El futuro de Cataluña

El independentismo plantea elegir "entre el Estado y la democracia" y Cs, PSC y 'comuns' piden zanjar el 'procés'

La decisión judicial de encarcelar a otros cinco líderes independentistas el pasado viernes ha ensanchado aún más el abismo que separa a independentistas y no independentistas en el Parlament de Cataluña. Este sábado estaba previsto celebrar la segunda sesión de investidura del candidato Jordi Turull, pero su encarcelamiento ha provocado que el pleno se haya convertido en un debate sin votación. Junts per Catalunya, ERC y la CUP han marcado este viernes como un hito histórico, y han asegurado que la decisión judicial es una demostración más de que el Estado español es autoritario. Mientras, Ciudadanos, PSC y Catalunya en Comú Podem han pedido mirar hacia adelante y elegir ya un gobierno. El PP, por su parte, no ha querido participar en el pleno y lo ha abandonado al inicio.

Pese a la decisión del Tribunal Supremo de meter en prisión preventiva a Turull y a otros cuatro dirigentes independentistas –la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y los exconsellers Raül Romeva, Dolors Bassa y Josep Rull–, el presidente del Parlament, Roger Torrent, decidió mantener convocado el pleno que este sábado tenía que volver a votar sobre la candidatura de Turull a president. No obstante, al inicio del debate, Torrent anunció que suspendería el pleno después de dar 15 minutos para intervenir a los portavoces de cada grupo, ya que "los poderes del Estado están impidiendo que la voluntad de las urnas se pueda ejercer libremente".

Y esos turnos de intervenciones se convirtieron en un vivo retrato del cisma que existe entre los grupos políticos catalanes. La primera en intervenir, como líder de la oposición, fue Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos, que en una dura intervención echó en cara a Torrent que hubiera hecho "un discurso político" desde su posición de presidente del Parlament. En su intervención, Arrimadas se preguntó en varias ocasiones "para qué" han servido seis años de procés independentistaprocés , que según su interpretación lo único que han provocado es que Cataluña haya perdido la autonomía.

"Ni siquiera pueden decir que ejercen como una mayoría parlamentaria. Ni siquiera pueden decir que esos 70 diputados se pueden volver una realidad", criticó Arrimadas, que aseguró que "ya está bien". "Basta ya de procés. Han perdido, han fracasado, es un fracaso institucional, social y político", sostuvo la dirigente de Ciudadanos, que también criticó que los independentistas se duelan por las decisiones judiciales –"han tenido más avisos que ningún otro ciudadano de que se estaban saltando las leyes", aseguró– y pidió retomar la "convivencia".

PSC y Catalunya en Comú Podem también pidieron pasar página, aunque con un tono muy diferente al de Arrimadas. El primer secretario de los socialistas, Miquel Iceta alertó de la excepcionalidad del momento al afirmar que Cataluña se encuentra "muy cerca de caer en un abismo que haga una fractura irreversible", y por ello pidió una gran alianza entre los partidos catalanistas que permita formar un Govern cuanto antes y recuperar el autogobierno. "Nos hemos de poner de acuerdo algunos que piensan radicalmente diferente y radicalmente lo contrario sobre el artículo 155 de la Constitución", planteó Iceta, que aseguró que el PSC cree que la prisión preventiva para los dirigentes independentistas es "desproporcionada" y que el problema territorial necesita una solución "política", pero también reafirmó su apoyo "a la legalidad, al Estado de derecho y la separación de poderes".

El portavoz de Catalunya en Comú Podem, Xavier Domènech, fue en la misma línea que Iceta. "Los emplazo, como ciudadano de Catalunya, a que formen Govern. Y si no pueden, que se diga claramente ante esta cámara y el conjunto de Catalunya para que esta cámara aborde si hay mayorías alternativas para formar propuestas transversales, amplias y progresistas", reclamó a los independentistas. En este sentido, los comuns abogaron por formar un "frente" en defensa de los "derechos y libertades" democráticos que aúne "desde la CUP hasta el PSC" y "desde Òmnium hasta CCOO". "La respuesta que necesitamos en estos momentos de transgresión de derechos y libertades debe ser lo más amplia posible, lo más transversal posible, hasta lo imposible. Hay una causa más importante, que es la de la democracia", aseveró Domènech.

JxC, ERC y la CUP denuncian que "no hay futuro" en España

Las intervenciones de los independentistas también tuvieron un tono grave y circunspecto. Pero Junts per Catalunya, ERC y la CUP se centraron en denunciar la que, a su juicio, es la última jugada autoritaria de un Estado en el que ya no tiene cabida Cataluña. Quien más claro lo dejó fue Sergi Sabrià, portavoz de ERC, que aseguró que "la democracia en el Estado español ha quedado suspendida" y ha llegado el momento de "escoger entre el Estado y la democracia". "El Estado español", afirmó Sabrià, "ya no podrá ser nunca más el de los catalanes", porque "quieren ganar en los tribunales lo que no ganaron en las urnas".

Y es que, para el secesionismo, la fecha del 23 de marzo de 2018 ha pasado a engrosar la lista de hitos históricos que reivindican, y así lo señaló Sabrià al hacer mención a fechas como la de 1714, año en el que se produjo el sitio de Barcelona por las tropas borbónicas en el marco de la Guerra de Sucesión entre Borbones y Austrias. "Ayer el Estado español encarceló a dos millones de catalanes", afirmó solemnemente el portavoz de ERC, que aseguró que "no hay futuro en el Reino de España" para Cataluña. "Hoy algunos diputados bajan la cara cuando les miramos, cuesta asumir que este es su Estado y que no cambiará. Para nosotros hace mucho que dejó de serlo", planteó.

En términos similares se expresó Natàlia Sánchez, diputada de la CUP, que abundó en la idea de que Cataluña no tiene futuro dentro de España. La oferta española, afirmó, "es la que es: exilios, cárceles, porrazos y abuso de poder", y "hay que ser inútil para creer que esto soluciona nada". "La síntesis es drástica y perversa, nos imponen por vías judiciales y extrajudiciales lo que son incapaces de ganar en las urnas por vías democráticas y pacíficas. Y esto se llama golpe de Estado", denunció Sánchez, que aseguró que la única violencia que existe es "institucional" y "judicial" por parte de España.

La idea de que los independentistas han "aprendido a hablar" y ya no van a "callar" fue el principal argumento esgrimido por Quim Torra, que intervino como portavoz de Junts per Catalunya aunque lo primero que recordó es que él "no tendría que estar" ofreciendo un discurso. Al igual que ERC y la CUP, los conservadores plantearon que la independencia es una opción de "autoprotección en legítima defensa" frente a un Estado que "opone la fuerza por la fuerza". "El sistema ha quebrado. El Estado ha implosionado", denunció Torra.

Tras finalizar el pleno, Torrent leyó fuera del hemiciclo una declaración institucional apoyada por los independentistas y también por Catalunya en Comú Podem. En su intervención, el presidente del Parlamento sostuvo que éste es un "contexto de involución democrática sin precedentes", ya que "criminalizar políticas legítimas y considerar acciones políticas propias de una democracia como hechos delictivos no es justicia, es represión" y "encarcelar a personas por razones políticas y denegar la libertad a quien no renuncie a sus ideales legítimos es acabar con la libertad ideológica". "Lo que sufrimos ayer es un ataque al corazón de la democracia" y nadie puede "quedar indiferente ante este ataque", denunció Torrent. Y, por ello, el presidente del Parlamento propuso crear un "frente unitario y transversal en defensa de la democracia y los derechos fundamentales".

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