Elecciones 24-M
Carmona la acusa de ser “connivente con la corrupción” y le reitera que enseñe su declaración de renta
Antonio Miguel Carmona, el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, lleva reiterando durante toda su campaña que su principal rival y presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, es la "madre de la corrupción". Este lunes, subió el tono. La acusó de haber tenido "connivencia con la corrupción" en su etapa de presidenta de la Comunidad (2003-2012) y subrayó que no tenía que haberse presentado a estas elecciones del 24 de mayo.
Carmona respondía así al ser preguntado por los periodistas por la información que hoy pública infoLibre, que revela que el marido de la candidata del PP al Ayuntamiento, Fernando Ramírez de Haro, actuó como lobista con empresas relacionadas con la Comunidad. En concreto, el esposo de Aguirre trabajó en 2014 para Herrero y Asociados (H&A), una de las principales agencias españolas de gestión de propiedad industrial. Su tarifa como lobista: una comisión del 10% sobre la facturación conseguida gracias a sus gestiones. La candidata y presidenta del PP regional no ha querido contestar sobre esta cuestión a preguntas de este diario. Hoy simplemente soltó: "Mi marido es absolutamente admirable".
"Aguirre se caracteriza por ser la madre de la corrupción y de los asuntos turbios. Desde luego, no se tenía que haber presentado a alcaldesa", dijo el aspirante socialista, tras la presentación de su programa [consúltalo aquí en PDF] en el parque de El Capricho de la capital, para la que contó con un telonero de lujo, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. El candidato argumentó que quien ha sido "responsable política de la corrupción y de la impunidad en esta región tiene que hacer un ejercicio de humildad y ayudar a las autoridades a esclarecer los casos de corrupción, en los que ella tiene más información que nadie". Y añadió que "como presidenta de la Comunidad de Madrid" tuvo "connivencia con la corrupción", como se ha visto con el "tránsito" de miembros de su equipo de confianza de los "despachos a los juzgados y a la cárcel".
Tiene aún a imputados
Carmona denunció además que Aguirre "insista", y es "gravísimo", porque ha colocado en listas en la Comunidad, en calidad de presidenta del PP madrileño, a "alcaldes imputados por corrupción", como el de Brunete. Como sigue "llevando en sus listas a sospechosos de haber recibido regalos" de la trama Gürtel trama Gürtel o personas "enredadas en la corrupción".
Respecto al marido de Aguirre, señaló que "en temas familiares" él no se mete, "se mete ella sola". Carmona recordó que él quiere una "campaña limpia" donde se esclarezcan los hechos y donde la candidata del PP ponga encima de la mesa su declaración de la renta, como lleva demandándole desde hace una semana, sin que Aguirre haya movido un dedo. Declaración del IRPF, insistió, que sí ha presentado él y todos los candidatos del PSOE. También deslizó su mensaje de que este próximo domingo se hace un verdadero "referéndum sobre la corrupción" en Madrid.
Durante su discurso inicial, ante un centenar de asistentes (colectivos sociales, cuadros como el presidente de la gestora del PSM, Rafael Simancas, y miembros de la candidatura), Carmona reivindicó el doble concepto de "limpieza". Tanto la de la ciudad, que ha visto incrementada su suciedad en este último mandato y promete limpiar de forma urgente en los primeros seis meses, como de los "despachos". El socialista de reconoció como un candidato que va "por un notable en la asignatura de la honradez" que le inculcaron en casa, mientras otras son "la madre de la corrupción", y así se lo afeará esta noche, adelantó, en el debate a dos en Telemadrid. "No tenemos nada que ocultar ni que esconder", presumió.
Trayectoria "impecable" de Carmona
Zapatero, por su parte, también enfatizó la trayectoria "impecable" de Carmona. No habrá ningún candidato "con una hoja de servicios más limpia" que la suya, elogió. El expresidente le cubrió de halagos –un aspirante "trabajador, infatigable, honesto"– y al que quería apoyar explícitamente. Elogie que fueron correspondidos por Carmona, que dijo sentirse "muy orgulloso" de la festín de Zapatero. Un mensaje que no es baladí, habida cuenta de que la dirección federal de Pedro Sánchez se ha apoyado más en Felipe González y orillado al segundo presidente socialista.
Zapatero, a su vez, lanzó un mensaje en clave interna al explicar su claro respaldo a Carmona. Lo apoya porque aparte de sus virtudes personales, tiene el programa "más articulado" y "sistematizado" y "lleva mucho tiempo trabajando". "Madrid necesita y merece un cambio, un cambio de Gobierno" por parte de quien ha trabajado un programa y no de quien "ha improvisado" y llega "por casualidad", subrayó. Con eso daba pie a las especulaciones. Parecía dirigirse, de hecho, al exministro Ángel Gabilondo, que aterrizó a la candidatura de la Comunidad en febrero, después de que Sánchez destituyese por la vía rápida a Tomás Gómez.
Pero luego Zapatero fue preguntado por los medios si se refería a Gabilondo, contestó que no, porque siempre ha estado dedicado a la tarea pública, y cuenta con los "fundamentos y cimientos" para hacer un "buen programa electoral".
"Cultura, cultura y cultura"
El exjefe del Ejecutivo también explicó que apadrina a Carmona porque es al "único" al que ha oído machacar en la necesidad de potenciar la cultura en una ciudad como Madrid. El candidato también lo reiteró durante su discurso, ya que los "pozos de petróleo" de la capital han de ser "tres: cultura, cultura y cultura", hasta hacer de ella la capital del teatro, del cine, de la música y del español en todo el mundo. "Todo empieza y acaba por la cultura", convino Zapatero.
El expresidente protagonizó una intervención larga, de cerca de media hora, en la que intentó reivindicarse a sí mismo y a la historia del PSOE, pese a que en su larga vida de 136 años haya cometido "errores" y haya que hacer "autocrítica". Recordó los avances en derechos sociales de su Gobierno, y hasta el fin de ETA logrado en su segunda legislatura, o la construcción de la sanidad y educación pública que construyeron los socialistas.
Pero sobre todo Zapatero hizo hincapié, una y otra vez, y frente a los emergentes, que el PSOE se presenta para "gobernar", para "construir". Y Carmona seria un ejemplo de eso, de un candidato que quiere hacer cosas por su ciudad y no "por dar una patada a [José María] Aznar y a Aguirre". El PSOE, dijo, es la "izquierda que gobierna" y se "compromete". Y esa es una "diferencia" con Podemos y con otras fuerzas de izquierdas: mientras que el PSOE tiene "vocación" de gobierno, "otros" juegan otro papel, "quieren influir, condicionar". "Nosotros queremos decidir y determinar", reforzó. Por eso el expresidente no quiere hablar de pactos, de si prefiere como pareja a Ciudadanos o a Podemos, ya que el PSOE sale "a ganar", y no a "empatar o quedar segundos". "Algunos tienen voluntad de ser críticos con el sistema. Pues que hagan un concurso de críticas", emplazó.
"Confíen en aquellos que ni presumen ni atacan o descalifican, porque no hay buena política en la descalificación. Gobernar es construir, es proyectar, es marcar un rumbo, es movilizar las mejores energía de la gente en favor de un proyecto común", culminó.
La "izquierda posible" y los emergentes
Zapatero sacó pecho, en definitiva, de la "trayectoria" y del "proyecto de futuro" del PSOE. "No hemos partido de cero y nunca hemos querido que las cosas queden como están". Por esa misma razón, los socialistas defenderán la "democracia de 1978, por coherencia y sentido histórico", sin dejarse llevar por los "cantos de sirena" de quienes la rechazan. Otra referencia a Podemos.
Carmona también siguió esa línea de argumentación al defender su programa "de izquierdas", pero que representa la "izquierda posible", que se alcanza con el "cambio tranquilo" como el que en su día protagonizó Zapatero. El PSOE, dijo, no quiere "conquistar el cielo", como prometió Pablo Iglesias, el secretario general de Podemos, sino que pretende "transformar" la ciudad y el país y plasmarlo en el BOE, ser la "izquierda real".
Zapatero se refirió asimismo a lo que está ocurriendo en Andalucía, donde aún no ha sido posible la investidura de la socialista Susana Díaz por el "bloqueo" de la oposición. En la comunidad, los que "parecen nuevos" (o sea, Podemos y C's) han "priorizando sus intereses" y no los "problemas de la gente", condenó. Y remató: "Esa es la diferencia entre un partido de gobierno y los que quieren influir".
"Un paso más"
Carmona defendió su programa como "un paso más" dentro de un largo viaje desde que arrancó su camino hacia las elecciones del 24-M. Meses en los que ha "hablado, discutido, corregido y coordinado" el documento con diferentes colectivos, comprobando que aquello que se promete se puede realizar, que es "riguroso". El resultado es el "programa municipal más extenso" –son casi 300 páginas– que haya hecho el PSOE en la capital. Entre sus prioridades, además de la cultura, la propuesta de una "M-30 social" que vele por los que sufren la crisis, que tenga en cuenta a colectivos vulnerables, a mayores, mujeres, migrantes, minorías, discapacitados o desahuciados. También incluye una Oficina Antifraude, la rehabilitación de 120.000 viviendas para generar 65.000 empleos y la expropiación del usufructo temporal de los 40.000 pisos propiedad de entidades financieras que existen en la ciudad.
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"Ninguna derecha corrupta nos va a quitar la posibilidad de gobernar esta ciudad", "el socialismo ha vuelto siendo la única izquierda, la izquierda que presume de ser izquierda y no se disfraza de absolutamente nada", proclamó, en una alusión velada a Ahora Madrid y a Podemos. No lo dicen así todas las encuestas. La tendencia que han venido indicando algunas de ellas es que la lista impulsada por Podemos y Ganemos y liderada por la jueza Manuela Carmena, podría quedar como segunda fuerza en las capital, por detrás de Aguirre y superando al PSOE. En cualquier caso, la izquierda tiene más al alcance de la mano llegar a tomar el bastón de mando de la ciudad después de 26 años de gobiernos ininterrumpidos de la derecha.
El final del acto coincidió con la visita al jardín histórico de El Capricho, en el distrito de Barajas, de un grupo de escolares, que se acercaron al expresidente para reclamarle un autógrafo. Zapatero cumplió, mientras caía a plomo un intenso sol (preelectoral) de mayo.