Justicia recibe más de 105.000 firmas exigiendo un protocolo específico para las agresiones con sumisión química

Una de las víctimas y activistas, Marta Asensio, durante la la entrega de firmas en el Ministerio de Justicia.

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Más de 105.000 firmas y medio centenar de testimonios han sido entregados este miércoles en el Ministerio de Justicia para reclamar un protocolo unificado para médicos y jueces en casos de agresiones con sumisión química, especialmente las agresiones sexuales, informa Europa Press.

La entrega ha sido telemática a través de Change.org pero una de las impulsoras de esta iniciativa, Marta Asensio, ha representado esta entrega delante de la sede de Justicia. Tal y como ha indicado, ha ido en su nombre y en el de Gloria Martínez, que también ha participado en esta lucha. "Esperamos que se cree pronto un protocolo que garantice los derechos de todas las mujeres que han sufrido sumisión química", ha declarado Asensio ante la puerta del Ministerio.

Tal y como señala el texto de la iniciativa, el objetivo es que ese protocolo aborde "de manera integral" este tipo de actuaciones para que, tanto el personal sanitario como los jueces, actúen de una "manera apropiada" e impedir "no dar carta blanca a los violadores para seguir haciéndolo".

"Este tipo de sustancias son mucho más accesibles de lo que parecen", advierte, además, la iniciativa, en la que se señala que no solo se usa contra jóvenes en las discotecas, sino también para aprovecharse de personas mayores.

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La iniciativa parte de una mujer que asegura haber sido víctima de esta práctica por parte de unos vecinos que la invitaron a su casa a tomar algo. "Yo bebo muy poco alcohol y por eso ese día apenas me tomé dos copas de vino suaves", ha explicado, antes de señalar que quedó "absolutamente inconsciente durante al menos 3 horas".

Esta mujer decidió denunciar y, según ha explicado, se ha gastado "más de 3.000 euros" en conseguir pruebas, aunque, finalmente, "el juzgado de Estepona ha archivado" el caso. Ella ha asegurado, tras esta decisión, que se siente "abandonada e insultada" por un sistema que, a su juicio, "mira para otro lado" mientras hay mujeres que son agredidas de este modo.

A su juicio, es "imprescindible" que este protocolo se lleve a cabo para evitar que se agreda a las mujeres con sumisión química, un delito que, según apunta en la iniciativa, es "habitual que no haya testigos" y que "el testimonio de las víctimas sea difuso" por la propia sustancia.

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