Sánchez y Díaz se conjuran contra los rumores de ruptura con reuniones discretas y planes para 2022

Cumplido un año y medio del inicio de la legislatura, los equipos de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz coinciden en que la coalición está “en buena forma”. En contraste con los temores iniciales de los propios socios de Gobierno y de las profecías de la oposición hablando de “Ejecutivo Frankestein”, nadie en el Consejo de Ministros tiene otra cosa en mente que no sea una legislatura “como las de antes”, es decir, de cuatro años.

Todas las fuentes consultadas señalan que, salvo sorpresa, la estabilidad del Gobierno está a salvo. Creen que las garantías son, por una parte, que la fórmula de la coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, más allá de las tensiones lógicas, funciona y cada vez está “más engrasada”. Y también que la intención del presidente es darle un impulso político a la legislatura poniendo encima de la mesa todo el arsenal de los fondos europeos para la recuperación económica después de la pandemia.

Los planes, de hecho, son aprobar unos segundos Presupuestos Generales del Estado “en tiempo y forma” que sirvan para proyectar esa recuperación y también como mensaje político de estabilidad parlamentaria. Aunque está por ver cuánto tiempo se alargarán las negociaciones para sacar esas cuentas adelante tanto entre los socios de Gobierno como con el resto de aliados parlamentarios.

Está previsto que en las próximas semanas la ministra María Jesús Montero y el secretario de Estado Nacho Álvarez se sienten para empezar esas negociaciones. Desde Unidas Podemos confirman que el Secretario de Estado de Derechos Sociales pondrá sobre la mesa la necesidad de afrontar ya una reforma fiscal que implique llevar a cabo algunas de las medidas planteadas en el acuerdo de Gobierno. La propuesta de los morados pasa por subir los impuestos a grandes empresas y grandes fortunas.

Respecto al estado de salud de la coalición, en Moncloa destacan que “la interlocución entre el presidente y Yolanda Díaz es diaria, honesta y basada en mucha confianza”. Varios ministros socialistas destacan que la salida de Pablo Iglesias no ha rebajado las peleas internas sobre cuestiones en las que PSOE y Unidas Podemos discrepan, como la ley de vivienda o el SMI, pero sí la exposición mediática de esos problemas. Y eso, aseguran, “siempre sienta bien”.

La propia vicepresidenta aseguró esta semana que “la coalición no solo funciona bien, sino que está dando lo mejor de sí misma”, y recordó que en los últimos días se han sacado adelante la nueva regulación de interinos, la ley del “sí es sí” y el decreto de la reforma de las pensiones. Preguntada por el presidente, Díaz afirmó compartir con él “una magnífica relación”.

Sánchez y Díaz se comunican constantemente por teléfono y llevan al día todos los asuntos que se cuecen en el Gobierno. Además, es habitual que, al menos una vez en semana, presidente y vicepresidenta tercera despachen cara a cara en Moncloa para intentar desenquistar los temas pendientes. En las últimas semanas, por ejemplo, han tenido luz verde dos proyectos muy importantes del Ministerio de Igualdad de Irene Montero, como la ley LGTBI y la del solo sí es sí. Ambas, por cierto, con claras victorias políticas para Unidas Podemos. En los próximos días, Sánchez y Díaz volverán a verse para tratar, entre otras cosas, la subida del Salario Mínimo Interprofesional o la posible remodelación de Gobierno que parece acometerá en el futuro el presidente.

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La polémica del chuletón

En las últimas fechas sí han trascendido un par de polémicas entre los socios de Gobierno. Una de ellas fue a cuenta de la ley de vivienda, donde PSOE y Unidas Podemos siguen sin alcanzar un acuerdo para regular el precio de las viviendas de alquiler. La otra ha sorprendido más. Después de una campaña del Ministerio de Consumo en la que su titular, Alberto Garzón, trasladó la necesidad de reducir el consumo de carne por razones de salud y de medio ambiente (tal y como plantean los propios planes del Gobierno en materia de transición ecológica), varios compañeros del Consejo de Ministros han salido en tromba con duras críticas.

El primero de ellos, el propio Pedro Sánchez que, preguntado por la campaña aseguró que “personalmente, un chuletón al punto es imbatible”. También han reprendido abiertamente a Garzón el ministro de Agricultura, la ministra de Industria y numerosos políticos de la oposición conservadora.