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El dueño de la web que publicó los primeros audios de Villarejo difunde un macrosondeo falso contra el Gobierno

En la parte superior, la ficha técnica que figuraba a primera hora de este miércoles. En la parte inferior, la nueva ficha técnica que figura ahora.

"El 68% de los españoles considera «un desastre» la gestión del Gobierno" en la crisis del covid-19. Difundido este martes por distintos medios de comunicación y repicado en redes sociales como Facebook y Twitter, ese titular procede de una "macroencuesta" supuestamente elaborada por el "Instituto Nacional de Estudios Analíticos (INEA)" sobre la base de nada menos que 351.688 supuestas entrevistas "online" hechas en solo 10 días. Pero, a tenor de los drásticos cambios efectuados por sus responsables en la descripción del supuesto estudio una vez que infoLibre les planteó una serie de preguntas, nada de lo anterior es cierto excepto un hecho: que una fundación a la que se adscribe el tal INEA, que ni siquiera consta aún como marca registrada, es la que logró divulgar la "macroencuesta" a gran escala el martes 22 de abril. Esa fundación se llama Marqués de Oliva. Y quien la constituyó y la preside es Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, que a su vez figura como administrador único de moncloa.com. Es decir, la web que en septiembre de 2018 publicó los primeros audios grabados por el comisario José Manuel Villarejo, cabeza visible de las denominadas cloacas del Estado y entre rejas desde noviembre de 2017. Suárez estuvo investigado en el caso Villarejo pero el juez le levantó la imputación.

El miércoles por la mañana, la fundación de Alejandro Suárez seguía presentado la "macroencuesta" como un ejemplo de lo que la investigación sociológica considera admisible. Por la tarde, reconoció en su propia web que no cabía hacer "una extrapolación de los resultados a la población española". O sea, que sus resultados no pueden bajo ningún concepto exponerse como representativos de la que se entiende por "la opinión pública". ¿Quiénes forman entonces parte de ese 68% que califica de "desastre" la gestión del Gobierno? Internautas a los que el equipo de Suárez captó supuestamente mediante "campañas en redes sociales" que se negó a desvelar. Como se negó asimismo a explicar el coste de un estudio de magnitudes inéditas en España: en el primer puesto del ranking se sitúa la Encuesta de Población Activa (EPA), que cada trimestre toma como muestra a 160.000 personas. Tampoco fue posible que la fundación revelase qué sociólogo o sociólogos habían procesado los datos de un estudio, el primero del "INEA" y cuyos resultados definen, por ejemplo, al líder de Vox, Santiago Abascal, como el mejor valorado, con un 3,7. La "macroencuesta" sostiene también que el 70% de los encuestados cree que "el Gobierno debería pagar responsabilidades políticas y/o penales".

En medio de una situación donde a velocidad de vértigo circulan por las redes sociales bulos en forma de vídeos y fotos falsas e incluso de ficticios documentos oficiales, entra ahora en escena una "macroencuesta" que medios convencionales aceptaron el martes como auténtica dada su apariencia. Este miércoles a las seis de la tarde, una búsqueda acotada del titular que abre este texto arrojaba 116.000 resultados. La cifra no resulta exacta pero sí orientativa del calibre alcanzado por su difusión.

"El proceso de los datos –se limitó la fundación a contestar– y el análisis ha sido realizado por un sociólogo con herramientas informáticas y de BI [Business Intelligence]". "Todos los estudios que realiza y realizará INEA son depositados ante notario", agregó el portavoz de la Fundación Marqués de Oliva. "Es un fichero –agregaba esa respuesta– con todos los registros (preguntas y respuestas) en formato Excel (.CSV). El primer estudio [este] al encontrarse las notarías dando servicio público para casos de urgencia, será depositado según sea posible". Que es el "primer estudio" parece cierto dado que, según la fundación, INAE ni siquiera ha sido aún registrada como marca comercial: y ello, dice el grupo del editor de moncloa.com, como consecuencia del estado de alarma: "INEA es una marca comercial que tiene solicitada su inscripción en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Al encontrarnos en el estado de alarma y por los tiempos que manejan, entendemos que estará confirmada en unos meses".

¿Y cuántas personas participaron en el trabajo de campo, esto es, en la realización de encuestas? Pues al parecer, ninguna: "Por el modelo de captación de las respuestas no ha sido necesario realizar un trabajo de campo en la “calle” y por lo tanto tampoco ha sido necesario contratar encuestadores físicos", fue la respuesta. Lo que el martes recorrió autopistas de la información como un formidable trabajo que definitivamente ponía al Gobierno al borde del precipicio en cuanto a su conexión con los electores, el miércoles por la tarde pasó a ser otra cosa: "El objetivo de la encuesta es tomar 'el pulso del encuestado' a través de redes sociales". Así quedó escrito en su web. 

ni ponderación ni "selección aleatoria" ni "cuotas cruzadas por sexo y edad"

Hasta este miércoles a mediodía, la supuesta ficha técnica del macrosondeo había señalado lo siguiente: que la metodología aplicada era la de "encuesta online", que en un ámbito geográfico nacional se había tomado como universo "población de 18 años o más con derecho a voto", que el muestreo se había efectuado mediante "selección aleatoria de usuarios y cuotas cruzadas de sexo y edad" y que la muestra había ascendido a "351.688 encuestas". Además, el texto añadía otro dato de gran importancia: que el trabajo de campo –es decir, la realización de entrevistas– se había desarrollado "del 1 al 10 de abril de 2020". Así lo acredita la copia obtenida por este periódico de lo que por la mañana aparecía sobre esta "macroencuesta" en la recién abierta web de INEA –se registró el 3 de abril. Por ficha técnica se conocen aquellos datos que, se agrupen o no bajo un título común, detallan con qué número de entrevistas, cuándo y con qué métodos se ha llevado a cabo un estudio demoscópico.

Pero, por la tarde, esa misma ficha técnica, que nunca apareció definida como tal, ya había cambiado de manera sustancial. Tanto que se había introducido un epígrafe nuevo bajo el que se leía ahora un texto demoledor: "Ponderación: Debido a las dificultades para establecer el universo real de personas en España con perfil en redes sociales, no se ha realizado ninguna ponderación, por lo que no se puede realizar una extrapolación de los resultados a la población española". En resumen, que a diferencia de lo que entendemos por encuesta o sondeo convencional, sus resultados no pueden bajo ningún concepto exponerse como representativos de la que se considera "la opinión pública". 

Las explicaciones sobre el estudio cambiaron también con esta segunda versión en otros puntos importantes: desapareció el relativo a la selección de entrevistados. Sencillamente, la "selección aleatoria" había quedado fulminada en la ficha, que tampoco mencionaba ya las "cuotas cruzadas de sexo y edad". Casi a modo de preámbulo, la nueva versión se limita a señalar que el universo objeto de estudio es población de ambos sexos mayor de edad y "con perfil en redes sociales, realizando la captación con control de cuotas por grandes grupos de edad". ¿Y que pasa con la "selección aleatoria"? Pues que se queda en esto: "La muestra en este sentido se ha diseñado para obtener una mínima representación por sexo y grandes grupos de edad en cada una de las Comunidades Autónomas".

El increíble número que puso en guardia a los tres expertos

Este cambio radical en la ficha técnica de la "macroencuesta" se produjo después de que infoLibre hubiese remitido a la Fundación Marqués de Oliva varias preguntas.  Antes de elaborar el cuestionario, este periódico había recabado la opinión de tres relevantes sociólogos: Belén Barreiro, expresidenta del CIS y consejera delegada de la empresa 40db; Luis Arroyo, presidente de Asesores de Comunicación Pública SL; y Narciso Michavila, presidente de la consultora Gad3. Los tres analizaron la ficha técnica. Pero la original, no la que hizo acto de presencia por la tarde.

Y el primer dato de esa ficha original que desconcertó a los tres sociólogos fue el número de encuestas supuestamente hechas: 351.688. "No hay una encuesta en toda España de 350.000 entrevistas con muestreo aleatorio que se haga en 10 días", dijo Luis Arroyo. ¿Ha existido alguna vez un estudio de tamaña magnitud? "Nunca", fue su respuesta.

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Experta en los nuevos métodos que se abren paso en el campo de la demoscopia, Belén Barreiro ofreció en la misma línea un relato comprensible por cualquiera: "Para una encuesta telefónica, tienes los listines de teléfonos; para las presenciales, el censo; y para las online necesitas construir un universo que se denomina panel y para el que necesitas captar, respetando las distintas cuotas, a ciudadanos que te autoricen a contactar con ellos de forma online y en el que vigiles que se cumple el reparto de cuotas por sexo, edad y los criterios que se establezcan". "Nosotros –agregó en referencia a la empresa 40db– llevamos un año construyendo un panel, que es muy laborioso y muy costoso, y vamos por 50.000". Y en esta macroencuesta –apostilló– "no sabemos de dónde salen las 351.688 personas que participan".

El tercer sociólogo consultado, Narciso Michavila, lanzó un diagnóstico inequívoco: "Si la muestra supera las 350.000 entrevistas y es realmente aleatoria y con cumplimiento de cuotas, superaría el medio millón de euros de presupuesto y sería la encuesta de mayor muestra de la historia de España". "Otra cosa –apuntó– es que no sea aleatoria ni hayan corregido luego los sesgos".

Aunque evitó hablar abiertamente de una encuesta falsa, el máximo responsable de Gad3 señaló exactamente en esa dirección. Precisó, no obstante, que no entraba a valorar los resultados sino solo la ficha técnica. Y esa valoración fue un auténtico misil tanto contra esta macroencuesta como contra la cúpula del principal ente español en el área de la demoscopia: el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), ahora especial objeto de crítica por sus preguntas sobre si hay que respetar la "libertad de información" en relación al covid-19. "Si José Félix Tezanos –sostiene Michavila– no hubiera convertido el CIS en la principal fábrica de fakes, nadie cuestionaría la fiabilidad de las encuestas y las falsas quedarían desacreditadas por sí mismas". Y por si quedaba duda, puso así el colofón: "A esa encuesta le doy la misma credibilidad que a las encuestas del CIS desde que Tezanos es su presidente. Es decir cero". 

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