10N | Elecciones Generales

La cesión de Sánchez a Iglesias para formar un Gobierno de coalición deja la investidura en manos de Esquerra

El cambio de circunstancias al que se refirió el lunes el secretario de Organización del PSOE tras las elecciones del 10 de noviembre ya tiene explicación. Fracasado el intento de que los electores le reforzasen con “la mayoría rotunda” que pidió durante la campaña, la prioridad de Pedro Sánchez ahora mismo es evitar unas terceras elecciones y poner fin a nueve meses de interinidad. Y ha dado el primer paso levantando las líneas rojas que él mismo construyó tras las elecciones del 28 de abril al aceptar no sólo la entrada de miembros de Unidas Podemos en el Gobierno sino el nombramiento de su líder, Pablo iglesias, como vicepresidente.

Los obstáculos que durante meses argumentó Sánchez para negarse a nombrar ministros de Unidas Podemos se han volatilizado después de que la repetición electoral haya reducido la ventaja electoral de la izquierda de 166 a 158 diputados y de que la derecha se haya radicalizado con el ascenso de Vox a 52 escaños. Si alguien en el PSOE o en Moncloa creyó que volver a votar serviría para apuntalar a Sánchez, hoy ya nadie duda que ir a terceras elecciones sería un suicidio.

Así que ahora se trata de lograr “un gobierno progresista sí o sí”, repitió el líder socialista en el acto de firma del preacuerdo con UP en el Congreso. “España necesita un gobierno estable, no en funciones, sólido, no a prueba, y lo necesita ya”. En estos momentos nada justifica persistir en el bloqueo, añadió, porque el país necesita con urgencia un Gobierno que eche a andar cuanto antes.

Así que, con esa prioridad, el presidente ha decidido olvidar la preocupación que le causaba tener que compartir el Gobierno con Unidas Podemos, el riesgo de formar un Ejecutivo poco cohesionado, el temor a encontrarse con dos gobiernos en uno o la inquietud que según él tenían determinados colectivos sociales antes la posibilidad de que dirigentes de la formación morada pasasen a formar parte del Consejo de Ministros.

Como también ha enterrado en un cajón las diferencias, hasta hace dos días insalvables, que mantenía con Unidas Podemos en torno a la situación en Cataluña y que constituían un obstáculo singular para compartir tareas de Gobierno. Especialmente, decía Sánchez, la defensa de un referéndum de autodeterminación y la consideración de los condenados por sedición y prevaricación como “presos políticos”. Eso sí, en el documento hecho público ayer, se habla de "diálogo dentro de la Constitución", algo que destacan desde Moncloa, ya que supone obviar cualquier referéndum.

Donde había desconfianza y resquemor porque Iglesias aseguraba que quería estar en el Gobierno para vigilar a Sánchez y obligarle a cumplir sus compromisos, ahora hay “un acuerdo de legislatura” que estará basado “en la cohesión, la lealtad, la solidaridad gubernamental y en la voluntad de aprovechar los perfiles más idóneos para las distintas responsabilidades de gobierno”, explicó Sánchez.

“El nuevo gobierno será rotundamente progresista, porque estará integrado por fuerzas progresistas y porque trabajará por el progreso de España”, y en él “lo que no cabrá será el odio y la confrontación entre españoles”, advirtió dando a entender que se opondrán a la agenda política y social de la ultraderecha.

Lo que hoy comienza, subrayó, es “tan ilusionante que supera cualquier tipo de desencuentro de anteriores meses” entre Podemos y PSOE. “Ilusionante, emocionante y esperanzador para la mayoría social del país”, insistió tratando de despejar las suspicacias que él mismo planteaba hace poco días antes la mera idea de tener que gobernar con la formación morada.

Iglesias, a su vez, se esforzó también en enterrar semanas de reproches, acusaciones de derechización y alusiones a supuestas cesiones a la banca. Hay que “dejar atrás cualquier reproche y trabajar codo con codo en la tarea ilusionante que tenemos por delante”. Sánchez “sabe que podrán contar con la lealtad” de Unidas Podemos, añadió.

En el acto de firma del praacuerdo, convocado a toda prisa en la sala del comedor de gala de la cuarta planta del Congreso, a los periodistas no se les permitió preguntar. Así que Sánchez pudo justificar su cambio de posición —una cesión en toda regla a las demandas de Unidas Podemos— en términos muy vagos: aludiendo a la celebración de dos elecciones generales y a la necesidad de traducir la voluntad de los españoles “y superar la situación de bloqueo”. “El acuerdo no fue posible tras las anteriores elecciones aunque estuvimos cerca de poder lograrlo”, señaló antes de admitir la decepción que esto supuso entre los votantes progresistas.

Consumado el golpe de efecto que ha supuesto la firma de un preacuerdo apenas unas horas después de la jornada electoral, Sánchez e Iglesias se han conjurado para guardar silencio en los próximos días y evitar que las filtraciones puedan empañar las negociaciones que faltan y que no tienen previsto culminar hasta después de una investidura que, en el mejor de los casos, se celebrará la semana del 16 al 20 de diciembre.

En busca de estabilidad

Entretanto PSOE y UP se van a aplicar a tratar de cerrar acuerdos con otros grupos parlamentarios para garantizar no solo la investidura sino, a poder ser, un acuerdo de legislatura que dé estabilidad en los próximos cuatro años.

Sánchez e Iglesias, que suman entre ambos 155 escaños, cuentan con que serán capaces de negociar y pactar el respaldo de Más País (3), PNV (7), BNG (1), PRC (1), ¡Teruel Existe! (1) y Nueva Canarias (1). Si no hay sorpresas, tienen al alcance de la mano cerrar una mayoría relativa de 169 diputados.

Enfrente todo apunta a que tendrán, como mínimo, 163 noes:noes los de los diputados del PP (88), Vox (52), Ciudadanos (10), Junts per Catalunya (8), las CUP (2), Navarra Suma (2) y Coalición Canaria (1). Cualquier hipótesis de que el PP o Ciudadanos se abstuvieran para facilitar la investidura de Sánchez se ha volatilizado con el anuncio de que Unidas Podemos entrará en el Gobierno.

Así que, tras la confirmación de que Sánchez busca un gobierno que mire a la izquierda, toda la atención se dirige a los dos partidos que todavía no han fijado claramente en qué bloque se disponen a estar: Esquerra (13 escaños) y EH Bildu (5). De los dos, la posición verdaderamente relevante es la de los catalanes: basta con que se abstengan para que la mayoría de 169 diputados que Sánchez aspira a armar saque adelante la investidura en la segunda votación porque habrá conseguido sumar más votos a favor que en contra.

Que lo hagan o no es ya otra cuestión. En la legislatura anterior se mostraron dispuestos, siempre y cuando hubiese acuerdo PSOE-Unidas Podemos. Pero eso fue antes de que el Tribunal Supremo condenase a su presidente, Oriol Junqueras, a trece años de prisión por sedición y malversación de fondos públicos, y de que los sectores más radicales del independentismo convirtiesen la política catalana en un polvorín.

La portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, ya ha declarado que “la posición de ERC es ahora mismo un no”, así que el PSOE y sobre todos UP tendrán que esforzarse mucho para conseguir que faciliten la investidura. Especialmente en estos momentos, cuando todo apunta a que Cataluña celebrará elecciones anticipadas en los próximos meses y los republicanos, si quieren hacerse con la Presidencia de la Generalitat, necesitan disputar a Carles Puigdemont la hegemonía del espacio político independentista.

“Tiene que sentarse y hablar”, pidió este martes Vilalta. “Entender que aquí hay un conflicto político que requiere de una solución democrática y política. Si quieren algo de nosotros se tienen que sentar y hablar y si no, no hay nada que hacer”.

El preacuerdo firmado por Sánchez e Iglesias dice textualmente: “El Gobierno de España tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política. Con ese fin, se fomentará el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución. También se fortalecerá el Estado de las autonomías para asegurar la prestación adecuada de los derechos y servicios de su competencia. Garantizaremos la igualdad entre todos los españoles”.

Más sobre este tema
stats