El 'no' del PSE y el "abismo" con el PNV alejan a EH Bildu de Ajuria Enea

Imanol Pradales, junto al actual presidente vasco, Iñigo Urkullu, y al líder del PNV, Andoni Ortuzar, durante su participación este miércoles en un acto electoral en Donostia.

“Acordar algo entre dos o más personas o entidades, obligándose mutuamente a su observancia”. Así se define el verbo pactar en el diccionario de la Academia Española. Y será la palabra que más se escuche a partir de la noche del próximo domingo en Euskadi, donde ninguna fuerza tiene posibilidades de lograr la mayoría absoluta y donde las alianzas definirán el futuro de la comunidad con reverberaciones en el Congreso de los Diputados.

La aritmética que salga de las urnas puede hacer saltar la actual política de pactos, dominada por la entente con mayoría absoluta entre el Partido Nacionalista Vasco y el PSE-EE, un tándem que ha gobernado de manera plácida durante esta legislatura con 41 escaños de respaldo. Pero los últimos sondeos ponen en peligro esa cifra mágica de 38 asientos que auguran el control de la Cámara y el Gobierno vasco para estos dos partidos en un esprint final en el que EH Bildu aparece por primera vez como gran favorito en número de votos y de asientos en Vitoria.

A partir del domingo las calculadoras echarán humo, aunque el proceso de investidura es algo más fácil que en el Congreso de los Diputados. Se puede presentar cualquier aspirante que proponga un grupo parlamentario (no hay una designación como pasa en las Cortes en base a una decisión del rey). Si un candidato logra la mayoría absoluta en la primera votación, es proclamado directamente lehendakari. En caso de no lograrse, basta una mayoría simple después (el camino se allana al no permitirse votar no y tener que decidir cada parlamentario por un dirigente o por abstenerse).

Otxandiano quiere hablar con el PNV, PSE, Podemos y Sumar

De cumplirse las encuestas, el aspirante con más fuerza para el cargo sería Pello Otxandiano, de EH Bildu, pero, en cambio, el número uno de la izquierda abertzale sale con desventaja en materia de pactos. Él tampoco ha concretado a qué fórmula de gobierno o coalición aspira, pero sí ha señalado a lo largo de estos días que llamará al PNV, al PSE-EE, a Podemos y a Sumar para materializar el “mandato popular” y avanzar en mayores “cuotas de soberanía y de políticas progresistas”. La única línea roja que se ha marcado es “la derecha reaccionaria”.

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En EH Bildu son conscientes de las dificultades que tendrán para intentar armar un Gobierno y dentro de la formación hay sectores que ven casi imposible que el PNV acceda a ese Ejecutivo. No obstante, para muchos eso no va a suponer una frustración, sino que entienden que entra dentro de esa “paciencia estratégica” que puede terminar siendo victoriosa en unos siguientes comicios.

Los de Imanol Pradales no han rechazado de manera tajante un paco con EH Bildu y el aspirante remarcó en las últimas horas que se sentará a hablar con todos los partidos una vez se conozca el resultado de las urnas. Siempre llama a esperar a ese día siguiente. Pero, ante las encuestas al alza de la izquierda abertzale, los nacionalistas vascos han redoblado su ofensiva contra los de Otegi, sacando a primera línea acusaciones como llevar a Euskadi a una situación económica como Venezuela. Quieren tensionar la cuerda y poner en una gran disyuntiva al electorado indeciso (que supera el 20%): “O PNV o EH Bildu”.

Además, Pradales se esfuerza en remarcar el alejamiento de ese posible pacto. En una entrevista este miércoles en Al Rojo Vivo, el aspirante del PNV incidió en que los dos modelos de sociedad son “antagónicos”: “Eso nos impide llegar a acuerdos de gobernabilidad”. Como ejemplos de ese supuesto abismo señalaba las políticas de vivienda, el “control” de la Kutxa que quiere Otxandiano o el supuesto desmantelamiento de la Ertzaintza, además de las diferencias sobre la presión fiscal.

El PSE-EE mira a Pradales

Y el muro más alto a EH Bildu, en el espacio de la izquierda, lo ha levantado el PSE-EE. El candidato socialista, Eneko Andueza, está siendo muy contundente contra Pello Otxandiano, a quien acusa de cobardía y de bajeza moral por negarse a definir a ETA como una banda terrorista durante una entrevista en la Cadena Ser. Ha llegado a prometer durante estos días que dimitirá si hubiera algún tipo de pacto con la izquierda abertzale. Una estrategia en la que está trabajando también el Palacio de La Moncloa, con Pilar Alegría hablando de “negacionismo” y con Óscar Puente hablando de “decepción”.

La fórmula por la que apuesta abiertamente el socialismo es por reeditar el pacto con el PNV. Fuentes del PSE-EE califican de positiva la experiencia dentro del Ejecutivo de coalición y señalan que en sus encuestas internas se refleja una buena valoración por parte de los ciudadanos de sus áreas, además indican que han logrado resistir el desgaste que conllevan estos puestos. 

Además, un pacto entre el PNV y el PSE-EE supondría seguir con la estela del gran acuerdo alcanzado entre las dos formaciones tras los comicios del 28 de mayo por el que se garantizaron el control de las tres diputaciones forales (los órganos con más poder en Euskadi) y los principales ayuntamientos (Bilbao, Donostia, Barakaldo, Vitoria, Sestao, Zarautz, Sestao, Eibar… ). En la firma, los dos partidos pusieron en valor su balance “altamente satisfactorio” en sus experiencia de coalición desde 2015: “Por ello, consideramos necesario reeditar, allí donde sea posible este acuerdo”.

La relación entre el PNV y el PSE-EE ha funcionado en varios periodos de la historia democrática de Euskadi, habiendo formado parte de gobiernos de coalición entre 1991 y 1999 con José Antonio Ardanza al frente. Y luego volverían a necesitarse y entenderse a partir del año 2016, cuando llegó al poder por segunda vez Iñigo Urkullu. Un nuevo Ejecutivo de coalición tendría como novedad que lo liderarían dos novatos: Pradales y Andueza, que no han formado parte del Gobierno saliente.

PNV y PSE, la fórmula favorita en las encuestas

A pesar de haber gobernado durante los últimos cuatro años y percibirse un desgaste electoral por parte del PNV, una coalición entre los nacionalistas vascos y los socialistas es la fórmula preferida por los electores, con un 28% de apoyo, según la última encuesta de 40dB publicada por El País y la Cadena Ser el pasado lunes. Los socialistas son más entusiastas con esa vía que los apoyos peneuvistas, no obstante. La segunda opción más citada es la de un Ejecutivo entre el PNV y EH Bildu (24,2%) y la tercera pasa por la izquierda abertzale y el PSE-EE (16,1%).

Un día como hoy ETA se vengó de EH Bildu

La fórmula de coaliciones totales de izquierdas tiene como principal defensores en estos momentos a Elkarrekin Podemos y a Sumar, que pueden quedarse fuera del Parlamento a tenor de los últimos sondeos. Estas dos fuerzas ponen el foco en que EH Bildu y el PSE-EE deben dejar fuera de las ecuaciones al PNV y que sólo así se podrá formar un Gobierno de verdad progresista en Euskadi. 

Los pactos que se puedan conformar después del 21A también tendrán reverberaciones a nivel nacional, pues el PSE-EE, que puede tener la llave principal, tiene que elegir en un momento en el que los votos del PNV y EH Bildu son necesarios en el Congreso de los Diputados. Durante estas horas, en La Moncloa y en Ferraz señalan que, pese a la dureza de sus declaraciones, no se replantean cambiar la aritmética en la Carrera de San Jerónimo. La izquierda abertzale tampoco ha amenazado con romper con Pedro Sánchez y espera que su trabajo de política sociales siga dándole fruto demoscópico durante esta legislatura. 

En el PP también están muy pendientes de los pactos posteriores ante una posible carambola de que el PNV y el PSE-EE no logren sumar la mayoría absoluta (aunque podrían sacar adelante la investidura) y tengan que mirar al Partido Popular para la posterior gobernabilidad en la negociación de las leyes. Eso podría suponer para los de Alberto Núñez Feijóo un deshielo de las relaciones con el PNV, pensando principalmente en futuras vías de negociación en el Congreso de los Diputados. Este miércoles, el presidente del PP ha instado al PSOE a romper sus coaliciones en el Gobierno central, en Navarra y en Pamplona con EH Bildu y comprometerse a que no volverá a pactar con la formación en ninguna institución "salvo que Bildu condene los asesinatos de ETA y colabore en el esclarecimiento de los asesinatos donde todavía no se conoce al autor". Es más, ha emplazado al PSOE a comprometerse junto al PP "en cualquier notario, en los próximos días" a no pactar con Bildu en ninguna institución.

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