Refugiados

Ovil, refugiada transexual, huyó de Bangladesh a Grecia y ahora está atrapada tras "un muro de mentiras" de la UE

Ovil, refugiada bangladeshí transexual, en Lesbos (Grecia).

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Ovil ahora es consciente de que nació así y que no tiene culpa de ello, pero no era el modo en que afrontaba su transexualidad cuando a los 15 años, unos compañeros de colegio la violaron y su padre le dio una paliza por "haberlo provocado". Huyó de Bangladesh, donde la homosexualidad se condena a cadena perpetua, y llegó a Grecia pensando que en Europa, nadie la querría matar por serlo. Está atrapada en Lesbos tras "un muro de mentiras".

Este es el nombre de la campaña de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), de la que se hace eco Europa Press, en la que se enmarca la difusión de la historia de Ovil, una de tantas que representan las consecuencias del "incumplimiento de los compromisos por parte de la Unión Europea", que ha dejado "a miles de personas atrapadas sin la posibilidad de rehacer sus vidas", en este caso, en las islas griegas.

La joven, que después de aquella agresión por partida doble intentó quitarse la vida, cuenta cómo encontró refugio en Internet, donde conoció a Osman, un chico pakistaní también amenazado por su homosexualidad, y comenzaron una relación. Acordaron fugarse, cada uno desde su país, rumbo a Europa. "Donde nadie nos mataría", dice en el vídeo.

Durante el viaje desde Bangladesh, pasó todo tipo de penurias, especialmente en Turquía, donde fue secuestrada y violada. Finalmente, cruzó el Mediterráneo y llegó a Lesbos y allí, en el campo de refugiados de Moria, encontró a Osman esperándola. Cuenta que llegó en shock y cuando por fin le vio, sólo pudo echarse a llorar.

El problema es que no sólo la legislación bangladeshí persigue la homosexualidad, también lo hacen muchos de sus ciudadanos y algunos estaban allí, en el mismo campo de refugiados de Moria. Ovil sufrió una nueva agresión y se vino abajo, trató de nuevo quitarse la vida. Junto a Osman, acudió a Acnur en busca de una solución, pero no había nada para ellos.

"El 20 de marzo de 2016 la UE firmó un acuerdo con Turquía. A partir de ese día las personas que llegaron a Grecia no pudieron solicitar la reubicación en otros países de la UE, quedando atrapadas sin saber qué iba a ser de sus vidas", explica CEAR.

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Esta es la situación de Ovil en Grecia, donde ha optado por vestirse de mujer y salir a la calle con su pareja. "Me gustaría ir a España, porque he escuchado que respetan a las personas LGTB", dice. Ella, por ser de Bangladesh y no de Siria, de Eritrea o de Irak, no puede solicitar reubicación en otro país de la UE. A Osman, además, le han negado asilo en Grecia y está esperando el resultado de su apelación.

"Ovil lleva toda la vida huyendo de la persecución pero ahora su camino se ha interrumpido en una isla griega debido al 'muro de excusas' que ha construido Europa para no dar acogida a personas como ella", denuncia CEAR.

 

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