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El futuro del PP

El PP arranca el proceso para sustituir a Rajoy con la mirada puesta en Feijóo

Alberto Núñez Feijóo atiende a la prensa a las puertas de la sede del PP.

El Partido PopularPartido Popular inicia este lunes de forma oficial el proceso que en un mes pondrá fin la la etapa de Mariano Rajoy. El todavía líder de los conservadores llegó a la presidencia de su formación en 2004 tras haber sido señalado por el dedo de José María Aznar. Ahora, quien le suceda se hará con el despacho de la séptima planta de Génova 13 tras un proceso exprés de selección en el que el presidente saliente no quiere intervenir.

Hasta este lunes, los posibles candidatos no han dado ningún paso en público y han evitado aclarar si van a optar a la presidencia del PP en el congreso extraordinario que se celebrará a mediados de julio. La dirección nacional del partido preferiría que de este proceso saliese un candidato único. Pero este deseo no implica que vaya a ser así. Tras esta Junta Directiva Nacional que marcará el calendario se pone en marcha un reloj que se parará el día que arranque el cónclave con unos plazos muy concretos para la presentación de candidaturas. Cualquier militante al corriente del pago de las cuotas puede ser proclamado precandidato siempre que reúna 100 avales, algo al alcance de casi cualquiera.

El resto de los pasos son más complicados, ya que existe un sistema de primarias con dos votaciones posibles. El desgaste de cara al futuro que podría suponer para un aspirante caer a la mitad del proceso o el miedo a un congreso a cara de perro hacen pensar en el PP que uno de los escenarios más convenientes es el de un solo candidato. En este caso, la batalla estaría en los segundos niveles, en la conquista de puestos de poder dentro de la estructura del partido.

En 2008, cuando Rajoy fue reelegido presidente del PP en el XVI Congreso Nacional, celebrado en Valencia, recurrió a Cospedal como número dos. Soraya Sáenz de Santamaría se ocuparía de llevar la batuta del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, liderando, pues, la oposición parlamentaria. Ahora, estas dos mujeres, muy enfrentadas internamente, están en el foco de todas las miradas por si se atreven a dar el paso. Mientras, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se deja querer y no se cierra a nada. Pero hablará, dice, cuando tenga que hablar. Es decir, nunca antes de la Junta Directiva Nacional. La convocatoria de esta junta, el máximo órgano del partido entre congresos, ha desbordado todas las previsiones de asistencia y se celebrará fuera de la sede de Génova, en un hotel en el centro de Madrid.

La idea más extendida en el PP es que este fin de semana iba a ser clave para que quienes quieren liderar el partido midieran sus posibilidades.

Ventajas e inconvenientes de quienes lideran las quinielas

A priori, el principal inconveniente que ven internamente a Santamaría y a Cospedal es haber crecido políticamente a la sombra de Rajoy. Los escándalos de corrupción por los que ahora se juzga al PP no se corresponden con sus años en la dirección del partido, subrayan sus defensores, pero ambas son vistas como una extensión de Rajoy. La exvicepresidenta, además, tiene sobre sus espaldas el fracaso de la operación Cataluña, una carpeta que Rajoy puso en sus manos y en la que no se lució precisamente. Además, sus años en el Gobierno le han provocado una desconexión del partido que, por ejemplo, no se le achaca a Cospedal. Esto sería un inconveniente a la hora de recoger apoyos. A priori, podría hacerse con el respaldo de Andalucía y País Vasco. Juanma Moreno y Alfonso Alonso, respectivamente, lideran el PP en estas regiones. Y ambos son de la máxima confianza de Santamaría.

Siempre criticada por la acumulación de cargos, su permanencia en la secretaría general ha permitido a Cospedal tener mayor presencia territorial y gestionar, en los últimos años con el coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, las principales crisis a las que se ha enfrentado el partido, sobre todo a cuenta de los casos de corrupción. Esto también ha tenido un coste para ella. La secretaria general, que recientemente compareció en la comisión sobre la presunta financiación ilegal del PP en el Congreso, pasará a la historia del PP como quien explicó en rueda de prensa el despido "en diferido" de Luis Bárcenas. "También ha sido quien ha plantado cara al extesorero llevándole incluso a los tribunales", recuerda uno de sus defensores.

Las permanentes luchas de poder entre Cospedal y Santamaría tampoco son un punto a favor de ambas. Aunque no son pocos en el PP quienes creen que ha llegado el momento de que una mujer tome las riendas del partido.

Lo cierto es que a día de hoy Feijóo parece el dirigente que más adhesiones cultiva. No hay un consenso generalizado, pero sus años de mayoría absolutas en la Xunta le avalan, dicen. Las imágenes publicadas por El País en 2013 en las que aparece junto al narco y contrabandista Marcial Dorado no jugarán en su contra. "Están amortizadas", resume un diputado. Tampoco sería un inconveniente que tuviera que compatibilizar durante un tiempo la Presidencia del partido y la de la comunidad autónoma.

La opción de un "tapado" tampoco es descartable. En la última semana en sectores del PP se comentaba la posibilidad de que destacados dirigentes del partido estuviesen intentando convencer el exministro de Fomento Íñigo de la Serna para que dé el paso.

El PP nunca ha celebrado un congreso extraordinario. Esta será la primera. El último ordinario se celebró en febrero de 2017 en Madrid, con el PP en el Gobierno central. Tampoco nunca ha habido más de un candidato, salvo en 1987, bajo las siglas de Alianza Popular. Compitieron entonces Antonio Hernández Mancha y Miguel Herrero de Miñón. Ganó el primero, aunque fue un líder efímero que sólo lideró el partido un par de años.

La estructura del partido

El nuevo líder del PP tendrá que decidir también qué tipo de estructura de partido quiere y las cuotas de poder que da en esa estructura a cada uno de los territorios. También tendrá que decidir hasta qué punto cuenta con personas de la dirección saliente de Mariano Rajoy como los vicesecretarios o, incluso, los exministros.

En 2004, en el primer congreso al que se presentó Rajoy, celebrado en Madrid, el presidente reorganizó las secretarías ejecutivas y suprimió las vicesecretarías generales. En su nuevo equipo directivo se rodeó de pesos pesados de los Gobiernos de José María Aznar. Ángel Acebes como secretario general, Loyola de Palacio como presidenta del Consejo de Política Exterior, Javier Arenas como presidente del Comité Electoral Nacional y Federico Trillo como presidente del Comité de Derechos y Garantías.

A cargo de las secretarías ejecutivas del partido quedaron: Sebastián González (Organización), Gabriel Elorriaga (Comunicación), Miguel Arias Cañete (Política Económica), Ignacio Astarloa (Seguridad y Justicia), Ana Pastor (Política Social) y Soraya Sáenz de Santamaría (Política Autonómica y Local).

Ya en 2008, Rajoy hizo un equipo más a su medida.Cospedal fue elegida secretaria general. Completaban el equipo tres vicesecretarías: de Organización, Comunicación y Territorial, a cargo de Ana Mato, Esteban González Pons y Javier Arenas, respectivamente.

La norma en el PP: un solo candidato

Este congreso extraordinario se celebrará bajo los estatutos que han regido los congresos regionales y que fueron aprobados en el XVIII Congreso Nacional, celebrado en Madrid en febrero de 2017. Por primera vez, todas las bases del PP podrán votar para elegir en este proceso, en el que no va a existir el famoso "dedazo". Es un sistema de doble vuelta asimétrico, ya que en la primera vuelta pueden votar todos los afiliados y en la segunda sólo los compromisarios.

"Quienes sean candidatos a la Presidencia deberán presentar su precandidatura ante la Comisión Organizadora correspondiente entre los siete y los quince días siguientes a la convocatoria del congreso conforme a lo que se señale en el acuerdo de convocatoria", figura en los estatutos.

Para ser proclamado precandidato, será necesario presentar el apoyo de, al menos, 100 afiliados, una cifra al alcance de cualquier aspirante. Si hay más de dos precandidatos, se fija un periodo de campaña. A partir de la convocatoria del Congreso se abre un plazo de 15 días para que cualquier afiliado del PP se pueda inscribir para participar en todo el proceso electoral. También pueden presentarse como compromisarios.

Previo al congreso, en las sedes, se elige a los compromisarios para participar en el cónclave y, al mismo tiempo, se vota en otra urna a los precandidatos a la presidencia del partido.

"Si alguno de los precandidatos obtuviese más del 50% del total de los votos válidos emitidos por los afiliados, hubiese logrado una diferencia igual o superior a 15 puntos sobre el resto de precandidatos y hubiera sido el más votado en la mitad de las circunscripciones será proclamado ante el Congreso como candidato único a la presidencia del partido",único puede leerse en los estatutos. De lo contrario, van al congreso los dos precandidatos con más votos.

Candidato para las elecciones

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Tras el XVIII Congreso Nacional del PP se celebraron los regionales con estas normas internas. En diez de ellos (Galicia, Asturias, País Vasco, Navarra, Aragón, Andalucía, Extremadura, Comunidad Valenciana, Canarias y Cataluña) sólo se presentó un único candidato. En cuatro (Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Murcia) hubo dos candidatos hasta el momento de las votaciones en las sedes, donde después uno de ellos se impuso al otro pasando como único al cónclave. Y en tres (Cantabria, La Rioja y Baleares) se decidió entre dos candidatos en el congreso

El candidato que salga elegido de este congreso no sólo sale como líder del Partido Popular, sino como cabeza de lista de la formación para las próximas elecciones generales. También tendrá en sus manos proponer a Rajoy como presidente de honor del partido, cargo que lleva vacante desde diciembre de 2016, cuando José María Aznar renunció.

Si nada se complica, la dirección nacional apuesta por dos fechas posibles: el fin de semana del 14 de julio o el del 21. 

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