Cataluña ante el 14F

El PSC se vacuna contra un tripartito tras el 14F y aspira a liderar con fuerza el bloque no independentista

Si no hay ningún contratiempo, la previsión es que el próximo martes, 22 de diciembre, el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, firme el decreto de convocatoria para las elecciones catalanas del 14 de febrero. En los últimos días se han disparado los rumores sobre un aplazamiento de la fecha en el contexto del covid-19. Pero las todas las fuentes consultadas por infoLibre coinciden en que los planes iniciales no se mueven y que, en todo caso, se irán viendo los pasos a dar si una tercera ola de la pandemia agravase la evolución del virus en Cataluña. Es lo que ocurrió, recuerdan, con las elecciones vascas y gallegas, convocadas en principio para el 5 de abril y que no se celebraron hasta el 12 de julio. Ya hay un precedente, dicen, y, por tanto, la forma de proceder es conocida.

Pese a que el ambiente de campaña electoral ya se respira en Cataluña desde hace meses, la publicación del decreto de convocatoria supone el pistoletazo de salida oficial de los comicios. Y permite marcar en rojo una serie de fechas en el calendario. Hasta el 1 de enero hay plazo para el registro de coaliciones electorales. Entre el 6 y el 10 se pueden presentar las candidaturas. Y la campaña arranca el 28 de enero a las 00.00 horas, culmina el viernes 12 de febrero y da pie a la jornada de reflexión el sábado 13. 

En juego están los 135 escaños que integran el Parlament, una cifra que ubica la mayoría absoluta en los 68 diputados. El mapa actual está compuesto por los siguientes actores: Ciudadanos (36), Junts per Catalunya (34), ERC (32), PSC (17),Catalunya en Comú-Podem (8), CUP (4) y PP (4). En las últimas elecciones, las del 21 de diciembre de 2017, se dio la circunstancia de que por primera vez en el periodo democrático un partido no nacionalista —Cs, con Inés Arrimadas al frente— ganaba unas elecciones autonómicas en Cataluña en votos y escaños. No obstante, el independentismo conservó la mayoría absoluta. Eran los años de Mariano Rajoy (PP) en la Moncloa. Los de la resaca del 1-O, el encarcelamiento de Oriol Junqueras y varios exconsellers y la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Los años del choque de trenes Estado-Generalitat.

Ahora, más de tres años después, los sondeos ubican a ERC y JxCat a la cabeza en unos comicios a los que concurren sin sus grandes reclamos del otoño de 2017, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, respectivamente. Y el PSC se cuela con fuerza en medio de esta competencia entre independentistas. Miquel Iceta, que el 21D se hizo con 17 escaños, estaría ahora en disposición de lograr entre 27 y 28 asientos en el Parlament, según la encuesta del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para El Periódico, una de las últimas publicadas. Este subidón, que ubica a los socialistas catalanes en el podio –en 2017 fueron cuarta fuerza tras Cs, JxCat y ERC– ha hecho que gran parte de los focos para el 14F se posen sobre el PSC. El centroderecha, en fuerte competencia por el descalabro al que se enfrenta Cs, la urgencia del PP recuperar algo de fuelle en Cataluña y la fuerte irrupción en el Parlament que los sondeos auguran a Vox, va a intentar arañar votos a los socialistas ubicando al PSC fuera del llamado bloque del constitucionalismo, empujándole a la foto de un tripartito con ERC y los comuns del que reniegan tanto los socialistas como los republicanos.

La encuesta más reciente, la del Centre d'Estudis de Opinió (CEO) de la Generalitat, de este mismo viernes, otorga a ERC 35 escaños, entre 30 y 32 a JxCat, 25 al PSC, entre 14 y 16 a Cs, entre 7 y 9 a los comunes, entre 8 y 9 a la CUP y entre 7 y 9 al PP. Vox se estrenaría con entre 4 y 6 y el PDeCAT podría lograr un escaño o quedarse sin representación.

"Romper la dinámica de los últimos diez años de bloqueo"

En el PSC consideran que el debate de incluirles en el mismo bloque que a Esquerra es "interesado" y que no van a caer en esa "trampa" que les tienden, sobre todo, quienes no tienen opciones de ser fuerzas decisivas en el futuro inmediato de la Generalitat.

"No es ninguna noticia que nosotros no pactamos ni con formaciones independentistas ni con aquellas formaciones que llevan en su programa un referéndum. Ahí estará Esquerra, ahí no estamos nosotros. Que nadie se confunda", destacan desvinculando el hecho de que ERC haya sido clave para aprobar los Presupuestos Generales del Estado del contexto catalán.

"La historia es romper la dinámica de los últimos diez años de bloqueo y de la confrontación independentista. Ahí es donde se puede encontrar al PSC. Que nadie nos busque en otro sitio", resume una de las fuentes consultadas.

Una vez convocadas las elecciones, el PSC pondrá fecha a su Consell Nacional para designar de forma oficial a su candidato –un "mero trámite", explican–. Lo más probable es que esto ocurra nada más arrancar enero.

"Nuestro candidato es el mejor, el más conocido. No hace falta que lo expliquemos. El resto de partidos tienen que construir y dar a conocer a sus candidatos", añaden. Los datos del sondeo de GESOP, realizado entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, sirven para sostener parte de esta tesis. Con el apoyo del 15,9%, Iceta se ubica como el cabeza de lista preferido como jefe del Govern por los consultados, más de un punto por delante de Laura Borràs (JxCat) y también por delante de Aragonés (14%). 

La puntuación baja cuando se trata de poner una nota, en una escala de cero a 10, a quienes se ubica como cabezas de lista. Así, Laura Borràs (Junts) se llevaría un 5,2, Aragonès (ERC) un 5,1, Carles Riera (CUP) un 5, Jèssica Albiach (CeCP) un 4,7, Iceta (PSC) un 4,5 y Àngels Chacón (PDeCat) un 4,4. Los candidatos de PP, Vox y Cs no logran superar el tres. Así, Alejandro Fernández (PP) obtiene el 2,8, Ignacio Garriga (Vox) el 2,5 y Carlos Carrizosa (Cs) el 2,3.

Lista y programa

La lista será, avanzan fuentes del PSC, "bastante continuista". Y el programa ya está en buena parte avanzado. Ya hay un amplio borrador que se ha abierto a las aportaciones de diputados, agrupaciones y la sociedad civil. Titulado "El cambio que necesita Cataluña", no pasa por alto la excepcionalidad que supone la pandemia del covid-19 y aboga por "la superación del proceso independentista para pasar a la colaboración leal entre instituciones, a partir de un mejor autogobierno y del diálogo para promover la concordia entre los catalanes y las catalanas".

En el texto, compuesto hasta el momento por 131 páginas, se aboga por una "reforma constitucional federal". "Una evolución explícitamente federal de España debe servir no sólo para abordar el encaje de Catalunya en España, sino también para consolidar las conquistas sociales alcanzadas y recoger las voluntades y anhelos de los ciudadanos y las ciudadanas, impulsando la modernización de nuestras instituciones, mejorando la calidad democrática y garantizando constitucionalmente los políticas públicas. Si no se supera la polarización política presente, esta reforma no podrá ser implementada en el actual escenario", puede leerse en el borrador de programa.

"Comprometidos con el autogobierno de Cataluña, las instituciones y la ciudadanía, en la línea de la Declaración de Granada y la Declaración de Barcelona", el PSC considera que su propuesta de reforma constitucional federal debería servir, entre otras cuestiones, para "la transformación del Estado de las autonomías en un Estado federal", la "delimitación clara" de las competencias entre el Estado federal y las comunidades, la regulación del modelo de financiación en la Constitución o la transformación del Senado en un "Senado federal".

"Presidencia u oposición"

En una entrevista reciente publicada enEl Mundo, Iceta se conjuraba contra las encuestas—"Hay motivos para pensar que en las elecciones se puede obtener un resultado diferente al que indican los sondeos"— se ubicaba como clara "alternativa" y advertía de que si el bloque independentista suma no hay duda de que van a volver a gobernar juntos. En materia de política de pactos intentó dejar claro ese mantra que lanzan contra él tanto desde sectores del independentismo como desde la derecha y el centro derecha: "Con quien quiera la independencia o un referéndum no pactaremos".

"Queremos un Gobierno como el de España, presidido por Iceta, y con los Comuns dentro. ERC nunca estaría en la ecuación. O Presidencia u oposición", relata una dirigente del PSC. "Da igual lo que digan [Ada] Colau (alcaldesa de Barcelona) y sus colaboradores. Esta opción está descartada", insisten. Y achacan esta estrategia a que el espacio político de los Comuns está en "horas bajas", en "tierra de nadie".

"En el espacio de los Comuns saben que con una mayoría independentista Esquerra no se permitiría romper con el independentismo y abrazar a Iceta", añade la misma fuente.

En Comú Podem: Ser "fuertes" para el "cambio"

En Comú Podem está bastante estancado en las encuestas. En principio, sólo estaría en disposición de mejorar un escaño —de 8 a 9— sus resultados de 2019. Pero, al igual que ocurrió en el caso de Unidas Podemos a nivel nacional hace un año, puede convertirse en una fuerza política clave si la noche electoral del 14F no se visualizan mayorías claras. "En el Gobierno central hemos demostrado que se le puede dar una salida radicalmente diferente", ha defendido Albiach en una entrevista concedida a El Periódico.

En este contexto, los comunes afrontan una campaña en la que van a reivindicarse como la fuerza que necesita Catalunya para un cambio verdadero. "Cuanto más fuertes seamos, cuanto mejor sea el resultado de Catalunya En Comú Podem, más próximo estará ese punto de inflexión, ese cambio", señala uno de los dirigentes consultados por este diario. Esta reflexión lleva directamente a la política de pactos. Hasta la fecha, Albiach ha defendido que su formación tiene claro que no pactará ni con la derecha española ni con la derecha catalana. Y que todo dependerá del "programa" que se ponga sobre la mesa a la hora de llegar a eventuales acuerdos. 

"Hay que huir de la política de vetos cruzados", señalan a infoLibre desde el espacio de los comunes en advertencia a PSC y ERC y poniendo como ejemplo a los Presupuestos Generales del Estado de que "cuando hay voluntad, se pueden cerrar acuerdos que benefician a los ciudadanos".

A comienzos de diciembre, la alcaldesa de Barcelona y líder de Catalunya en Comú, Ada Colau, intervino en el acto Caminando Juntas,Caminando Juntas en el que las direcciones de Podemos, IU y En Comú Podem analizaron el primer año de Gobierno en coalición y la labor del grupo parlamentario en el Congreso que conforman las tres organizaciones políticas. En el acto, en el que también participó Albiach, la regidora municipal definió a la candidata como "la mejor" para que "el cambio que ha comenzado en el Estado llegue por fin a Catalunya".

Unas elecciones muy marcadas por lo social... y por el covid-19

A la espera del veredicto de la noche electoral, en lo que coinciden todas las fuentes consultadas es que el Partido Socialista de Catalunya se va a convertir en un factor decisivo a la hora de dar estabilidad al Govern. "Si no da la suma, el partido estaría en apoyar desde fuera aquellas medidas que se consideren oportunas, necesarias para los ciudadanos y para el avance de la sociedad catalana. Pero siempre desde fuera", insisten desde la Moncloa coincidiendo con el PSC.

Si en 2017 el eje de la campaña fue el de la independencia, para este 14F este va a dejar de ser parámetro. La crisis del covid-19 ha arrasado con todo y hasta los partidos independentistas se preparan para una campaña muy centrada en lo social y en lo económico. "La fuerza que quiera penetrar en su electorado no podrá hacerlo sólo con soflamas independentistas. Eso sólo se lo puede permitir el PDeCAT", defienden desde el espacio de los Comuns.

Igual de interesados que el PSC de borrar del horizonte la idea de un tripartito ERC, PSC y los comunes están en Esquerra. "No hay ninguna posibilidad y ninguna es ninguna", dicen con contundencia las fuentes consultadas por infoLibre, que instan, además, a desvincular lo que ha ocurrido en Madrid en el plano de las cuentas públicas a lo que pueda ocurrir tras el 14-F. Y no hay ninguna posibilidad, argumentan, porque los socialistas no encajan en los ejes de su programa, en la columna vertebral. A saber: "Derecho de autodeterminación, referéndum, resolución democrática del conflicto y amnistía [para los presos]".

Este mismo martes, tras el Consejo de Ministros, el titular de Justicia, Juan Carlos Campo, insistió en que se está trabajando en la reforma de la sedición pero dice que no se atrevió a fijar una"fecha exacta". Los planes iniciales del Ejecutivo eran que la iniciativa estuviera lista antes de fin de año. Y, por tanto, antes del arranque de la campaña electoral.

¿Vuelta de los votantes que se fueron a Cs?

Precisamente, la evolución de la pandemia añade máxime incertidumbre a unos comicios en los que el porcentaje de indecisos supera el 30%. Y, en este contexto, la movilización del electorado en campaña va a ser clave. Además de la pelea por el liderazgo del bloque independentistas hay otra muy interesante en el bloque de las tres derechas en la que Cs tiene todas las de perder si se tiene en cuenta que parte de ser la fuerza más votada en los anteriores comicios y ahora ha perdido por el camino el grueso de su capital político. Precisamente el PSC es uno de los grandes beneficiados del hundimiento de la formación de Inés Arrimadas, cuya victoria en Catalunya la catapultó a la política nacional. Y precisamente el votante desencantado con el socialismo que huyó al partido naranja en diciembre de 2017 es uno de los principales objetivos del PSC.

Otra de las grandes dudas a la que dará luz la noche electoral es cómo acaba repartiéndose ese voto de Cs por el que ahora PSC, Cs y Vox pelean. En el PP de Pablo Casado cruzan los dedos para que la extrema derecha no les supere en el Parlament. 

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