderazgo este 10N ese es Albert Rivera. Porque todas las encuestas le ubican lejos de los 57 escaños del 28A, siendo superado incluso por la extrema derecha de Vox. Tras ese batacazo en los sondeos podría estar el desgaste por los acuerdos municipales y autonómicos con PP y Vox y también por no haber sido un instrumento para el desbloqueo de la formación de gobierno. Unos gestos que provocaron que referentes del partido dieran un portazo al mismo tiempo que Rivera construía una dirección más a su medida.

El Rivera de las últimas semanas no es el mismo que se presentó a las elecciones del 28 de abril, cuando su partido se ubicó asolo nueve del Partido Popular. Poco antes de apurarse el plazo para la disolución de las Cortes, llegó a ofrecer a Sánchez una abstención conjunta de PP y Cs para desbloquear la investidura, algo que fue visto por sus rivales como un intento a la desesperada de levantar su liderazgo. La misma impresión causó que se intentara erigir como puente entre el Gobierno y los partidos bautizados como "constitucionalistas" para trazar una estrategia conjunta de reacción a la sentencia del procésprocés. No pasa inadvertido que en ocasiones anteriores se negó a ir a la Moncloa a reunirse con Sánchez cuando este le convocaba.

 

La situación en Cataluña tras la sentencia del procés va a ser uno de sus ejes de campaña. En unas recientes declaraciones que sorprendieron a casi todos sus rivales políticos, Rivera aseguró que quería ser presidente del Gobierno para "meter en la cárcel a quienes intenten romper España.

El presidente del partido naranja centrará su campaña en Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia. Y dará el pistoletazo de salida a la misma este jueves en Cádiz. Hará tándem con la portavoz del partido en el Congreso, Inés Arrimadas, exjefa del partido en Cataluña.

En Cs confían en dar la vuelta a las encuestas en esta semana de campaña y en movilizar a un electorado que, de momento, parece no decidirse a votar.

¿Y, de cara al día después del 10N, qué? Rivera ya ha sido insistente en que si la noche electoral su partido suma con el PP, llamará a Pablo Casado para intentar cerrar un Gobierno. Pero mucho tienen que equivocarse las encuestas para que ambas formaciones sumen. En todo caso, PP y Cs ya tienen este escenario más que ensayado: gobiernan juntos en Andalucía, en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid y en Murcia, instituciones en las que han contado con la complicidad de la extrema derecha.

  Unidas Podemos

Pablo Iglesias afronta la campaña electoral pidiendo a sus votantes que hagan que Unidas Podemos esté fuerte el 10N. En este sentido, una de sus principales denuncias de los últimos días ha sido la de que si esto no ocurre así y a Pedro Sánchez le dan los números, el presidente del Gobierno en funciones acabará buscando un pacto con el Partido Popular de Pablo Casado.

¿Y qué ocurrirá tras ese posible pacto entre el bipartidismo clásico? En Unidas Podemos lo tienen claro: recortes. 

De forma paralela a los intentos de movilización del electorado, Iglesias ha empleado también sus actos públicos y de precampaña para trasladar la idea de que, pese a que los socialistas les ofrecieron la entrada en el Gobierno, esa oferta pasaba por una serie de sillones vacíos de competencia, recordando las palabras de Sánchez en las que señalaba que no habría dormido "tranquilo" con miembros de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros.

También han sido muy críticos con la exhumación del dictador Francisco Franco, una decisión calificada de "electoralista" por el momento escogido por el gabinete de Pedro Sánchez, en plena precampaña electoral.

 

Lejos de haber cambiado de idea, en Unidas Podemos siguen apostando por un futuro gobierno progresista en el que todas las fuerzas que lo hicieran posible habrían de estar representadas en el Consejo de Ministros.

Iglesias ubica a la formación morada como una vacuna en contra de que "sigan mandando las élites, imponiendo precariedad laboral y recortes". Una forma de poner "las necesidades de la gente en el centro". E intenta restar importancia a la aparición de Más País con el argumento de que sus enemigos políticos no son las fuerzas progresistas.

Unidas Podemos dará el pistoletazo de salida a la campaña en un acto en Madrid en el que participará Irene Montero. En este momento, no está confirmada la asistencia de Pablo Iglesias porque tiene ya concertada una entrevista en El Hormiguero (Antena 3).

  Vox

El partido liderado por Santiago Abascal crece en las encuestas –hay algunos sondeos que le ubican ya tercera fuerza tras PP y PSOE– empujado por la crisis en Cataluña y la exhumación del dictador Francisco Franco. El 28A, la extrema derecha se estrenó en Parlamento con 24 escaños.

En Vox pretenden retener su electorado, unos votantes que, según coinciden todos los expertos en sociología electoral ,se comportan de forma muy fiel. También tienen como objetivo captar al votante más extremista que en los anteriores comicios pudo haberse decantado por el PP o por Ciudadanos. Sobre todo, a quienes apostaron por el PP de Casado el 28A y ahora pueden sentirse incómodos con su perfil más moderado.

El arranque de campaña de Abascal será en Barcelona.

 

Mientras, este miércoles puso fin a la precampaña en Ceuta, donde aprovechó para exponer sus polémicas medidas en materia de inmigración. Insistió en que las ayudas sociales al alquiler de vivienda o a la compra de viviendas de protección oficial recaen más en "personas extranjeras o de origen extranjero" que en españoles y sostuvo que Vox pedirá datos de quiénes son los beneficiarios.

"Queremos saberlo, a cuántos españoles se está beneficiando y a cuántos extranjeros, porque por cada persona extranjera a la que se ayuda hay un joven español que no puede irse de casa de sus padres", dijo en declaraciones a los medios de comunicación en el paso fronterizo del Tarajal, en Ceuta, según informa Europa Press.

El dirigente de Vox leyó el pasado domingo en un mitin en Murcia una lista de nombres extranjeros que, según dijo, eran perceptores de ayudas al alquiler en la Comunidad de Madrid, lo que provocó los silbidos y abucheos de los asistentes. Pero la propia Comunidad de Madrid, en manos de PP y Cs, aclaró que más del 80% de los beneficiarios de esas ayudas corresponden a ciudadanos españoles.

  Más país

La candidatura encabezada por Íñigo Errejón se estrena en unas elecciones generales y ha escogido Sevilla como ciudad para el arranque. Al ser Más País una fuerza de reciente creación, es más complicado que los sondeos reflejen bien cuál puede ser su implantación. A ello se agarran en el partido cuando se les pide que valoren los sondeos.

Otro obstáculo es que no tendrá presencia en el gran debate de la semana que viene al no haber concurrido a las últimas elecciones generales. "Me presento a presidente del Gobierno, y un candidato a presidente tiene que poder debatir. Si la Junta Electoral no me deja es que debe actualizarse al siglo XXI y no poner obstáculos a la democracia", se quejó recientemente el candidato en su perfil de Twitter.

 

Errejón está haciendo de sus propuestas sociales y en materia medioambiental el eje de su discurso. Y para distanciarse de su expartido, Unidas Podemos, y también de los socialistas, está insistiendo en el mensaje de que para él lo importante no son los sillones.

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En una reciente entrevista concedida a Antena 3, el líder de Más Madrid fue preguntado por la posibilidad de ocupar un ministerio en un futuro gobierno. Y su respuesta fue que el "juego de las sillas" es lo que ha llevado a España al bloqueo político y a una repetición electoral.

Errejón consideró que empezar a "hacer los jueguecitos de cuantos sillones tiene uno, cuantos tiene el otro" es lo que ha llevado a esta situación de impasse. A su juicio, este bloqueo ha "agravado" los problemas de las familias trabajadoras y de clase media. "Como empecemos así acabaremos como este verano", advirtió sobre lo que puede pasar a partir del 10N.

Más País enfila la recta final hacia el 10N con una denuncia ante la Junta Electoral Central por una supuesta campaña contra PSOE y Podemos en su nombre tras la que, según informa eldiario.es, podría estar un colaborador de un asesor electoral del PP de Casado.eldiario.es

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