Partido Popular

La 'resurrección' de Aznar o el viaje de ida y vuelta en función de a quién puede marcarle el paso en el PP

José María Aznar conversa con Alberto Núñez Feijóo en un acto del PP en València.

La influencia del expresidente José María Aznar en el Partido Popular es innegable. Sus análisis se leen con atención en la sede de Génova y él disfruta de ese papel —de jarrón chino, en palabras de Felipe González—que ejerce dentro del partido conservador a través de la fundación FAES, que él mismo preside, pero también con sus entrevistas y declaraciones públicas. El exdirigente está alineado —en mayor o menor medida— con la actual dirección de Alberto Núñez Feijóo, a quien el propio Aznar situó al frente de Correos en el año 2000. Su poder es tal que, esta misma semana, Feijóo no se atrevió a desautorizarle y replicó sus palabras después de que el expresidente alentara la teoría del amaño electoral en las elecciones generales de 2023.

Pero no siempre fue así. Aznar rompió formalmente con el PP en 2016 tras años de tensiones, de lecturas de cartilla y de críticas a la gestión del expresidente Mariano Rajoy, el hombre que él eligió para liderar el PP. En octubre de ese año, la fundación FAES, concebida como el sustento ideológico del partido, se desvinculó de las siglas del PP. Y, pocos meses después, Aznar renunció a la presidencia de honor del partido. Los veteranos del partido todavía recuerdan que el expresidente apoyó de manera clara a Albert Rivera frente a un PP que decía "no reconocer" después de que Rajoy apartara a algunas figuras cercanas a Aznar de los puestos de dirección.

La ruptura comenzó a fraguarse después de que Rajoy perdiera sus segundas elecciones generales contra José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2008. El exlíder del PP consideró que había pasado el tiempo prudencial para ir deshaciéndose de la herencia del aznarismo e introdujo cambios en la dirección del Congreso rodeándose de gente más joven y a la que consideraba de su círculo más próximo. Por el camino quedaron nombres muy vinculados a Aznar como los de Eduardo Zaplana, Ángel Acebes o Esperanza Aguirre, enfrentada directamente a Rajoy y que siempre se situó como la mujer fuerte de Aznar dentro del PP. El aguirrismo fue una corriente que dio a Rajoy fuertes dolores de cabeza, pero con la que consiguió convivir.

En los años posteriores, y una vez con Rajoy en la Moncloa, Aznar intensificó las críticas a su sucesor por la forma que tenía de dirigir el partido, pero estaba prácticamente desactivado. Hasta el punto de que, cuando el expresidente cargaba contra Rajoy y los suyos, eran ya pocos los que le seguían. Y fue en vísperas del congreso interno del PP del año 2017 cuando el expresidente lanzó el comunicado en el que renunciaba a la presidencia de honor. Una noticia que su sucesor recibió en un viaje oficial a Nueva York para presidir una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU. En esa misiva, Aznar también comunicó que no asistiría al cónclave del PP y él mismo destacaba que era el primero del que se ausentaría desde el año 1979.

De volver de la mano de Casado a participar en su defenestración

Más de ocho años después, el PP afronta un nuevo congreso y está previsto que el expresidente tenga un papel destacado, según señalan fuentes de Génova. Aunque la dirección del PP asegura que tanto su legado como el de Rajoy son igual de valiosos, las opiniones de Aznar cuentan con más predicamento dentro del PP. Es Aznar quien marca el paso a Feijóo, al igual que sucedió durante la etapa de Pablo Casado, que le devolvió el estatus perdido tras recuperarlo como figura política y nutrir su equipo de aznaristas confesos. FAES también comenzó a recobrar protagonismo, especialmente durante la pandemia, actuando en ocasiones como sustento de muchas de las posiciones políticas del PP de Casado.

El antecesor de Feijóo en el PP, ahora completamente alejado de la vida pública tras su defenestración colectiva en marzo de 2022, fue el director de gabinete de FAES entre 2009 y 2012 y siempre consideró a Aznar como su "referente". Así, meses después de que prosperara la moción de censura contra Rajoy y de que Casado le ganara el pulso interno a Soraya Sáenz de Santamaría, Aznar volvió a pedir el voto para el PP en 2019, en la convención con la que Casado pretendía el rearme ideológico del partido después de haber tomado las riendas en verano.

Sin embargo, las dos derrotas de su pupilo en las generales de ese mismo año también suscitaron críticas por parte del expresidente, al igual que algunas de sus decisiones, entre ellas la de apartar a Cayetana Álvarez de Toledo de la portavocía del PP en el Congreso. Las críticas se intensificaron tras los intentos de Aznar de mediar entre Casado y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. En esa guerra, el presidente de FAES se posicionó claramente con ella y aseguró que era "la política más popular de toda España".

Aznar alienta la teoría del amaño electoral y arrastra a Feijóo en su deriva 'trumpista'

Aznar alienta la teoría del amaño electoral y arrastra a Feijóo en su deriva 'trumpista'

Una vez que Feijóo se instaló en Madrid, el expresidente de la Xunta ha procurado no desairar a Aznar haciendo seguidismo de sus postulados, como ocurrió el lunes en una entrevista con Federico Jiménez Losantos. Tras replicar el argumento del expresidente del Gobierno sobre el resultado de las generales, el líder de la oposición aseguró:  "Yo confío en los carteros, pero que el sistema puede tener algunas lagunas y que utilizado de forma torticera no está completamente blindado, la respuesta es que sí". Unas palabras que coparon las preguntas posteriores a la rueda de prensa en Génova tras la reunión del comité de dirección y que lograron desviar el foco del caso Cerdán y de Pedro Sánchez para disgusto del portavoz nacional del PP, Borja Sémper.

FAES, el faro ideológico del PP

Lo cierto es que Aznar siempre ha buscado marcar el paso al líder del PP, sea quien sea quien empeñe esa responsabilidad, como lleva haciendo desde hace dos décadas, tanto en política exterior como en asuntos nacionales, a través de FAES. La fundación fue ideada como un laboratorio de ideas para funcionar a la sombra del poder y cuya naturaleza se explica a través de su listado de patronos, donde hay cargos públicos del PP e incondicionales de Aznar, que tratan de librar su particular guerra cultural. La organización también lidera la creación de las ideas que nutren al PP en materia de relaciones con EEUU y América Latina.

La fundación de Aznar sigue siendo más potente que cualquiera de los intentos posteriores del PP de crear una fábrica de ideas propia. Pablo Casado utilizó la clásica fundación del PP Humanismo y Democracia para reconvertirla en Concordia y Libertad de la mano de Adolfo Suárez Illana, que pasó sin pena ni gloria. Feijóo la refundó bajo el nombre de Reformismo 21, con dirigentes como el ya fallecido Josep Piqué, la exministra Fátima Báñez o el economista Román Escolano. Sin embargo esta organización, presidida por la eurodiputada Alma Ezcurra, a la que el PP le quiere dar más protagonismo tras el congreso de julio, tampoco cuenta con un impacto destacado, ya que sus publicaciones son muy puntuales y evitan temas espinosos.

Más sobre este tema
stats