Antonio Sanz, un consejero a las órdenes de Moreno que bromea con la crisis de los cribados

La caída del Servicio Andaluz de Salud es equiparable a la caída del sistema de entradas para ver a La Oreja de Van Gogh. O así lo ve Antonio Sanz, el nuevo consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, que este miércoles ha pasado al ataque directo contra la Asociación de Mujeres con Cáncer de Sevilla (Amama), la que destapó la crisis, después de denunciar al Gobierno andaluz ante la Fiscalía por presuntamente manipular y borrar historiales clínicos de las pacientes en sus plataformas digitales. Según el nuevo consejero andaluz, con esa denuncia Amama generó "una alarma social bestial" que provocó un "aluvión" de entradas de usuarios que hizo "colapsar" los servicios informáticos del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

"Ayer le pasó a Amazon, o miren ustedes el concierto de la Oreja de Van Gogh, que había tanta gente que se cayó el sistema también", dijo para tratar de justificar la caída. Esto es una eventualidad, a nosotros en la Junta de Andalucía el sistema se nos ha caído muchas veces", añadió, para acusar a renglón seguido la asociación de verter "injurias, calumnias y de imputar delitos a responsables públicos" sin "ninguna prueba": "No se puede confundir una caída informática con una desaparición de pruebas. El sistema no ha eliminado nada, ni historias clínicas ni mamografías", aseguró.

Sanz fue delegado del Gobierno de Mariano Rajoy y estuvo en el equipo de la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias del Partido Popular contra Pablo Casado. Ahora su nombre ha vuelto a acaparar la atención mediática al ser elegido por el presidente andaluz, Juanma Moreno, para llevar la cartera de Sanidad de la Junta tras la dimisión de Rocío Hernández por los fallos en los cribados en el cáncer de mama. Una elección de calado político, con la que el presidente andaluz trata de sortear la crisis en el ámbito que ha pasado a ser la mayor preocupación para los andaluces de cara a las elecciones el próximo año.

Tras ser nombrado—ya ocupaba la cartera de Presidencia—, Sanz afirmó que sus nuevas tareas eran un "reto personal" y se comprometió a dedicar a la tarea los 365 días del año y las 24 horas del día: "Como acostumbro, 24/7". Cuatro días después de su toma de posesión, en el día que se celebraba el Día Mundial del Cáncer de Mama, no realizó ningún acto público y atendió a la prensa antes de asistir a una novillada. De hecho, dio más recorrido en redes a este acto que al Día del Cáncer de Mama, ya que publicó dos tuits propios sobre la corrida y retuiteó otro del Gobierno andaluz.

Tras sus polémicas palabras sobre el fallo del sistema, Sanz compareció este miércoles en el Parlamento andaluz para pedir a la oposición que no "convierta" la sanidad andaluza "en un arma electoral": "A diferencia de otros gobiernos, reconocemos las disfunciones, depuramos responsabilidades y hemos pedido perdón", dijo durante el debate general de sanidad, que el PP llevaba bloqueando prácticamente desde que arrancó la legislatura. Moreno es consciente de que la sanidad es su talón de Aquiles ya que, además de ser el problema que más afecta de forma personal según el reciente estudio del Centra, los barómetros sanitarios que el CIS ha ido publicando de manera puntual también señalan que Andalucía es la comunidad menos satisfecha con su sanidad.

Sanz, de mano derecha de Arenas a 'salvavidas' de Moreno

Sanz se ha convertido en el hombre fuerte de la Junta, ya que también tiene en sus manos el departamento de Presidencia, y es el dirigente clave para hacer frente al escándalo sanitario. "Su experiencia de gestión, capacidad de trabajo y diálogo serán fundamentales para lo que resta de legislatura", dijo Moreno tras confiarle el cargo. "Es la persona adecuada para solucionar problemas", añadió el portavoz parlamentario del PP andaluz, Toni Martín. Sin embargo, Sanz es el primero de los cuatro consejeros que ha ocupado el área de Salud que no tiene experiencia profesional en el ámbito sanitario.

El primero de ellos fue Jesús Aguirre, médico de familia, relevado en 2022 por Catalina García, enfermera de profesión que ocupó el puesto hasta 2024. Finalmente, la recién dimitida Rocío Hernández ejerció como pediatra hasta que se incorporó al Gobierno autonómico del que salió tras su gestión de la crisis de los cribados de cáncer de mama. "Antonio no sabe tanto sobre sanidad pero conoce mejor la parte política", explica a infoLibre una fuente del PP que trabajó con él en la Junta. "La cartera que tiene no es fácil, pero yo creo que su gestión es más política que sanitaria", añade. Eso sí, la citada fuente considera que Sanz debe tratar de no "meterse en polémicas" como la de este miércoles con la asociación Amama.

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El dirigente del PP andaluz ha pasado por prácticamente todos los cargos dentro del partido: fue coordinador general autonómico y portavoz del grupo parlamentario bajo el mandato de Javier Arenas de quien fue mano derecha durante años, además de presidente del PP de Cádiz. Tras su experiencia como delegado del Gobierno con Mariano Rajoy, Moreno lo fichó cuando llegó a la Junta primero como viceconsejero de la Presidencia y, posteriormente, tras la salida de Elías Bendodo como consejero de esta área. En el último congreso del PP celebrado el pasado mes de julio, Moreno lo eligió para que entrara en la dirección nacional ampliada del partido.

La sanidad, el principal problema para los andaluces (y para la Junta)

La sanidad se ha convertido en un problema para la Junta. Los déficits sanitarios, sumados al desvelamiento de los planes del Gobierno andaluz para acelerar la privatización de elementos del sistema público y la crisis de los cribados están poniendo en problemas a Moreno. En esta legislatura se han sucedido las movilizaciones, centradas en la saturación de la atención primaria, promovidas sobre todo por CCOO, UGT y CSIF. De momento no parece haber un clima como el de la última legislatura del PSOE, con Susana Díaz, cuando Granada estalló en manifestaciones que tuvieron como detonante un plan de reordenación sanitaria pero acabaron expresando un malestar larvado por otros problemas y también en otras provincias. No obstante, sí ha habido expresiones de indignación social que han tenido su apogeo en la crisis de los cribados.

El mensaje de la oposición es coincidente en lo esencial: Moreno está desmontando la sanidad para venderla a beneficio de unos pocos. Una de las principales críticas que se está haciendo al PP andaluz sobre la gestión de la crisis es la falta de empatía con las propias víctimas. La dimitida consejera de Salud, Rocío Hernández, se llegó a reír de la oposición durante la comisión parlamentaria en la que se habló del escándalo y a las mujeres afectadas les trasladó que no vieran el "vaso medio vacío". Asimismo, en un primer momento, cifró en “tres o cuatro casos” los fallos por el error para luego admitir que había al menos 2.000 mujeres sin recibir el diagnóstico. Una empatía que la oposición —y, en privado, también el PP— considera que Sanz tampoco ha tenido este miércoles con sus duros reproches a Amama, al que partidos como Podemos han reclamado que "pida perdón".

La caída del Servicio Andaluz de Salud es equiparable a la caída del sistema de entradas para ver a La Oreja de Van Gogh. O así lo ve Antonio Sanz, el nuevo consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, que este miércoles ha pasado al ataque directo contra la Asociación de Mujeres con Cáncer de Sevilla (Amama), la que destapó la crisis, después de denunciar al Gobierno andaluz ante la Fiscalía por presuntamente manipular y borrar historiales clínicos de las pacientes en sus plataformas digitales. Según el nuevo consejero andaluz, con esa denuncia Amama generó "una alarma social bestial" que provocó un "aluvión" de entradas de usuarios que hizo "colapsar" los servicios informáticos del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

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