“¿Puede haber una vuelta al cole con normalidad?”. Esta fue la pregunta que decenas de docentes de diferentes rincones de España se hicieron ante la posibilidad de volver a las aulas con un genocidio de fondo, en el que 18.500 niños y niñas han sido asesinados en Gaza y miles más han quedado heridos o mutilados.
Carlos Diez, profesor de Geografía e Historia en un colegio de Madrid, atiende la llamada telefónica de este medio desde el quinto piso del Círculo de Bellas Artes, en la capital madrileña. Bajo el nombre Marea Palestina: Educación contra el Genocidio allí ha comenzado un encierro este martes junto con otros cincuenta docentes que, interpelados por la pregunta con la que comienza este artículo, han decidido tomar cartas en el asunto para exigir al Gobierno el embargo de armas israelíes y la ruptura de relaciones diplomáticas. Se sienten con fuerzas: aseguran que el encierro no acabará hasta que consigan su objetivo.
“Hemos transformado la amargura y la rabia en acciones para parar el genocidio” expresa Diez, que considera que “si estamos aquí es porque el Gobierno no esta cumpliendo con lo prometido”. Marea Palestina, organización a la que él pertenece, quiere que el Ejecutivo formalice el embargo de armas el próximo martes, después de haber pospuesto la decisión en anteriores ocasiones.
Encerrarse en este edificio emblemático de la capital no ha sido sencillo. Se han vivido momentos de tensión hasta que, finalmente, Valerio Rocco, el director del Círculo de Bellas Artes ha autorizado la acción reivindicativa. Una vez conseguido su objetivo, los miembros de la comunidad educativa han invitado al resto de la sociedad civil a unirse a ellos.
Al movimiento Marea Palestina ya se han sumado alrededor de 40 organizaciones, de distintos sectores y lugares de España. Pero sus miembros no quieren que se pierda el foco: “Lo que esta ocurriendo no es solo un genocidio, sino también un escolicidio”, argumenta Diez, que añade que “la educación no puede quedarse un curso más en la pasividad”. Esto, explica, supone recuperar la escuela como un lugar político. “No queda otra posibilidad, es un imperativo ético”, declara el profesor.
A lo largo del curso, los docentes continuarán con la lucha a través de actividades con las que exponer a sus alumnos lo que está sucediendo en la Gaza. Además, el próximo fin de semana, 6 y 7 de septiembre, la organización “pasará lista” en distintos lugares de España, nombrando a todos los niños y niñas asesinados en Palestina desde el 8 de octubre de 2023. En Madrid, menores, familias y docentes acudirán a la Plaza de Callao para pronunciar todos estos nombres desde las 10:00 de la mañana a las 22:00 de la noche del domingo.
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Según recogen desde la ONU, solo entre el periodo del 22 de junio al 5 de julio, Israel realizó 14 ataques a escuelas, afectando a once escuelas públicas y tres de la UNRWA. La educación gazatí está en una situación insostenible, según información de la OCHA, que observó los ataques.
El genocidio ha hecho que 625.000 estudiantes vean su educación interrumpida, según informan desde la agencia para los refugiados palestinos, y todos los edificios destinados a la educación han quedado total o parcialmente destruidos.
Además informan de que el 84,6% de estos edificios requieren de una reconstrucción significativa para ser utilizables. Y, aunque esto se consiguiera, muchas familias y niños han recurrido a estos lugares como refugio, lo que ha generado un trauma en alumnos y maestros.
“¿Puede haber una vuelta al cole con normalidad?”. Esta fue la pregunta que decenas de docentes de diferentes rincones de España se hicieron ante la posibilidad de volver a las aulas con un genocidio de fondo, en el que 18.500 niños y niñas han sido asesinados en Gaza y miles más han quedado heridos o mutilados.