Un auténtico terremoto político. El demoledor informe de la UCO que vincula a Santos Cerdán con el supuesto cobro de comisiones por adjudicaciones de obras públicas ha tambaleado los cimientos del PSOE y del Gobierno. El presidente, Pedro Sánchez, tratará de superar esta crisis renovando la dirección del partido y apelando a la necesidad de que haya un Gobierno progresista en el país.
“Perdón”. Esa es la palabra que repite más durante estas horas el jefe del Ejecutivo, que compareció ante los medios el jueves por la tarde en la sede del partido en la madrileña calle Ferraz para pedir disculpas y mostrar su “profunda decepción” respecto al hasta ahora ‘numero tres’ del PSOE, al que exigió en una conversación que dejara todos sus cargos.
Cerdán, que hasta el momento ha negado esos cobros y defiende su inocencia, ha dejado sus cargos como secretario de organización del PSOE y como diputado para defender, según el comunicado que emitió, a la formación y al Ejecutivo. El informe elaborado por la UCO es devastador y le sitúa en la gestión de pagos de 620.000 euros para el exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, con quien estaba vinculado desde sus tiempos como dirigente del PSN.
El informe ha zarandeado a un PSOE que estaba bajo de ánimos en las últimas semanas por las acciones judiciales contra el entorno de Pedro Sánchez, que desde el partido se interpretan como lawfare, y por el escándalo de las reuniones de la exmilitante Leire Díez, en las que pedía información comprometida sobre la UCO. Todos los dirigentes y cargos del partido muestran su estupefacción y su enfado sobre lo que se ha conocido de Cerdán, que era una persona muy querida dentro de la propia formación. Fue ratificado como secretario de organización en el congreso del partido que se celebró el pasado mes de diciembre y los pesos pesados del PSOE, como María Jesús Montero o Félix Bolaños, habían puesto “las manos en el fuego por él”. "No me lo puedo creer", "nos ha engañado", "no nos puede estar pasando"... son frases que repiten miembros del Gobierno en privado y altos cargos del partido, una sensación que comparten en todas las federaciones y entre los militantes de base.
Espera aguantar hasta 2027
El PSOE es un partido en estos momentos sumido en sentimientos como la rabia, la tristeza y la preocupación. El presidente del Gobierno tratará ahora de recuperar el pulso político haciendo una reestructuración de la cúpula del PSOE, que se deberá ratificar en una reunión del Comité Federal prevista para el 5 de julio en la ciudad de Sevilla. Asimismo, va a impulsar una auditoría externa de las cuentas del partido para disipar cualquier tipo de duda sobre financiación irregular de la formación.
Pero el presidente descarta convocar elecciones de manera anticipada, como exige la oposición. Creen en el Palacio de La Moncloa que el país debe tener estabilidad y que no hay motivo para romper la excepción progresista dentro de la Unión Europea. De hecho, Sánchez no tiene intención de remodelar su equipo gubernamental: “En absoluto, no está afectando al Gobierno”. En la rueda de prensa, asimismo, remarcó ante las peticiones de dimisión que su propósito es ser también el candidato de su formación en las elecciones de 2027.
Su justificación para no ir a elecciones y mantener el Gobierno pasa por este argumento: "Esto no va de mí ni del Partido Socialista ni de los diputados y diputadas del Grupo Parlamentario Socialista en exclusiva. Va de un proyecto político que está haciendo cosas buenas por nuestro país en el ámbito de la regeneración democrática, en el ámbito de la transformación social y en el ámbito de la transformación económica y la defensa de un modelo de país".
"Nunca debimos confiar en él"
El presidente está muy afectado por las revelaciones sobre Cerdán y ha querido dejar claro que él no sabía nada de esos supuestos cobros por parte su ya ex secretario de organización. El navarro ha sido durante estos años una pieza clave en su llegada hasta la Secretaría General del PSOE y en el día a día de la estrategia política. Sánchez evidenció con gesto muy serio en Ferraz su sensación de “decepción”, “perdón” y “disculpas”: “Nunca debimos confiar en él”.
El informe de la UCO ha dejado también episodios de niebla para el PSOE como la conversación de Cerdán con Koldo respecto a apuntar dobles votos en las primeras primarias que ganó Sánchez contra Eduardo Madina en 2014. "Esta es una organización seria, con independencia de que efectivamente pueda ocurrir algún hecho lamentable", indicó el líder de los socialistas, que recordó que en aquella cita interna venció por más de 17.000 papeletas en una organización con unos 130.000 militantes.
Sánchez tiene ahora que pensar en una nueva persona para la secretaría de organización, tras los fiascos de Ábalos y Cerdán, que tendrá un papel fundamental por dos motivos principalmente. Deberá organizar el partido para el ciclo electoral que arranca ya el año que viene con la convocatoria de comicios en Castilla y León y en Andalucía. Y, además, tiene que llevar las relaciones con los socios de investidura, especialmente con Junts, ya que Cerdán era el hilo directo con los de Carles Puigdemont. Los posconvergentes han exigido ya una reunión urgente con los socialistas.
El PSOE se enfrenta a una profunda crisis de credibilidad en un momento en el que las encuestas dan mayoría absoluta al PP junto a Vox. Asimismo, según todos los sondeos, la división dentro de la propia izquierda hace muy difícil que haya una suma suficiente para poder hacer frente a las derechas. Otra de las demandas de los cargos socialistas y de las federaciones es retomar el pulso político tras meses marcados por el relato del Partido Popular y sin que el PSOE tome la iniciativa y lidere la agenda con la acción de Gobierno.
Un auténtico terremoto político. El demoledor informe de la UCO que vincula a Santos Cerdán con el supuesto cobro de comisiones por adjudicaciones de obras públicas ha tambaleado los cimientos del PSOE y del Gobierno. El presidente, Pedro Sánchez, tratará de superar esta crisis renovando la dirección del partido y apelando a la necesidad de que haya un Gobierno progresista en el país.