CHOQUE DE PODERES

Los efectos del choque en los votantes: de la movilización socialista al clima propicio para Vox frente al PP

Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso, pasa por delante de la bancada azul este jueves.

España, ante un choque de poderes sin precedentes. El próximo lunes el Tribunal Constitucional decide si acepta el recurso del PP que implica parar la tramitación de la reforma del Código Penal en el Senado. Un hecho inédito en la vida de las Cortes y con unas consecuencias imprevisibles que tensiona el sistema democrático en estos momentos.

Las derechas judicial y política llevan maniobrando días para frenar la proposición de ley impulsada por el PSOE y UP, que salió adelante con mayoría absoluta en el Congreso este jueves y que conlleva cambios en la sedición y la malversación, rebajar la mayoría para la elección de miembros del Tribunal Constitucional por parte del Consejo General del Poder Judicial y la clarificación de la ley del sólo sí es sí.

Un pulso político y judicial en toda regla, con muchas variantes e implicaciones. Y que es un huracán político, que ha apartado el debate sobre la malversación y que puede tener consecuencias electorales, desde cómo lo percibe la sociedad hasta si puede movilizar al electorado progresista desanimado ante el ataque que supone al poder legislativo.

"Es pronto, pero refuerza la dinámica de la polarización"

Para el politólogo Pablo Simón, “es muy pronto para intuir en qué sentido irá, pero uno puede pensar que esto genera un refuerzo de las dinámicas de la polarización y, por lo tanto, una potencial activación de la lealtad partidista dentro de cada uno de los bloques”. “Ello no supone necesariamente que vaya a crecer uno a costa del otro, sino más bien que la tasa de fidelidad de votantes pueda incrementar en una lógica de confrontación total”, subraya.

Actualmente los votantes que están más movilizados, según el último barómetro del CIS, son los de Unidas Podemos y los del PP, por encima de los de Vox y del PSOE (el partido de los grandes que tiene más dormidos actualmente a sus electores). Fuentes socialistas explican que lo que está pasando ahora en la Cortes puede llevar a que aumente esa movilización del PSOE al ver lo que están haciendo las derechas al Gobierno y al Parlamento. Y que pase como en EEUU: donde los progresistas han logrado frenar a Donald Trump en las midterms ante el intento de ola reaccionaria. “Es que es una salvajada lo que está pasando”, como reconoce un alto cargo de La Moncloa. Esto puede revertir esa tendencia, en la que los electores del PP dicen que irán a votar con toda seguridad con 4,5 puntos por encima de los del PSOE.

Según Simón, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III, el PSOE puede ver “un poco activada la dinámica de lealtad partidista”. Pero no tiene claro que esto le pase precisamente al PP, que es el que ha activado el mecanismo, a través de un recurso de amparo del TC, para intentar frenar la reforma del Código Penal y la mayoría de elección del Constitucional.

"Puede acabar beneficiando más a Vox que al PP"

Esto, reflexiona Simón, “puede acabar beneficiando más a Vox que al Partido Popular. Un marco de golpismo, de temas territoriales, de venderse a los catalanes… Son justamente el tipo de temas en los que Vox tiene una credencial más fuerte que el PP. No es el campo conveniente para los populares. Les desbarata la estrategia en términos de ese Alberto Núñez Feijóo que quería que la economía fuese el eje central. Pero todo es muy provisional, hay que esperar”.

Uno de los ejemplos más claros de este tipo de voto pasó en la repetición electoral de noviembre de 2019. Aquella campaña estuvo marcada en buena parte por los disturbios en Barcelona ocasionados a raíz de la sentencia del procés y la condena a los principales líderes del 1-O. Entonces las calles de la ciudad condal fueron escenario de barricadas y fuego. Semanas más tarde el mayor crecimiento en las urnas se lo llevó el partido de Santiago Abascal, evolucionado de un 10,3% a un 15,2% y pasando de ser la quinta fuerza del país a la tercera, con 52 asientos en la Cámara Baja.

También reflexiona sobre esto la politóloga Verónica Fumanal: “No tengo claro a quién moviliza este ruido y esta escenificación de la deslegitimación del contrario. Porque esa es la estrategia del PP, que pasa por utilizar todas las herramientas políticas, mediáticas y judiciales para lo que ellos llaman parar a la izquierda y, por tanto, negándole la condición legítima del poder”.

“Todo es ruido –prosigue Fumanal– genera muchísimo rechazo a la gente más moderada y puede que movilice a los más exaltados, pero que ya van movilizados desde casa”. Por eso, indica que otro efecto podría ser “desmovilizar a personas que tratan con la política de forma más tangencial”. Añade al hilo la politóloga: “Estamos ante un debate tremendamente complejo que tiene que ver más con el proceso y no con temas ideológicos. Son asuntos que hay que ser catedrático de Derecho Constitucional para entenderlos, e incluso entre ellos hay divergencias”, hilvana.

E incide: “Mucho me temo que este nivel de decibelios y las cuestiones que se tratan pueden producir efectos de desmovilización de personas que no se sientan concernidas porque no lo comprenden. El ser humano, cuando algo no entiende, no lo atiende. Y las personas más moderadas sienten aversión por este tipo de política tan polarizada. Los partidos extremos no tienen tanto poder porque son atractivos sólo para una parte de la población y no para la mayoría moderada”.

Un país preocupado por la economía

Todo esto en un clima enrarecido en el ámbito político, que se ha contaminado especialmente por los insultos y las intervenciones de la extrema derecha en las Cortes Generales. Hay una altísima bolsa de votantes que decantará las elecciones y que no se sabe qué rumbo tomará. Según el último barómetro del CIS, un 26,6% de la población española se engloba dentro de las categorías de que no sabe qué papeleta tomará, se abstendrá, votará en blanco o introducirá un voto nulo.

La reforma del Código Penal y de la mayoría para la elección de miembros del TC inunda cada esquina de la política española. ¿Pero es la principal preocupación de los españoles? Según el último barómetro del CIS, señalan como el principal problema del país es la crisis económica (citada por el 34,1%). Luego se sitúa el paro con un 31,4%, con la sanidad en el tercer puesto (26,6%). Muy por debajo los ciudadanos muestran su preocupación por los nacionalismos (el puesto 20), los estatutos de autonomía (el puesto 37) y la independencia de Cataluña (el puesto 45).

De hecho, el presidente del Gobierno ha pedido a los suyos prisas para cerrar cuanto antes las leyes más polémicas en el Congreso de los Diputados y así centrarse a partir de enero en la gran carrera electoral. En La Moncloa están convencidos de que serán los asuntos económicos los que marcarán este ciclo electoral. Y se defiende siempre que al final los ciudadanos entenderán la agenda del reencuentro con Cataluña y la tranquilidad que ahora impera en la sociedad frente a lo que pasó en 2017. En cambio, los conservadores sí creen que esto pasará factura al presidente del Gobierno. Los de Alberto Núñez Feijóo aspiran a que los temas nacionales impregnen ya la elecciones municipales y locales del próximo 28 de mayo, y quieren convertirlas en "una moción de censura en las urnas".

Movimientos incluso "contradictorios"

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Juan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Valencia, apunta que se pueden dar varios tipos de movimientos entre el electorado “distintos” e “incluso un poco contradictorios”. Indica que ya está muy movilizado el votante “antigubernamental” que considera que se están cambiando los “valores constitucionales y morales”. Frente a esto, y ante lo que está pasando, se puede ahora activar el que apoya a los partidos de la coalición, “que ve con más claridad lo que supondría una victoria de la oposición y los cambios que traería”.

No obstante, este profesor advierte de que el PSOE también puede “correr el riesgo” de que algunos votantes lo vean dentro de esta controversia y crispación y se resistan a apoyarlo. Ahí sitúa a algunos que apoyaron a Cs en 2019 y ahora no saben qué hacer. Y avisa de que también puede haber un electorado de izquierdas que puede perder Sánchez en el caso de que cale el discurso del PP de que depende “excesivamente” de los independentistas y que existe una “agenda oculta”.

Con otro fenómeno de fondo, avisa Rodríguez Teruel, que puede envolver a parte del electorado: la desafección de muchos ciudadanos al ver que se “mercadea” con las instituciones.

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