Hacienda pública

Abdul Rahman El Assir, el amigo de monterías del rey Juan Carlos que la Fiscalía quiere detener por fraude fiscal

El rey emérito Juan Carlos de Borbón.

El pasado martes, según publicó El Español, la Fiscalía pidió a la Audiencia Provincial de Madrid que emitiera una orden de busca y captura contra Abdul Rahman El Assir, un comerciante de armas español de origen libanés. La justicia investiga desde hace años a El Assir por haber defraudado, supuestamente, casi 15 millones de euros a la Hacienda pública, y la de hace unos días fue la tercera vez en apenas cuatro meses que el acusado no se presentó al juicio pese a estar citado para ello.

Hasta aquí, la historia parece bastante anodina. Lo que ocurre es que El Assir, su protagonista, no es un empresario normal. Desde finales de los 80, se ha codeado con las altas esferas a nivel político, él y su familia están muy bien relacionados con miembros de la aristocracia y la clase alta y sus contactos llegan tan alto que es amigo personal del rey emérito Juan Carlos I, a quien incluso invitó en 2016 a la boda de una de sus hijas en Suiza. A esa boda también estuvieron invitados el expresidente del Gobierno José María Aznar, su mujer Ana Botella, su hija Ana y el marido de ésta, el empresario Alejandro Agag, y los invitados españoles viajaron al país en un avión fletado por el propio El Assir.

Semejante lista de invitados es una buena muestra de cómo el comerciante de armas ha cultivado su relación con el poder desde finales de los 80, a través de lujosas vacaciones y fiestas en Marbella, varias residencias de lujo distribuidas por las urbanizaciones más exclusivas de Madrid, Cádiz o Suiza y monterías de caza con el rey Juan Carlos. Y si la boda de su hija tuvo que celebrarse en Suiza en lugar de en España, donde El Assir ha residido durante años, tuvo que ver con los problemas que tiene el empresario con la justicia española.

La Fiscalía pide para él ocho años de prisión y una cuantosísima multa de casi 73 millones de euros por haber defaudado, supuestamente, 14,7 millones de euros a Hacienda en los años 2002 y 2003, años en los que no tributó pese a haber tenido más de 31 millones de euros de ingresos. Según el Ministerio Público, El Assir es "propietario de varios inmuebles de lujo, de un punto de atraque de un barco de grandes dimensiones y de varios coches de alta gama utilizados para uso y disfrute de su familia" a través de sociedades instrumentales que, además, estarían financiadas por fondos procedentes del extranjero, algunos de ellos desde paraísos fiscales.

Negocios con el Gobierno de Felipe González

Si el Ministerio Público ha solicitado una orden de detención internacional contra El Assir es porque sospecha que éste reside en Suiza y que, desde allí, está tratando de esquivar a la justicia, dado que no se ha dignado a aparecer en el juicio, convocado primero para octubre y, tras su primera ausencia, fijado para el 5 de diciembre, fecha en la que tampoco acudió. Pero la historia de El Assir comienza mucho antes, más de 40 años atrás, concretamente en 1976, cuando se casó con Samira Khashoggi, hermana del comerciante de armas Adnán Khashoggi, que llegó a ser considerado el hombre más rico del mundo en los años 90.

Fue Khashoggi quien le introdujo en el mundillo del comercio de armas y lo introdujo en los más altos círculos políticos y sociales, y aunque se divorció de su mujer y rompió con su cuñado en 1985, en 1987 el nombre de El Assir ya aparecía en la prensa como uno de los principales intermediarios del Gobierno socialista de Felipe González a la hora de cerrar acuerdos de compraventa de material militar con otros países. En un artículo de ese año, el diario El País describía al empresario como "el hombre que monopoliza la intermediación de las exportaciones españolas" de armas, y solo en ese año, El Assir consiguió firmar jugosos contratos con Marruecos y Somalia, el primero "por importe de más de 330 millones de dólares" de la época, que ahora equivaldrían a casi 660 millones de euros.

El comerciante trabajaba a comisión: según El País, su ganancia "nunca" bajaba del 5% del contrato.El País Pero ya en los inicios de su carrera, El Assir se vio envuelto en asuntos turbios. A principios de los 90, por ejemplo, el expresidente peruano Alan García fue investigado por la justicia de su país por haberse supuestamente enriquecido ilícitamente con la venta de unos cazas de guerra, y el juez llamó a declarar al comerciante en calidad de testigo en 1991 por su relación con el asunto.

Otro caso abierto en Francia

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El Assir también se ha visto envuelto en problemas en Francia, donde está procesado por haber, supuestamente, colaborado en el desvío de fondos a la campaña presidencial del candidato conservador en las elecciones de 1995, Édourard Balladur. Estos fondos procederían de la venta de submarinos de ataque de fabricación gala a Pakistán. En ese caso está también supuestamente involucrado otro nombre conocido: el de Paul Manafort, que posteriormente coordinaría la campaña presidencial de Donald Trump y que, por aquel entonces, habría trabajado para Balladur, aunque éste lo niega.

Asimismo, Portugal también ha sido el escenario de otro de los grandes escándalos en los que ha estado involucrado El Assir, que en la primera década de los años 2000 provocó un agujero de 42 millones de euros al Banco Portugués de Negocios, tal y como quedó acreditado en 2008, cuando la entidad tuvo que ser intervenida por el Gobierno luso. El comerciante figuraba como accionista mayoritario de dos firmas adquiridas por el BPN por 56 millones de euros, empresas que posteriormente fracasaron y cuya compra el banco ocultó a las autoridades.

Su último contencioso judicial es el que tiene abierto en España, aunque lo cierto es que El Assir –el "mercader de armas amigo de la jet set", como lo califican algunos medios– ha sido especialmente ducho en escapar hasta ahora de la justicia. Está por ver si la orden de detención internacional solicitada contra él por la Fiscalía se pone finalmente en marcha. Por el momento, el magnate continúa posiblemente en Suiza. Y el Estado aún no ha recuperado los 14,7 millones de euros que supuestamente evadió el comerciante, ni tampoco los otros casi 73 millones que le exige que pague en concepto de multa.

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