Lucha contra la corrupción

La UE pide a los Estados más esfuerzos para combatir la corrupción en el deporte

Logotipo de la FIFA en su sede en Zúrich (Suiza).

El Consejo de la Unión Europea pide a los Estados miembro que redoblen los esfuerzos para prevenir y combatir las prácticas corruptas en el mundo del deporte. El organismo integrado por los ministros de los Veintiocho ha adoptado un compendio de conclusiones en el que avisa de que esta lacra “permite que prosperen las ineficiencias económicas y socava la confianza en los gobiernos, las instituciones públicas y la democracia en general”. El documento, que ha recibido luz verde a las puertas del tercer aniversario del estallido de Football Leaks, recuerda además que “la compleja naturaleza” de las prácticas corruptas en este ámbito “ha creado importantes retos” a la hora de identificar “los problemas”. Por ello, señala que un “elemento crucial” es “la protección de los denunciantes”. E insiste en la importancia de una “cooperación eficaz” y una “combinación de recursos” para la aplicación “satisfactoria” de las medidas de lucha contra estas prácticas “en todos los niveles”. El objetivo, evitar que se sigan repitiendo casos como el FIFA Gate o los que han provocado un terremoto en el Comité Olímpico Internacional.

La Unión Europea reconoce que en las dos últimas décadas los escándalos de corrupción en el deporte se han convertido en habituales. Una tendencia que achaca a los “cambios significativos” en la industria relacionados, principalmente, con “la creciente comercialización y la cobertura mediática”, que se han traducido en “un aumento de los ingresos y de los flujos financieros”. Este tipo de prácticas perjudiciales “permiten que prosperen las ineficiencias económicas y socavan la confianza en los gobiernos, las instituciones públicas y la democracia en general”, sostiene el organismo comunitario, que recuerda que esta lacra puede adoptar multitud de formas diferentes: sobornos, tráfico de influencias, abuso de funciones, manipulación de competiciones o blanqueo de dinero. La corrupción en el mundo del deporte, además, se ve facilitada “por la falta de normas o por la aplicación inadecuada de las normas existentes sobre conflictos de intereses, o por las puertas giratorias entre el sector público y el privado”.

En el documento de conclusiones, el Consejo de la Unión Europea insiste en que las prácticas corruptas se han manifestado en varios contextos, “desde actividades sin ánimo de lucro hasta actividades que incluyen eventos internacionales de alto nivel”. Y pone el foco, por ejemplo, en las organizaciones deportivas, cuyas “deficiencias en la gobernanza pueden obstaculizar su capacidad para prevenir y combatir la corrupción”. “Los principios básicos de la buena gobernanza en el deporte incluyen, como requisito mínimo, estructuras democráticas, procedimientos electorales regulares y abiertos, organización y gestión ética, responsabilidad y transparencia en la toma de decisiones y en las operaciones financieras, así como justicia en el trato con los miembros”, destaca en las conclusiones, en las que exige al mundo del deporte máxima colaboración con autoridades, organismos y organizaciones encargadas de la lucha contra la corrupción y una “tolerancia cero desde la base hasta el más alto nivel” frente a esta lacra.

De la FIFA al COI

Los escándalos en las grandes organizaciones deportivas han sido constantes en los últimos años. En mayo de 2015, estalló en Zurich el conocido como FIFA Gate con la detención de varios altos cargos del organismo rector del fútbol mundial en el marco de una investigación abierta en Estados Unidos por presunta corrupción. A medida que se tiró del hilo, las investigaciones fueron aumentando. Los expresidentes Joseph Blatter y Michel Platini terminaron siendo inhabilitados por la FIFA, que al mismo tiempo buscaba digerir un escándalo que entonces salpicaba ya a casi una treintena de dirigentes por millonarios sobornos en la venta de derechos televisivos o compra de votos para designar las sedes de los Mundiales de fútbol. De hecho, el pasado mes de junio Platini fue arrestado e interrogado durante más de diez horas en el marco de las investigaciones sobre la polémica concesión de la celebración de la Copa Mundial de Fútbol de Catar de 2022. No obstante, el expresidente de la FIFA también fue cuestionado por la Eurocopa de 2016 o el Mundial de Rusia 2018.

No es la única de las principales organismos deportivos internacionales que cuenta con una mancha en su expediente. En 1998 se conocieron los primeros detalles de la trama de corrupción montada por la candidatura de Salt Lake City (EEUU) a los Juegos de Invierno de 2002, un escándalo que se saldó con la expulsión de seis personas del Comité Olímpico Internacional (COI) y una investigación en la que se desveló que más de una decena de miembros del organismo se habían beneficiado de viajes, becas y puestos de trabajo para familiares y otras dádivas. El COI reaccionó impulsando una reforma del procedimiento de elección de las sedes olímpicas para evitar que se repitieran casos de este tipo. Pero el goteo sigue siendo constante. La Fiscalía francesa está investigando al presidente del Comité Olímpico de Japón por una supuesta compra de votos para que Tokio se hiciera con los Juegos de 2020. Y el exgobernador de Río de Janeiro reconoció hace unos meses sobornos a miembros del COI para que la ciudad brasileña fuera la sede de los Juegos Olímpicos en 2016.

La protección de los denunciantes

El Consejo de la Unión Europea recuerda que la lucha contra la corrupción en el mundo del deporte “es una responsabilidad compartida” entre las administraciones públicas y otros partes interesadas del mundillo, como por ejemplo los clubes deportivos o los agentes. Sin embargo, las últimas investigaciones ligadas con la industria montada alrededor del deporte no dan fe de ello. Los documentos de Football Leaks, obtenidos por el semanario alemán Der Spiegel y compartidos con la red de medios European Investigative Collaborations (EIC), de la que forma parte infoLibre, han puesto al descubierto cómo los equipos de fútbol, por ejemplo, simulan los contratos que firman con los agentes de los futbolistas para pagar menos impuestos. La Agencia Tributaria empezó a inspeccionar a los clubes por este motivo en 2015. Al Real Madrid le ordenó regularizar 28 millones –27,77 millones– de los 80 millones que había pagado a agentes de sus jugadores entre 2011 y 2014. Sólo en 2016 le obligó a ingresar 9,2 millones de euros por este concepto.

El organismo comunitario también señala en su documento que la protección de los denunciantes “es un elemento crucial en la lucha contra la corrupción”, especialmente cuando se trata de identificarla y detectarla en el deporte. Por ello, invita a los Estados miembro a adoptar medidas para “prevenir y prohibir” los castigos a los alertadores, protegiéndoles de ser “suspendidos, degradados e intimidados” o de “enfrentarse a otras formas de represalias”. En el caso de Football Leaks, la Fiscalía de Portugal acusa de 147 delitos, entre los que se encuentran presuntos intentos de chantaje, acceso ilegal a datos confidenciales y violación del secreto de la correspondencia, al ciudadano portugués Rui Pinto, el filtrador de toda la documentación que ha permitido que varios países hayan abierto investigaciones por evasión de impuestos contra gran cantidad de futbolistas. Cristiano Ronaldo, por ejemplo, terminó llegando a un acuerdo con la Fiscalía por el que fue condenado a 23 meses de cárcel y una multa de 18,8 millones de euros.

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“Aplicar una política de tolerancia cero”

Con todos estos elementos sobre la mesa, el Consejo de la UE sostiene que es necesaria “una cooperación eficaz” y “una combinación de recursos” para aplicar eficazmente las medidas de lucha contra la corrupción “a todos los niveles”. “Una respuesta satisfactoria a esta compleja cuestión […] requiere una estrategia a largo plazo, que debería incluir el establecimiento de un enfoque común de la Unión Europea”, apunta el organismo, que invita a los Estados miembro a “intensificar los esfuerzos” y “aplicar una política de tolerancia cero”. Además, plantea la necesidad de estudiar con el Ejecutivo europeo “los medios para resolver el punto muerto” en el que se encuentra el Convenio del Consejo de la Unión Europea sobre la manipulación de las competiciones deportivas a fin de que los Estados miembro lo ratifiquen y se adhieran “lo antes posible”. El objetivo, estrechar el cerco alrededor de tramas de amaños como la investigada a raíz de la operación Oikos, en la que fueron detenidos varios futbolistas el pasado mes de mayo.

El documento de conclusiones también invita a la Comisión Europea a “presentar una propuesta de plan de acción coherente e intersectorial”, además de “promover la cooperación y las sinergias” tanto con los Veintiocho como entre ellos mismos, “considerar la posibilidad de incluir” este tipo de prácticas ilegales “en el programa de intercambio de experiencias de la Unión Europea en materia de lucha contra la corrupción” e integrar el deporte en las iniciativas del Ejecutivo comunitario destinadas a combatir esta lacra. Por otra parte, el Consejo de la Unión Europea invita al mundo del deporte, entre otras cosas, a “comprometerse con un código de conducta para la buena gobernanza que incluya un sólido sistema de cumplimiento” con supervisión y sanción y a adoptar “los reglamentos y procesos disciplinarios apropiados”. Y, por supuesto, a colaborar con las autoridades, organismos y organizaciones dedicadas a combatir la corrupción.

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