HUELGAS SANITARIAS

Ayuso se queda sola en su guerra a las protestas sanitarias que el resto de autonomías apacigua

Isabel Díaz Ayuso, en Israel

La masiva manifestación de este domingo en Madrid volvió a dejar impactantes imágenes de centenares de miles de personas inundando el centro de la capital, gritando contra la privatización, exigiendo mejores servicios y defendiendo a los profesionales. El descontento es cada vez mayor, y en otras autonomías también recorre esa sensación.

Pero esta delicada situación también está evidenciando la manera en la que se gestiona ese malestar y se intenta el diálogo con los profesionales. ¿Por qué en Madrid tienen más seguimiento las marchas públicas por esta causa? Además de la situación en el sistema sanitario, hay una variante política muy clara: el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso es el más incendiario contra los sindicatos y las protestas, con un nivel más fuerte incluso que en otras autonomías populares. Las propias intervenciones de la presidenta no tienen nada que ver con las de otros líderes autonómicos, que siempre llaman al acuerdo e intentan sellar pactos para acabar con las huelgas y calmar a la calle.

La reacción de la propia Díaz Ayuso a la marcha, que congregó a 250.000 personas, según la Delegación del Gobierno, dejó claro su ánimo de enfrentamiento. De viaje en Israel, la dirigente popular afirmó este lunes que lo único que se vio el domingo en la manifestación fue la “frustración” de la izquierda. Todo ello, en su opinión. se hizo para “movilizar a un electorado que es consciente de que están ahora mismo sin un solo motivo para ir a las urnas”. Su argumentación: “Pasó la manifestación y hoy hay 34 sanitarios en huelga, esa es la verdad”, “quiero que quede claro también que esta manifestación política, esta huelga política, no tienen nada que ver con la verdad”.

Diferencias en el PP: la estrategia de Ayuso frente a la de Moreno

Ayuso es la presidenta autonómica que más sube el volumen contra las manifestaciones y siempre ve intencionalidades “políticas” en las protestas. Y esto la aleja mucho de otros presidentes autonómicos como, por ejemplo, su compañero Juanma Moreno, en Andalucía, que ha actuado de forma radicalmente diferente, apostando por los acuerdos para desconvocar las huelgas. Cuando se anunció la convocatoria de huelgas, Moreno siempre habló de diálogo “hasta la extenuación” y hasta “el último minuto”, intentando evitar una confrontación directa y poner a la sociedad en contra de los convocantes.

En la mente siempre tuvo también el daño electoral que supusieron para el PSOE y Susana Díaz, antes de que llegara el PP, las grandes movilizaciones por la sanidad, que tuvieron como epicentro la ciudad de Granada y como cara visible al fallecido médico conocido como Spiriman. Al final se logró una desconvocatoria de la huelga para el pasado 27 de enero, con un acuerdo entre el SAS y el Sindicato Médico Andaluz. Sus palabras no tienen símiles en Madrid: “El acuerdo alcanzado es bueno para los andaluces. Apostar por el diálogo da resultado y hace una mejor a Andalucía. Seguimos negociando las condiciones laborales para los sanitarios y juntos avanzamos para reforzar la sanidad pública”.

Para llegar a ese acuerdo Moreno ordenó a su consejera de Salud, Catalina García, que negociara directamente con el Sindicato Médico Andaluz (aunque otras organizaciones sindicales se mostraron contrarios al pacto para desconvocar la huelga). Pero esta es otra diferencia en muchas autonomías respecto a Madrid: los propios consejeros se han sentado con los sindicatos. En cambio, en Madrid ni el titular de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ni el viceconsejero Fernando Prados, se han reunido con los representantes sindicales durante este conflicto, según fuentes de Amyts, que subrayan que ellos aluden a que son reuniones con carácter “técnico”, informa Lara Carrasco.

Cuando los consejeros sí se sientan

Madrid es la autonomía más poblada en la que su consejero no se ha sentado con los sindicatos para frenar las huelgas. En Andalucía pasó y también en Cataluña, donde el titular del ramo, Manuel Balcells, participó en primera persona en las negociaciones con el secretario general de Metges, Xavier Lleonart, que acabaron con la desconvocatoria de la huelga prevista en el sector. 

En la Comunidad Valenciana, el conseller de Sanidad, Miguel Mínguez, también se ha sentado en primera persona con representantes sindicales a fin de evitar los paros previstos para marzo y abril, aunque todavía no se ha conseguido. El titular se refirió a ello este mismo lunes: “En general las reuniones son de mucho consenso y confiamos en que en los próximos días podamos cerrar el acuerdo. Es factible que se pueda desconvocar la huelga”. Este miércoles está convocada una concentración frente a la Consellería para exigir una atención “médica de calidad”.

Otro ejemplo de diferencia con Madrid a la hora de gestionar políticamente esta crisis está en Galicia, donde también gobierna el Partido Popular. Miles de personas llenaron la plaza del Obradoiro en Santiago para exigir una sanidad pública de calidad. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, subrayó que es un problema de toda España pero no entró a descalificar la marcha: “Por supuesto, nosotros tomamos nota y escuchamos a los que se manifestaron”.

Navarra y Aragón, sin acuerdos

La lucha por la sanidad pública vuelve a las calles de Madrid

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Uno de los puntos calientes esta semana está en Navarra, presidida por los socialistas. Los sindicatos siguen manteniendo la huelga para este miércoles después de no llegar a un acuerdo con el departamento de Salud. Desde el Gobierno foral se insiste en que espera llegar a un pacto y se intentará en reuniones durante estas horas. “Hay prisa para cerrar un acuerdo”, sostuvo este lunes el director general de Salud, Carlos Artundo, cuya consigna es: “Ha habido voluntad de acercarse”. En Aragón, otra comunidad socialista, tampoco se llegó a un acuerdo con los sindicatos este lunes para intentar evitar la huelga convocada para el próximo 31 de marzo, pero desde el Ejecutivo autonómico se espera que se logre este miércoles.

Sí fue este lunes un día de acuerdos en Extremadura, donde el diálogo del Ejecutivo de Guillermo Fernández Vara se materializó en un pacto con seis de las siete organizaciones sindicales en la mesa sectorial que supondrá una mejora de las condiciones del Servicio Extremeño de Salud (SES), con un incremento de las plantillas y una inversión de más de doce millones de euros.

Las protestas por la sanidad pública se han convertido en una constante a lo ancho y largo del país, pero la respuesta política está siendo diferente. Para muchos, será un elemento clave en la campaña de las autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. Desde el PSOE a nivel nacional se defiende que todo se debe a los años de recortes del PP y al intento privatizador en las autonomías conservadoras, mientras que los populares intentan echar la culpa al Gobierno central, a pesar de que las competencias están transferidas.

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