Política

Tres años de la moción de censura con la que Sánchez hizo Historia: "Recuperar la normalidad es nuestro mejor balance"

El secretario general del PSOE Pedro Sánchez, saluda presidente del gobierno Mariano rajoy, en el hemiciclo del Congreso tras el debate de la moción de censura presentada por su partido.

Todo era raro en la política española el 1 de junio de 2018. El PP gobernaba gracias a la abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy. La mayor parte de un Ejecutivo autonómico permanecía en prisión preventiva por el referéndum catalán y la declaración unilateral de independencia. El partido de Gobierno había sido condenado por la corrupción de la Gürtel. Todo era raro y, por tanto, histórico. Un auténtico maremágnum sobre el que Rajoy se mantenía a flote poniendo en práctica su gran especialidad: hacer como si nada. Hasta que todo explotó.

“Nos avisaron a las dos y cuarto, en plena comida”, rememoran en el PP. Porque la explosión que cambió el rumbo de la política española pilló a Rajoy en un restaurante sin cobertura. El Pleno de la moción de censura presentada por el PSOE seguía su curso en el hemiciclo de la carrera de San Jerónimo y el presidente censurado se había marchado a comer con su equipo. Entró al restaurante Arahy con la tranquilidad de tener unos Presupuestos Generales del Estado recién pactados con el PNV y sin hacer mucho caso a la advertencia que le había llegado desde Euskadi tras conocerse la sentencia de la Gürtel: “Os podemos dar algo de tiempo. Si tenéis que hacer algo, hacedlo”.

No se hizo nada. Y por eso a las dos y cuarto de la tarde del 31 de mayo de 2018, el día antes de la votación definitiva, alguien interrumpió la comida: “Presidente, es Ortuzar. Es urgente”. Un rato antes, Soraya Sáenz de Santamaría había escrito enfadada al portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban: “¿Nos vais a tener en vela hasta el último minuto?” Esteban le dijo que su jefe llevaba un buen rato intentando contactar con Rajoy y no había manera. Y por eso tuvieron que ir a avisarle al reservado sin cobertura de que tenía una llamada urgente. La moción salía adelante. Era la primera vez que ocurría. Otro día histórico.

"Injusticia y traición"

“Fue muy duro y muy injusto”, recuerda Rafael Hernando, portavoz del PP aquella tarde preveraniega de 2018 y uno de los comensales con los que estaba sentado a la mesa Rajoy. “Fue un montaje que provocó una interrupción en la historia de España”, añade. Hernando no olvida que fue Albert Rivera “quien se dejó llevar por la ansiedad del novel” saliendo a anunciar su ruptura con Rajoy y exigiendo elecciones. “A lo que se le sumó la traición del PNV”, recalca el actual senador del PP, aclarando que, aunque lo pudiera parecer, no le guarda rencor a nadie.

“Para nosotros no fue un día fácil”, explica el portavoz del PNV, Aitor Esteban. “Pero la sentencia fue un terremoto y era muy difícil de entender en Euskadi. Hicimos lo que la sociedad pedía”. Esteban también reconoce que “cuando Rivera dijo que se acababa la legislatura eso lo desestabilizó todo. Y más cuando los catalanes también tiraron para delante”.

Planetas alineados

Entre esos catalanes estaba Carles Campuzano, portavoz entonces del PDeCAT en el Congreso y una de las personas que, contra todo pronóstico, convenció a Puigdemont de que no había otra opción que votar “Sí” a la moción. “Fue clave que el PP fijara el debate de la moción muy rápido. Lo hicieron para quitárselo de encima pero acabaron favoreciendo que saliese adelante. Nosotros nos evitamos un cristo interno por eso. Si llega a haber más tiempo el debate interno lo hubieran ganado los que querían poner condiciones al PSOE. Como no hubo margen, ganamos los que dijimos que aquello no era a favor de Sánchez. Que aquello solo era echar al PP”.

Todo el mundo coincide en que aquella fue una de las veces que se le "alinearon los planetas a Sánchez". Y en esa ecuación en la que acabaron participando nacionalistas vascos y catalanes también estuvo desde el principio el hoy dimitido Pablo Iglesias. Podemos le dio los votos sin contrapartidas al candidato del PSOE, a pesar de que Iglesias y Sánchez llevaban meses sin dirigirse la palabra. Tan poco feeling había entre ambos que uno de los diputados presentes en la votación definitiva del 1 de junio presenció una escena insólita: "Cuando Sánchez le dijo a Rajoy que si dimitía rertiraba la moción, Pablo Iglesias enfureció. Empezó a decir que si volvía a decir eso Podemos se abstenía. Y algunos entramos en pánico pensando que éste se abstenía y nos dejaba allí a todos con la brocha".

El balance del PSOE

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Aquella moción cambió la política española y le cambió la vida al PSOE, que venía de obtener el peor resultado de su historia y de partirse en dos por la batalla entre Susana Díaz y Pedro Sánchez.  José Luis Ábalos fue el principal negociador socialista con los grupos que acabaron haciendo posible el vuelco en la Moncloa: “Vimos pronto que salía adelante. Salir en la foto apoyando a Rajoy y al PP de la Gürtel era achicharrarse”. Su balance, lógicamente, es positivo: “El PP usó el pretexto de la crisis para una tremenda involución. Este Gobierno ha hecho lo que le tocaba retomando la subida del Salario Mínimo, derogando su legislación laboral, implantando el ingreso mínimo o impulsando la ley de cambio climático y de eutanasia”.

La portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, recuerda tener la sensación de “estar haciendo lo correcto. Era necesario un cambio de Gobierno, era necesaria una regeneración de las instituciones y un nuevo rumbo”. Lastra opina que el contraste de los últimos tres años “no puede ser mayor” con aquella etapa de recortes y corrupción, y también en lo que tiene que ver con Cataluña: “Desde el primer día, este Gobierno y el Partido socialista dijimos que era necesario recuperar la vía política, abrir un nuevo tiempo tras años de desencuentro. Hoy nuestro país está más cerca de sanar heridas. Recuperar la normalidad entre instituciones y el encuentro y el entendimiento entre españoles es el mejor balance que podemos hacer”.

Cuando Rajoy salió del restaurante sin cobertura ya era de noche, un bolso había ocupado su escaño durante casi toda la tarde y los líderes independentistas llevaban siete meses entre rejas. Justo tres años después están cerca de salir de la cárcel tras el indulto parcial que se dispone a otorgarles el Gobierno de Sánchez. Parte de la cúpula del PP, con Dolores de Cospedal a la cabeza, comparece este martes en el Congreso para dar explicaciones por la operación Kitchen: una trama corrupta creada para tapar, a su vez, la corrupción que acabó sacando a Rajoy del poder.

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