La defensa de los servicios públicos frente a “la corrupción inmoral” de la privatización. Este es el principal leitmotiv que quiere darle el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a un tiempo político convulso con la estabilidad parlamentaria en entredicho por el bloqueo de Junts y con el arranque de manera acelerada del próximo ciclo electoral a partir del 21 de diciembre con los comicios en Extremadura.
En el Palacio de La Moncloa están convencidos de que en estos momentos “hay que contraponer modelos”. El Gobierno busca su razón de pervivir como garante de los avances en materias sociales frente a un PP que se ha encontrado con un agujero demoscópico por la gestión de sus barones en lugares como la Comunitat Valenciana, por la dana, y en Andalucía, por el escándalo de los cribados del cáncer de mama. Y, siempre, bajo la sombra de Madrid como gran laboratorio para el resto de autonomías en la externalización de servicios y en las bajadas de impuestos.
“En las cafeterías se habla de lo que preocupa, se habla de la sanidad”, sostienen fuentes del Gobierno sobre el ahínco social que le imprime en estos momentos Sánchez a su acción política frente al ruido del PP y de Vox con los casos de corrupción. Y ese espíritu se materializó durante la maratoniana comparecencia que protagonizó durante más de seis horas el jefe del Ejecutivo este miércoles en el Congreso.
¿Dónde se gastan las transferencias?
Sánchez está dispuesto a una batalla ideológica con la forma de gestionar del Partido Popular. Y cree que, pese a lo dificultoso que parece enfrentarse a discursos de bajadas de impuestos, la defensa del modelo del estado del bienestar puede vencer en la calle en un momento en el que empieza a desaparecer el brillo de las autonomías del Partido Popular después de la ola que pintó de azul la mayoría del mapa autonómico tras el 28M .
El Gobierno busca un debate no sólo de palabras, sino también con números. Busca identificar qué ha pasado para que los 300.000 millones de euros adicionales dados a las comunidades desde 2018 respecto a la época de Mariano Rajoy no se hayan traducido en mejores servicios públicos, sino que, al revés, cada vez sea menos eficiente la sanidad pública en muchas comunidades y crezcan como setas las universidades privadas.
Detrás está también la idea que aprendió el PSOE tras las últimas elecciones autonómicas y municipales a la hora de afrontar el ciclo electoral regional: hay que focalizar en el modelo de gestionar del Partido Popular y que el relato no esté centrado únicamente en un plebiscito contra el presidente del Gobierno. El propio presidente ha reconocido que no supo ver la fuerza de la ola del antisanchista aquel 28M.
"Hay que poner negro sobre blanco"
Pero el secretario general del PSOE y los suyos también están convencidos de que el PP sólo sabe vivir de ese antisanchismo, que no tiene un modelo político y de gestión. Por eso entienden en las salas de máquinas del Palacio de La Moncloa y de la calle Ferraz que “hay que poner negro sobre blanco”.
El presidente lo expresó de esta forma en la Cámara Baja: “El patrón es claro. El PP se dedica a debilitar y vender la sanidad pública. Lo que quieren es que los servicios se degraden y las listas de espera se alarguen más allá de lo humanamente aceptable, hasta que a la ciudadanía no le quede más remedio que irse a una clínica privada, pagada con los impuestos de todos, o con el dinero de su propio bolsillo”.
“Está pasando. Está ocurriendo mientras hablamos. Y no es por casualidad, ni por imposición de Bruselas, ni por la presión inevitable de una recesión económica. Es el resultado de un plan premeditado de las derechas para desmantelar nuestro estado del bienestar. Ya no son los hombres de negro los que recortan nuestros servicios públicos, son los hombres del azul del Partido Popular”, enfatizó el jefe del Ejecutivo.
Pero, además, el Gobierno, como señalan fuentes del Ejecutivo, cree que ese debate debe estar acompañado de datos que lleguen a los ciudadanos como, por ejemplo, que uno de cada tres euros del gasto madrileño en salud va a conciertos con clínicas privadas. Hay que desnudar “ese milagro privatizador” de Madrid. Además, el propio presidente cree que hay que señalar directamente a los beneficiados: “Madrid es un casino donde siempre gana Quirón”.
Desvestir la imagen de Moreno Bonilla
El Ejecutivo de coalición quiere poner también frente al espejo a la Junta de Andalucía, una comunidad en la que se librará una gran batalla política en junio del año que viene y donde el PP se ha visto desalojado de la nube de la mayoría absoluta. Según los datos del Gobierno central, esta autonomía ha recibido desde 2018 más de 53.800 millones de financiación extra. Pero, entre otras cosas, Juanma Moreno se ha dedicado a rebajar 200 millones de euros a los más ricos.
Ver másSánchez denuncia la “oposición destructiva” y la “corrupción inmoral” de la privatización de servicios
El Ejecutivo de Sánchez recuerda que Andalucía ha destinado, por ejemplo, casi 4.000 millones de euros a conciertos con clínicas privadas y las derivaciones a cirugías privadas se han triplicado. Asimismo, ponen sobre la mesa que los conciertos con la privada han aumentado un 70% y que la comunidad tiene 18.000 profesionales menos de los que le corresponden en comparación con la media nacional.
También el Gobierno se va a centrar mucho en las próximas semanas en el futuro político de la Comunitat Valenciana. En Ferraz y en La Moncloa dan por hecho que el PP se “rendirá” ante la ultraderecha para conservar el Palau de la Generalitat a través de Juanfran Pérez Llorca. Pedro Sánchez lleva ya días pidiendo que se convoquen elecciones, pero, sobre todo, ahora lanza el mensaje de que va a estar “vigilante” para que ese acuerdo no vulnere las leyes vigentes.
El PSOE tiene ahora también un importante problema con Junts después del anuncio de bloqueo de las leyes en el Congreso. La portavoz posconvergente en el Congreso, Míriam Nogueras, subió todavía más el órdago en la sesión de miércoles llamando incluso “hipócrita” y “cínico” al presidente del Gobierno. Desde La Moncloa analizan ese tono: “Ha sido muy contundente, pero es normal en el contexto parlamentario”. En el Gobierno siguen diciendo que confían en el diálogo y en que los de Puigdemont se abran a negociar leyes por su afectación en el día a día de los catalanes. La legislatura, emocionante y el aire como cada día.
La defensa de los servicios públicos frente a “la corrupción inmoral” de la privatización. Este es el principal leitmotiv que quiere darle el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a un tiempo político convulso con la estabilidad parlamentaria en entredicho por el bloqueo de Junts y con el arranque de manera acelerada del próximo ciclo electoral a partir del 21 de diciembre con los comicios en Extremadura.