Entrevista

Susana Díaz, sobre Juan Carlos I: "Es muy grave, la Casa Real debe dar una respuesta contundente, inmediata y ejemplarizante"

Susana Díaz, secretaria general del PSOE de Andalucía, este viernes en la sede del partido en Sevilla.

Susana Díaz (Sevilla, 1974) sigue su camino. No hay en ella rastro aparente de los importantes reveses políticos de los últimos tres años (la pérdida de la Junta de Andalucía y de las primarias por el liderazgo del PSOE). Concentrada en su tarea como líder de la oposición, está convencida de que volver a ser presidenta de la Junta de Andalucía está al alcance de la mano. Para eso necesita reconectar con sectores sociales con los que la relación se enfrió en los últimos años de gobierno, algo en lo que asegura estar volcada; una oposición nítida al actual Ejecutivo, liderado por Juanma Moreno (PP) y Juan Marín (Ciudadanos) y apoyado por Vox, y un poco de paz interna dentro del PSOE. Está por ver que lo consiga, pero a Díaz se la ve más serena y relajada en el tono, aunque en el fondo no deje de colocar sus mensajes clave con el mismo entusiasmo de siempre.

En esta entrevista, hecha por videoconferencia, denuncia la falta de rastreadores en Andalucía, la inestabilidad en la Junta y su pecado original: su dependencia de Vox. Sin embargo, en lo que la secretaria general del PSOE de Andalucía es más nítida y clara es en su disgusto con lo que se va conociendo sobre Juan Carlos I, "muy grave, cada día más grave" y en la necesidad de aplicar un torniquete para que la institución sobre la que se asienta la jefatura del Estado no se desangre abriendo la puerta a una inestabilidad inédita. "Hay que devolver la confianza a los ciudadanos en la jefatura del Estado", dice, indirectamente reconociendo que o la han perdido o están a punto. 

¿Está controlada la pandemia en Andalucía?

Hay un elemento que es paradójico. A pesar de que durante el confinamiento el pico de la pandemia afectó con menos virulencia, ahora somos de las comunidades con más brotes. Eso exige reforzar el número de rastreadores. Hemos hecho un cálculo con los profesionales sanitarios: hace falta uno por cada 4.000 habitantes. La Junta de Andalucía debe contratar a 2.125 antes del 30 de julio para controlar la cadena de contagio y la trazabilidad de estos brotes.

Es decir, que no hay rastreadores suficientes.

Evidentemente. El caso de Almería lo demuestra. En el día de ayer [por el jueves], por ejemplo, dos tercios de los nuevos casos fueron en la provincia. Eso se controla con la trazabilidad de las 48 horas previas al contagio.

Si no llegan esos rastreadores o los casos van a más, ¿habrá que confinar alguna parte de Andalucía?

Deseamos que no haya que llegar a eso. Me preocupa la planificación y la anticipación. Esta etapa se considera tranquila y hemos llegado a tener 29 brotes, 19 de ellos aún vivos. Pero vendrá la gripe, la vuelta al cole a partir del 10 de septiembre y hay que anticiparse. La red de rastreadores de Andalucía debe ser mayor. También hay que abrir los centros de salud por las tardes. Este no es un verano cualquiera.

¿Por qué ha afectado menos la pandemia a Andalucía que a otras comunidades?

El confinamiento nos vino bien. A los más de ocho millones de andaluces nos confinaron prácticamente un mes antes de la primera víctima mortal. Las provincias con mayor índice de contagio fueron Málaga, con un aeropuerto internacional, y Granada, con el monumento más visitado de España, que es la Alhambra. Desgraciadamente, nuestro peso industrial es menor y eso seguramente habrá sido otro de los elementos. Por último, hay una tónica general en todos los países y zonas del sur de Europa, desde el Algarve portugués, Andalucía o Italia, donde el impacto ha sido menor.

En las residencias andaluzas han muerto 559 personas, según datos de la Junta, que asegura que un 15% de los centros se vieron afectados. ¿Qué balance hace de lo ocurrido en ellas y cómo cree que debería cambiar el modelo, fuertemente privatizado?

El porcentaje de personas fallecidas en las residencias está por encima de la cifra en una comunidad con menos casos como Andalucía

El porcentaje de personas fallecidas en las residencias está por encima de la cifra en una comunidad con menos casos como Andalucía. Hay provincias en las que el 60% de los fallecidos ha sido en residencias. Lo mismo nos ha pasado con los sanitarios. Tenemos 10 puntos más que la media de España en sanitarios contagiados cuando el impacto ha sido menor. Es algo importante para cuando haya que depurar responsabilidades.

Hay que replantearse el futuro del modelo de las residencias. ¿Ha fallado la parte social o sociosanitaria? Yo creo que lo segundo: cómo se medicalizaron esas residencias y si llegaron a tiempo, cómo fue la atención dentro de los centros, que en Andalucía funcionaban afortunadamente mejor que en otras zonas de España. En el futuro tiene que haber un plan general, estatal y específico. Se le ha arrancado la vida a una generación que desde la posguerra no ha hecho otra cosa que sufrir. No todo tiene que ser público y no todas las residencias se pueden gestionar directamente desde lo público. De hecho, la iniciativa social ayuda a poder concertar desde el servicio público con todas las garantías y toda la seguridad.

¿Cuál es el modelo por el que usted apostaría? Desde el PSOE escuchamos discursos muy encendidos en favor de la sanidad pública y en contra de la privatización o la gestión privada. ¿Por qué no se apuesta por una red pública de residencias como sí se hace con la sanidad?

Aquí hay una red pública muy potente. Creo que tenemos el porcentaje más alto de toda España en residencias públicas y también uno muy alto de gestión desde la iniciativa social, garantizando el servicio público. Aquí hubo una decisión política, la aplicación de la Ley de Dependencia, que permitió que nuestra red de residencias tuviese mayor fortaleza que otras comunidades, como la de Madrid. En lugar de dar el dinero en forma de cheque y que la gente fuera al libre mercado a buscarse la vida, se optó por el concierto y no se deja al arbitrio de las entidades o del mercado. Ese modelo ha funcionado, pero creo que hay que repensar el modelo para el futuro y blindar el sistema que el Gobierno de Andalucía está intentando desmantelar.

El Ejecutivo de Juanma Moreno afronta una crisis de gobierno. ¿Qué balance hace de su gestión hasta ahora?

¿Usted cree que con la que está cayendo la gente está para que se amplíe el Gobierno, haya más consejerías o directores generales?

¿Usted cree que con la que está cayendo la gente está para que se amplíe el Gobierno, haya más consejerías o directores generales? Me parece una absoluta irresponsabilidad, una falta de respeto y un desprecio al sufrimiento de la gente, que sigue teniendo miedo, incertidumbre y está preocupada por la salud y el empleo. Cuando el presidente de la Junta anuncia que va a haber medio millón de parados más en Andalucía se dedica al mismo tiempo a ver cómo coloca más altos cargos. Es una falta de respeto.

¿Hay estabilidad en la presidencia de la Junta y en el PP? Los demás partidos, desde Ciudadanos a Adelante Andalucía, están sufriendo varios vaivenes.

No será tanta la estabilidad cuando hay una crisis de gobierno. Si tienes estabilidad, no provocas una crisis de gobierno. Si la provocas es que la estabilidad era ficticia, de cara a la galería. El experimento de la Plaza de Colón fue el Gobierno de Andalucía. Le guste más o menos al presidente, les debe el puesto. Fue la liebre de lo que después se intentaría en Madrid, Murcia, Castilla León y, si hubieran podido, en España. Y después de la pandemia lo primero que hacen su presidente y vicepresidente es pelearse y meter a Andalucía en una crisis de gobierno. La situación de descoordinación, tiranteces entre unos y otros y de preocupación es más que evidente.

Aquí, Ciudadanos no está en sintonía con lo que marca Arrimadas en España. Les reconocí públicamente el gesto de generosidad al votar a favor de las dos últimas prórrogas del estado alarma. Se ha demostrado que eran necesarias. Espero que se produzca también un acuerdo para aprobar los Presupuestos que necesita España. Pero en Andalucía, Juan Marín y una parte de Ciudadanos están entregados a lo que marca el PP. Cuando nos apoyaron, subieron en la confianza de la gente. Ahora se han entregado de manera desaforada al PP y el hundimiento es evidente.

¿Cree que la izquierda podrá recuperar el poder en Andalucía si está dividida?

Yo estoy convencida de que el PSOE está utilizando en Andalucía el tiempo de la oposición con mucha humildad para reconocer nuestros errores, que seguro cometimos. Hay muchos colectivos con los que no nos habíamos sentado en los últimos meses o años y que vuelven a entrar por la puerta de la sede del PSOE: del ámbito sanitario, educativo, de la infancia, de pobreza infantil, incluso tecnológico o de la nueva economía verde, sostenible y circular que nosotros defendemos.

Usted sabe perfectamente que hay quien duda de su liderazgo y se pregunta si Susana Díaz es futuro o es pasado. Recientemente hubo una reunión en la que cargos del partido expresaron sus dudas. ¿Está en condiciones de presentarse a un nuevo congreso del PSOE en Andalucía, que toca el año que viene? ¿Se siente traicionada por parte de su equipo o el partido que la ha abandonado desde que dejó la Junta?

Yo me tomo esta etapa como un aprendizaje para escuchar a todo el que hace sugerencias y propuestas. Seguro que detrás de cada una hay una buena iniciativa. En estos momentos estamos cerca de la gente. Es donde necesitan los andaluces al PSOE. Tengo ilusión y tengo ganas, pero ahora no toca hablar de mí sino de los andaluces. Con la que está cayendo, igual que no comparto que Moreno Bonilla se dedique a una crisis de gobierno, nosotros tampoco podemos estar en eso. Cuando llegue el momento, lo haremos. Mientras, buscaré que cada uno aporte lo mejor que tiene al proyecto colectivo, porque Andalucía necesita al PSOE. Lo tenemos que hacer juntos y juntas, arrimando el hombro y con fortaleza. Detrás de cada crítica buscaré encontrar la propuesta, la solución y la aportación.

Hay quien le critica el estilo de oposición, el equipo con el que la hace y la comunicación. Un año y medio después de las elecciones y tras las primarias por el liderazgo del PSOE, ¿qué ha aprendido? ¿Cuáles han sido sus principales errores?

Me tomo esta etapa como un aprendizaje para escuchar a todo el que hace sugerencias y propuestas. ¿Errores? Lo que hay que explicar, no sirve. Dimos por sentado que había muchas cosas que los andaluces entendían

Hay una frase famosa de Felipe [González] que dice que lo que hay que explicar, no sirve. Dimos por sentado que había muchas cosas que los andaluces entendían. Por ejemplo, en el ámbito sanitario, en el que hubo decisiones que tomamos para blindar el sistema público de salud. Le pongo el ejemplo del Hospital de Granada, el mejor hospital público y una inversión de 500 millones de euros. Los ciudadanos sintieron que perdían. Si haces una inversión de 500 millones de euros y la gente no ha entendido que mejora su sanidad, en algo te has equivocado. Como lo tienes que explicar, algo falla. A nosotros nos falló la comunicación, la interlocución con los andaluces y la manera de pulsar su inquietud en algunos temas. Ganamos las elecciones, pero las tres derechas nos desalojaron. Ya sabemos que necesitamos ganar por mucho más y para hacerlo hay que movilizar más. La gente tiene que entender que en esa contienda electoral autonómica está su sanidad y su educación.

Cuando ve las informaciones sobre el rey emérito, su manejo del dinero en Suiza o Panamá, sin pasar por la Hacienda española, ¿qué piensa?

Es muy, muy grave. Requiere de la Casa Real una respuesta contundente, ya, de manera inmediata, para que la gente vuelva a confiar en una figura importante para nuestra democracia como la jefatura del Estado. La Justicia tiene que ser igual para todo el mundo y hay que demostrarlo.

Mientras no llegue esa “respuesta contundente”, ¿quedará dañada la institución, no se podrá confiar en ella?

La Justicia tiene que ser igual para todo el mundo y hay que demostrarlo

Espero que sea ya, de manera inmediata. No sé cuándo se va a publicar esta entrevista [se hizo el viernes], pero desearía que esta pregunta quedara desfasada porque se hubieran tomado las medidas que creo que la inmensa mayoría de los españoles merecen, requieren y demandan.

¿A qué se refiere con medidas contundentes? ¿A que Juan Carlos I no viva en la Zarzuela?

No me corresponde a mí decirle a la Casa Real lo que tiene que hacer. Siendo una persona con un respeto profundo a la Constitución, que me declaro profundamente constitucionalista porque quiero a mi país, creo que lo que estamos conociendo es muy grave, cada día más grave.

¿El rey emérito está poniendo en riesgo la institución y perjudicando a su hijo, el jefe del Estado?

No entro en lo que tiene que hacer la Casa Real. Le digo lo que yo demando como ciudadana, lo que deseo que vea una generación como la de mis padres, que vieron la llegada de la democracia como una oportunidad y entendieron el marco que nos dimos todos: una monarquía constitucional. Ha habido un esfuerzo evidente por parte del actual jefe del Estado de mayor transparencia sobre las cuentas. Nadie lo discute. Pero ahora habrá que dar un paso más. La gravedad de lo que estamos conociendo requiere esa respuesta, contundente e incluso ejemplarizante. Hay que devolver la confianza a los ciudadanos en la jefatura del Estado.

En lo que compete al Gobierno, ¿cree que debería acabarse con el aforamiento del Rey emérito o que debería limitarse la inviolabilidad del jefe del Estado?

Me ha sonado muy bien la propuesta que ha hecho el presidente del Gobierno sobre limitar los aforamientos a la actividad que uno desempeña. Y eso vale para todo el mundo

A mí me ha sonado muy bien la propuesta que ha hecho el presidente del Gobierno sobre limitar los aforamientos a la actividad que uno desempeña. Y eso vale para todo el mundo, en el ámbito que sea.

¿Cree que deberíamos poder conocer el patrimonio del jefe del Estado igual que sabemos el de los cargos electos?

Muchos reconocemos el esfuerzo que ha hecho el actual jefe del Estado en transparencia. Es evidente. Se conocen ingresos, quiénes forman parte de la casa, qué reciben... y eso es una buena noticia. El nivel de exigencia de los españoles ahora es mayor que en los años 70 u 80, afortunadamente. La propia Jefatura del Estado, en este caso la Casa Real, tiene que responder a ese nivel de exigencia con mucha transparencia, como lo está haciendo. Confío en que va a seguir en ese camino. En Andalucía nosotros tomamos una decisión que era controvertida: hacer públicos nuestros bienes y los de nuestras parejas. Algunos decían que no era posible, pero se les olvidó lo que pasó con alguna que se encontró un Jaguar en el garaje o con algunos acontecimientos lúdicos, cumpleaños y fiestas que se celebraban en casa y nadie sabía quién las pagaba.

"Tengo una admiración total por Felipe González"

Lo que dice es nítidamente diferente a lo que dice Felipe González, muy cercano a usted, que asegura que hay una campaña contra el régimen de 1978 y defiende el “legado histórico” y la presunción de inocencia de Juan Carlos I.

Tengo una admiración total por Felipe González. Es patrimonio de la democracia e historia de este país. Fue el arquitecto del Estado del bienestar de estos 40 años de democracia que después desarrollaron otros, como José Luis [Rodríguez Zapatero]. Lo quiero hasta cuando me riñe por la admiración que le tengo. Habrá veces en las que coincida en sus planteamientos y otras en las que no, pero su sabiduría y trascendencia nos pertenece a todos.

Hay quien dentro del PSOE dice que debería ser más prudente, por ejemplo cuando dice que el Gobierno de Pedro Sánchez funciona como el camarote de los hermanos Marx.

Creo que eso se sacó de contexto. La derecha española manosea normalmente aquello que le viene bien. Me pareció escandaloso que Cayetana Álvarez de Toledo, Pablo Casado, todos los cachorros de aquel Aznar que persiguió por tierra, mar y aire a Felipe González, la derecha del “Váyase, señor González”, ahora lo manoseen de esa manera hasta pasar al “Vuelva, señor González”.

En el PP hay un debate entre duros y moderados y el presidente de la Junta forma parte de este último grupo en todos los análisis.

Uno no es lo que dice ser sino lo que es. Uno no es lo que quiere que los demás crean que es sino lo que hace. El Gobierno de Andalucía lo es por el apoyo de la ultraderecha. Recuerdo una entrevista de Feijóo en la que dijo que nunca pactaría con la extrema derecha o con Vox. Si el capitán de los moderados dice que nunca lo haría y el que está en Andalucía le debe su Gobierno a Vox, algo no casa. La comisión de reconstrucción para Andalucía está presidida por la ultraderecha. ¿Feijóo hubiera mantenido lo que dijo si le hicieran falta los votos de Vox? Yo creo que no. La derecha ha demostrado en el último año que cuando necesita los votos de la ultraderecha, no le hace ascos. A la vista están Madrid, Murcia, Castilla y León, Andalucía y, si hubieran podido, el Gobierno de España.

¿Cómo analiza los resultados de las elecciones gallegas y vascas?

Después de un confinamiento de 48 millones de españoles, que los socialistas mantengamos el apoyo en ambas comunidades es algo que hay que reconocerle al presidente del Gobierno. Se ha rescatado a las personas y empresas frente a la crisis de 2012, cuando Rajoy rescató a los bancos. Han sido unas elecciones extrañas en las que algunos ciudadanos no podían ejercer su derecho al voto. Dice el refrán que en tiempo revuelto no se hacen mudanzas.

¿Cree que Vox ha tocado techo o seguirá creciendo? Este jueves vimos una imagen inédita de Vox al margen del homenaje de Estado y del Rey. En Andalucía, el juez Serrano ha sido denunciado por la Fiscalía.

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Lo que hicieron ayer [por el jueves] es la expresión de que no tienen patriotismo. Un patriota de verdad, alguien que ama a España, no falta a un homenaje de Estado a miles de españoles que han perdido su vida. Usan a España pero no quieren a España. Lo que ha pasado aquí también es grave. La persona que presentaron [a las elecciones] está imputada por la Fiscalía por malversación de fondos públicos. ¿Ha visto alguna declaración de Abascal? Yo, no. Y el juez Serrano es el que firma el acuerdo de Gobierno de las tres derechas en Andalucía, el que le da el Gobierno a Moreno Bonilla. Hoy está apartado del grupo de Vox junto a otra diputada. No se corresponde lo que dicen con lo que hacen. Han venido a crear crispación, odio y rencor en la sociedad española. Vienen a dividir, no a sumar. Y es el socio del PP cuando quiere acceder al Gobierno y los votos de los ciudadanos no le dan mayoría.

Cuando la izquierda habla de la corrupción o problemas con la Justicia de la derecha, la derecha habla de tres letras: ERE. ¿Qué espera del Tribunal Supremo en su decisión sobre Manuel Chaves y José Antonio Griñán?

La derecha ha jugado a utilizar esa causa abierta durante muchísimos años en todos los procesos electorales y para tapar cada caso de corrupción. La manera de comportarnos de unos y otros no ha sido la misma. Pepe y Manolo no se han llevado ni un duro y su reacción tampoco ha sido la misma que otros investigados en otras filas. Ven el grano en el ojo ajeno y no la viga en el propio. No todos los políticos somos iguales.

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