Los negocios del rey

El dinero que transfirió Juan Carlos I a Corinna se movió por una red de cinco empresas y una fundación

Corinna, junto al rey en un acto en Barcelona en 2006.

Una fundación panameña de interés privado y cinco empresas. Por ese circuito se movió el dinero que Juan Carlos I había recibido supuestamente de Arabia Saudí y que, al menos en parte, terminó en manos de Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Es lo que se desprende del documento que la Fiscalía suiza remitió en agosto a la Audiencia Nacional y de cuyo contenido informó este lunes el diario El País. Los datos desvelados indican que la antigua "amiga entrañable" financió la compra de cuatro inmuebles de lujo con los fondos que, a tenor de lo ya conocido, le entregó el rey entre 2009 y 2012: dos apartamentos en una lujosa estación suiza de esquí, otro en una aristocrática zona de Londres y una mansión al norte de esa misma capital.

Los papeles de la comisión rogatoria que, siempre de acuerdo con lo publicado por el citado rotativo, envió la justicia helvética en agosto de 2019 a la Audiencia Nacional dan así otra vuelta de tuerca a una investigación que afecta a dos países pero que, de momento, no ha rozado en España al rey emérito. Las sospechas sobre los manejos del padre de Felipe VI con fondos hipotéticamente vinculados a las comisiones pagadas por la adjudicación del AVE a la Meca no cesan de crecer mientras la Casa del Rey y el Gobierno guardan silencio en un escenario donde la enorme gravedad de la pandemia lo eclipsa todo.

La Fiscalía suiza investiga un supuesto delito de "blanqueo agravado" de capitales así como si se produjo el pago de mordidas por la adjudicación del AVE a la Meca a un consorcio de empresas españolas. En España, y aunque nada indica que Hacienda haya iniciado ninguna investigación, juristas consultados por infoLibre coinciden con la asociación de técnicos de Hacienda Gestha en que Juan Carlos de Borbón sería además susceptible de quedar sometido a una investigación penal por delito fiscal. Abdicó en junio de 2014. Y a partir de ahí, cualquier supuesta infracción penal permite que el Tribunal Supremo le investigue por cuanto su inviolabilidad absoluta quedó rebajada al aforamiento. Por ahora, la Fiscalía Anticorrupción sigue en espera de que Suiza termine de aportar la documentación que se solicitó en octubre al fiscal jefe del Cantón de Ginebra, Yves Bertossa, cuando viajó a Madrid para reunirse con quienes, sin tocar al rey por su aforamiento, investigan si la adjudicación de las obras del tren del desierto forma tándem con el pago de mordidas.

Fechado el 16 de agosto de 2019, el escrito del fiscal jefe del Cantón de Ginebra, Yves Bertossa, aporta detalles sobre cómo y en qué momento se produjo cada movimiento. El que, a tenor de lo ya publicado tanto en España como en otros países, implicó un intento de borrado de rastro en toda regla para ocultar el papel y la titularidad verdadera de Fundación Lucum se produjo en junio de 2012. Fue entonces cuando esa fundación de interés privado –una especie de mezcla entre mercantil y fideicomiso, propia de la legislación panameña– transfirió fondos a una cuenta que mantenía la compañía Solare Investors Corporation en otro paraíso fiscal, el de Bahamas.

A esa cuenta localizada en el archipiélago caribeño, gestionada por el banco suizo Gonet & Cie, el entonces jefe del Estado ordenó "transferir el saldo" que la Fundación Lucum poseía en Suiza. La orden fue dada porque "la nueva legislación fiscal" de Suiza obligaba a cerrar la cuenta de Juan Carlos I, asegura el periódico del Grupo Prisa. Aunque la información difundida este lunes no lo precisa, todas las noticias que han trascendido hasta la fecha cuantifican esa transferencia en 65 millones de euros. Corinna ha negado en diversas ocasiones que ese dinero procediera de comisiones por la adjudicación del AVE a la Meca con que en 2011 se alzó un consorcio de empresas españoles por más de 6.500 millones de euros. Aquello –sostienen los abogados de la empresaria– fue una "donación", un "regalo no solicitado". Y Corinna –agrega la información– dice que usó el dinero para financiar una renovación de su apartamento londinense por 4,3 millones de euros. 

Inmuebles de lujo

Meses antes, y según el relato cronológico que traza el fiscal Yves Bertossa en el documento que vertebra la información de este lunes, entre el 27 de octubre de 2011 y el 25 de enero de 2012,  la cuenta de Lucum en Ginebra, abierta en el banco Mirabaud, había transferido el equivalente a 1,73 millones a otra sociedad, Riverhouse Partner, en favor de Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Riverhouse, cuya nacionalidad no detalla el periódico al igual que ocurre con el de las otras cuatro compañías involucradas, es una empresa inmobiliaria. Y el rey le dio los 1,73 millones de euros para adquirir un apartamento en Eaton Square, en el aristocrático barrio londinense de Belgravia.

Pero tampoco esa fue la primera operación inmobiliaria financiada con fondos del rey de España, que todavía no ha accedido a explicar nada por sí mismo ni a través del bufete que ha contratado para ejercer "su derecho a la defensa". Porque, según El País, ya en mayo de 2009 el monarca le hizo un "primer préstamo" de 1.242.356 euros a una sociedad constituida por Corinna –Siam Partner– para comprar dos apartamentos en una lujosa estación de esquí en los Alpes suizos, Villar-sur-Ollon.

El juez urge a Suiza a explicar las cuentas de Juan Carlos I al trascender un depósito de 1,7 millones del sultán de Bahrein

El juez urge a Suiza a explicar las cuentas de Juan Carlos I al trascender un depósito de 1,7 millones del sultán de Bahrein

A esas dos adquisiciones –la de los apartamentos de Ollon y la del apartamento londinense de Eaton Square– siguió otra de mayor magnitud en la que intervino la que parece ser la más importante de las cinco compañías implicadas: Solare Investors Corporation.  Esta llegó en 2015, año en que Corinna se compró una mansión en el norte de Londres gracias a un préstamo que Solare Investors hizo a la sociedad Honeybird Group Corporation

Tampoco esa mansión puso fin a las inversiones inmobiliarias financiadas por el padre de Felipe VI con fondos cuyo origen no investigará de momento el Congreso. Porque entre 2016 y 2017 –afirma El País basándose en la investigación del fiscal Yves Bertossa– Corinna transfirió 39,3 millones de euros a una cuenta personal abierta en el norteamericano Fieldpoint Private Bank. La comisión rogatoria de Bertossa detalla que Corinna creó la quinta sociedad de esta tupida red, Mountain Lion Inc., para recibir un terreno no construido en Marraquech "de parte del rey de Marruecos". Su valor ascendía a 1,71 millones de euros.

El rotativo no precisa cuándo se produjo esa nueva donación. En los audios grabados por el comisario José Manuel Villarejo y que vieron la luz en julio de 2018, la antigua amiga íntima de quien durante 38 años fue jefe del Estado español hababla de un terreno en esa ciudad marroquí. Y esa parcela, se le oye decir en la grabación que en su día difundieron elespanol.com y okdiario, formaba parte del lote de bienes ocultos que el rey había querido, supuestamente, colocar en manos de testaferros.

Más sobre este tema
stats