Seis preguntas y respuestas sobre la nueva fase de la pandemia: qué pasa ahora si tengo síntomas
Los epidemiólogos llevan semanas lamentando la escasa comunicación del Gobierno con respecto a la nueva fase de convivencia con el covid-19: dividida en varias actuaciones, documentos, requisitos y medidas, sin indicaciones claras a la ciudadanía y con elementos clave ocultos en informes técnicos. El miércoles 20 de abril se pone fin al uso generalizado de mascarillas por obligación, en base a un documento de los expertos de la Ponencia de Alertas del Consejo Interterritorial que no se ha hecho público. Ante la posible confusión, recogemos seis preguntas habituales y sus respuestas para afrontar el nuevo escenario, disfrutando del fin de las restricciones pero con responsabilidad.
¿Dónde tengo que usar mascarilla a partir del 20 de abril?
Aún no se tienen todos los detalles, porque no se ha publicado el decreto que el martes 19 aprobará el Consejo de Ministros tras el acuerdo del Interterritorial y el día siguiente saldrá en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Pero los expertos de la ponencia indican que se mantenga en hospitales y residencias, por la mayor peligrosidad de la circulación del virus en estos espacios ante la concentración de personas muy vulnerables. En el caso de centros de mayores, sociosanitarios y asistenciales, será obligatoria para trabajadores y visitantes, así como para los usuarios "cuando estén compartiendo espacios comunes fuera de su habitación".
También en los "medios de transporte", en principio sin diferenciar entre trayectos cortos, como los que se suelen hacer en metro y autobús –y que han sido señalados por los expertos como los menos peligrosos, por la adecuada ventilación, la escasa interacción entre los usuarios y el poco tiempo de exposición, a pesar de las posibles aglomeraciones– y los de media y larga distancia, como el Cercanías y los trenes y autobuses interprovinciales o interurbanos.
¿Y dónde será recomendable usarla?
La Ponencia de Alertas tiene claro que la falta de obligatoriedad no implica que su uso no siga siendo una buena opción para evitar enfermar o que enfermemos a personas con más riesgo de desarrollar un cuadro grave que pueda desembocar en la peor consecuencia: a pesar de la alta inmunidad, natural y gracias a las vacunas, de la población española, "el impacto asistencial del SARS-CoV-2 sigue triplicando el de la gripe y el porcentaje de hospitalizados en mayores de 60 años es elevado", en palabras del director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria, Adrián Aginagalde.
La ponencia recomienda su uso en espacios cerrados de uso público. Esto incluye tanto espacios donde la mascarilla no es incompatible con la actividad (tiendas, centros comerciales, supermercados, teatros, cines...) como otros donde su aplicación ha sido polémica y, en general, no ha sido muy seguida porque se come y se bebe en su interior: bares, restaurantes, pubs y discotecas. Los expertos reconocen la "baja adherencia", a pesar de la alta transmisión en interiores que pueden sufrir escasa o nula ventilación; y no hay demasiado cambio entre la situación actual, donde el tapabocas no se exige al sentarse a la mesa pero sí al desplazarse por el establecimiento, y su eliminación completa.
Colegios e institutos también quedan exentos: no solo la posibilidad de enfermedad grave es muy baja entre los niños, sino que la transmisión del patógeno entre ellos es limitada, opinan los especialistas del Interterritorial. Las personas más vulnerables (mayores o personas que sufran inmunodepresión) deberían llevarla más a menudo, así como los que tengan contacto con ellas.
La mayoría de los expertos no considera necesario recomendar el uso de las mascarillas en exteriores, en la situación actual, aunque se produzcan aglomeraciones.
¿Y en el trabajo?
La mascarilla no será obligatoria en el trabajo, pero sí recomendable "siempre que el trabajo deba realizarse a distancia interpersonal de menos de 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada del espacio", así como si se comparte estancia con personas vulnerables. Otra serie de recomendaciones y obligaciones que siguen vigentes son la responsabilidad no del empleado, sino del empleador: deben "evaluar el riesgo de exposición en que se pueden encontrar las personas trabajadoras en cada una de la tareas diferenciadas que realizan", utilizando los servicios de prevención.
Ante el fin de las mascarillas obligatorias, "debe asegurarse una correcta ventilación de los lugares de trabajo y espacios interiores", explica Sanidad. El virus, como sabemos desde hace meses, se trasmite tanto mediante gotículas como mediante aerosoles que expulsamos al hablar, estornudar o toser, y que permite al virus mantenerse en una estancia mal ventilada durante horas. "Probablemente en los lugares con un elevado número de personas y sin posibilidad de garantizar una adecuada ventilación habría que valorar el uso de mascarillas para proteger la salud del trabajador", concluye Aguinagalde.
¿Qué pasa si tengo síntomas compatibles con el covid-19?
Los test de autodiagnóstico seguirán disponibles en farmacia a un precio asequible, de menos de tres euros. Si su realización indica una infección, no hace falta notificarlo, aunque se puede llamar al centro de salud para recibir indicaciones del médico de Atención Primaria. Tampoco es obligatorio aislarse, aunque sí se recomienda reducir al mínimo los contactos, avisar a las personas con las que se ha estado cerca 48 horas antes del inicio de los síntomas y esperar unos días tras el fin de los efectos de la enfermedad para reincorporarse a la vida normal, en base al nuevo protocolo inaugurado a finales de marzo.
Si se tienen síntomas graves, como fiebre alta e irreducible con paracetamol o insuficiencia respiratoria, el más grave de todos los síntomas, es necesario comunicarlo al centro de salud o acudir a urgencias; así como si se pertenece a un colectivo vulnerable, como personas con otras patologías crónicas, inmunodeprimidas o mayores de 60 años. En ese caso, se indicará la realización de una prueba PCR para confirmar la infección y se podrían recetar los nuevos medicamentos anti-covid, como Paxlovid.
¿Puedo teletrabajar?
El uso de mascarillas dejará de ser obligatorio en interiores el próximo 20 de abril
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En el caso de contraer el covid-19, no solo se puede teletrabajar sino que se recomienda activamente, según la estrategia de vigilancia y control, "siempre que sea posible y en caso de que no sea susceptible de una incapacidad temporal por su sintomatología". Si la sintomatología es leve o inexistente y el empresario obliga al empleado a acudir a su puesto de trabajo, se recomienda muy activamente el uso de mascarilla, para evitar contagiar al resto –y que estas personas puedan, a su vez, transmitir el virus a personas vulnerables–. Así lo asegura el especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública Salvador Peiró.
¿Esto es para siempre?
No tiene por qué. Tanto la retirada de las mascarillas, como el fin del aislamiento para los contagiados, como la práctica ausencia de restricciones de aforo en los espacios públicos, pueden dar marcha atrás, porque es imposible predecir con exactitud el comportamiento de una pandemia que sigue muy presente, toda vez que las vacunas no han podido erradicar el patógeno. De hecho, la estrategia de vigilancia que elimina la obligatoriedad de quedarse en casa si se contrae el virus prevé volver al estadio anterior si empeoran los índices de presión asistencial; y ya en las últimas semanas se ha percibido un ligero aumento en las hospitalizaciones por covid-19.
Tampoco hay seguridad de que no surja una nueva variante que pueda escapar completamente a las vacunas o generar una enfermedad más grave, volviendo a poner al país y al mundo en un brete sanitario. Pero las decisiones con respecto a la pandemia no pueden ser solo científicas y técnicas, en el estricto campo de la virología o la salud pública, como recordaba hace unas semanas la Sociedad Española de Epidemiología: mientras tanto, es necesario volver a vivir.