Las derechas ante Trump
FAES contra Disenso: la verdadera batalla en la derecha sobre Trump que deja fuera de juego a Feijóo

La vuelta de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos está obligando a las derechas mundiales a tomar partido. Las consecuencias de la desastrosa reunión en Washington entre el magnate y el presidente ucranio, Volodymyr Zelensky, van más allá de la suspensión de la ayuda militar a Kiev. El tono y las amenazas de Trump enmascaran una victoria moral del presidente, Vladimir Putin, al que la Unión Europea culpa de la invasión. Las réplicas a la política exterior de Trump se extienden a la arena europea, dividida tras la llegada del estadounidense a la Casa Blanca. Algunos líderes como el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, o el eslovaco Robert Fico, no acudieron a la cumbre organizada por Reino Unido el domingo y se muestran reacios a ayudar a Ucrania por su proximidad a Rusia. Ahora, amagan con boicotear la estrategia de la UE ante una guerra que ha cumplido su tercer aniversario.
En este contexto el líder de Vox y fiel escudero de Orbán, Santiago Abascal, se ha alineado con el presidente estadounidense, que por fin lo ubica en su mismo radar. Durante la reciente Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), una reunión de ultras de todo el mundo organizada por el trumpismo, el presidente de Estados Unidos le dedicó un escueto saludo a Abascal, que los satélites de Vox han promocionado por todas las vías posibles. Reconocerse como aliado de Trump implica defenderlo públicamente como hizo el portavoz nacional de los ultras, José Antonio Fúster, que justificó su actitud ante Zelensky pese a las evidentes faltas de respecto que recibió en el despacho Oval. "Lo importante no son las formas, sino el contenido, que son personas que quieren una paz duradera para Ucrania", dijo en rueda de prensa desde la sede de Bambú. Y añadió que en Vox prefieren "a gente con las formas un poco torcidas si trabajan por esa paz antes que a hipócritas que tiene unas formas exquisitas pero que están haciendo otra cosa bien diferente y en contra del pueblo ucraniano".
Los equilibrios de su portavoz demuestran que Vox está atrapado en un debate que le incomoda ya que no quiere que le sitúen en la órbita de Putin pese a que muchos de sus aliados, empezando por Orbán y acabando con Trump, están dando la cara por él. Para defenderse de esos ataques los de Abascal se están sirviendo de algunas de sus caras visibles en el Parlamento Europeo, como Juan Carlos Girauta o Jorge Buxadé, pero también de su fundación, Disenso. Se trata de un think tank presidido por el el líder de Vox que se creó a imagen de semejanza del FAES de José María Aznar en en octubre de 2020 con el lanzamiento de un manifiesto, la denominada Carta de Madrid. La formación ultraderechista lo utiliza como su ariete ideológico para confrontar ideas y propuestas con el PP y también como una suerte de guía en el diseño del puzle de la ultraderecha en la "Iberosfera", que incluye a EEUU.
Una de sus últimas publicaciones, que data del pasado 25 de febrero, tiene como protagonista al propio Aznar, al que le dirigen duros reproches en una publicación titulada "Entre la fábula y la mentira" ilustrada con una foto del expresidente del Gobierno español estrechando la mano de Putin. En esta publicación, firmada por Disenso a modo de editorial —otras publicaciones sí incluyen los nombres y apellidos de sus autores— aseguran que el exdirigente del PP tiene "una gran confusión con la Rusia de Putin" por haber "expresado públicamente su admiración por el tirano, incluso después de la invasión y anexión ilegal de territorio en Ucrania en 2014": "Mucho silencio ante tanto terrorista y mucho ataque de histeria contra quienes quieren acabar con el desorden y degradación generados por sus aliados en Europa e Iberoamérica", añaden.
Guerra de editoriales entre FAES y Disenso
El editorial de Disenso responde al comunicado de FAES, titulado 'Brazos en alto', en el que unos días antes cargaba con dureza contra Vox, refiriéndose a la formación de Abascal como la representante del "trumpismo patrio": "Cada vez que Vox escenifica su adhesión a la Internacional nacionalista provoca la zozobra de simpatizantes y afines, atrapados en una tormenta de paradojas", arranca el texto. "Confundir la Rusia de Putin―una cleptocracia mafiosa― con el cumplimiento de las promesas de Fátima es tan pintoresco como fiar al cliente de Stormy Daniels la restauración de la moral tradicional", seguía FAES, en referencia a la actriz de cine porno a la que Trump sobornó para comprar su silencio en 2016.
Disenso responde con esta réplica: "Sí, Putin es un invasor; sí, las fronteras, la soberanía y la unidad de los Estados nación debe defenderse y respetarse. Sí, la coalición de populares, socialistas, verdes y la izquierda – desde la antisemita hasta Bildu – en la Unión Europea y sus políticas han facilitado y entregado Europa a Rusia, fruto de la dependencia energética, del Pacto Verde y de la prohibición de explorar recursos naturales". La fundación de Abascal replica, así, el discurso del magnate estadounidense que defiende que el principal problema de la Unión Europea son sus políticas medioambientales y su agenda woke —"los europeos ven cómo su dinero se ha destinado a tapones de botella, a inventar sexos y promover el aborto por el mundo, a restringir la libertad de expresión, arruinar la industria y el campo... —" pero obvia los aranceles que Trump ha prometido aplicar a los productos europeos.
En su análisis la fundación de Aznar también critica que la cumbre ultra celebrada en Washington tuvo de "'conservadora' lo que el Palmar de Troya de católico": "Hemos visto a un conciliábulo donde se levantan muchos brazos: para rendirse a la Santa Rusia o para presumir de provocación gamberra", añade, en alusión al gesto de Steve Bannon, primer estratega de Trump, que levantó el brazo imitando el saludo nazi, al igual que Musk hace unos meses. Y también critica que Vox haya decidido "romper" el grupo de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en el Parlamento Europeo, "sumándose a la quinta columna del Putin club".
De nuevo, el think tank de Vox responde: "La libertad, la prosperidad y la soberanía de las naciones vendrá de la mano y alianza de las fuerzas patriotas y conservadoras, como ya se ve en el Parlamento Europeo y en los discursos de sus líderes [véase el de Santiago Abascal y Giorgia Meloni] en la CPAC". Y cierra con una pulla dirigida al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo: "Vox tiene aliados internacionales porque tiene un proyecto nacional, haría bien FAES en trabajar y ayudar más al PP a salir de su ya permanente ofuscación e inanidad moral y a fabular y mentir menos".
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La dureza de la FAES de Aznar contra Trump y Vox marca el paso al PP y deja a Feijóo en tierra de nadie
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No es ningún secreto que FAES y sus satélites buscan marcar el paso al líder del PP, sea quien sea quien empeñe esa responsabilidad, como lleva haciendo desde hace dos décadas tanto en política exterior como en asuntos nacionales. La fundación fue ideada como un laboratorio de ideas para funcionar a la sombra del poder y cuya naturaleza de se explica a través de su listado de patronos, donde hay cargos públicos del PP e incondicionales de Aznar, que tratan de librar su particular guerra cultural.
La fundación de Aznar sigue siendo más potente que cualquiera de los intentos posteriores del PP de crear una fábrica de ideas propia. Pablo Casado utilizó la clásica fundación del PP Humanismo y Democracia para reconvertirla en Concordia y Libertad de la mano de Adolfo Suárez Illana, que pasó sin pena ni gloria. Feijóo la refundó bajo el nombre de Reformismo 21, con dirigentes como el ya fallecido Josep Piqué, la exministra Fátima Báñez o el economista Román Escolano. Reformismo 21 no ha publicado nada reciente referido a los movimientos de Trump ya ejerciendo como presidente.
Esto también releva la debilidad del actual líder del PP. El ascenso del magnate a la presidencia de Estados Unidos ha dejado a Feijóo en tierra de nadie al situarse en una suerte de posición intermedia entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Vox. En un primer momento el líder del principal partido de la oposición se refugió en el silencio y evitó posicionarse con claridad sobre los polémicos anuncios del estadounidense tras acceder al cargo. El conservador tuvo que esperar a reunirse con la cúpula del Partido Popular Europeo y con un comité de "expertos" formado por exministros de Exteriores y Defensa del PP para lanzar sus primeras —y tímidas— críticas a la política de Trump y a Vox.