‘Billions’, un microscopio sobre el capitalismo canalla

Fotograma de la serie ‘Billions’.

Los billonarios de la tecnología viven un momento tan explosivo que parecen eclipsar a los milmillonarios especuladores que retrata Billions. Esta serie alojada en Movistar + ha comenzado a ofrecer su sexta temporada. Su argumento incide en lo mucho que interesa no perder de vista al peligroso sector que creó la crisis de 2008 entre otras desgracias.

No existe serie que refleje mejor que esta la combinación de habilidades matemáticas y oportunistas y las prácticas deshonestas con las que se desempeñan algunos de los líderes de destacadas firmas de inversión de riesgo. Billions convierte la persecución por parte de la justicia de los esquivos delitos económicos en una batalla estratégica sucia y vibrante.

Basado en un escándalo real

La primera temporada se basó, tomándose todas las libertades, en uno de los mayores escándalos financieros en la historia de Estados Unidos. Estuvo protagonizado por Steven A. Cohen, que pactó pagar a la justicia 1.800 millones de dólares y cerrar temporalmente su firma, SAC Capital Advisors LP, por el uso de información privilegiada.

El actor Damian Lewis interpreta a Bobby Axelrod, alter ego del inversor, eso sí, bastante más estiloso y sofisticado que el original. Lewis acaba de abandonar la serie, como hizo antes en Homeland, el otro gran proyecto televisivo que protagonizó. En aquella ocasión lo hizo por este personaje.

Al despedirse ahora, agradeció públicamente el trabajo a los guionistas de Billions y a sus compañeros de rodaje. Explicó su salida por varios motivos, siendo uno de los principales su deseo de volver al Reino Unido con su familia tras el fallecimiento de su esposa, la actriz Helen McCrory, conocida entre otros trabajos por su Polly de Peaky Blinders.

Un fiscal, azote del crimen en Wall Street

Permanece en el proyecto su antagonista, con quien ha protagonizado una rivalidad que ya es historia de las series, encarnado por el talentoso Paul Giamatti. El actor da vida al fiscal que persigue los delitos económicos cometidos por Axelrod. Su personaje no está exento en absoluto de sus propios demonios.

Chuck Roades, fiscal en la ficción al que da vida Giamatti, comenzó inspirado por un equivalente real con el que el actor y los creadores de la serie se reunieron en sus orígenes. Se trata de Preet Bharara, propuesto por Obama como fiscal de distrito para del sur de Manhattan y confirmado unánimemente por el Senado. Bharara tenía bajo su jurisdicción una calle cuyos delitos dejan víctimas a lo largo de todo el planeta, Wall Street.

Y Bharara ha sido todo menos pasivo. Además de perseguir tráfico de armas y drogas, mafia, bandas, cibercrimen, y otros espectaculares delitos, se ha hecho famoso por ser el fiscal más agresivo contra los crímenes de las empresas con sede en la mítica calle neoyorkina. Fue destituido por Jeff Sessions en 2017, ya durante el mandato de Donald Trump.

Un inversor que consigue salvar su negocio

En la vida real, Cohen ya terminó su castigo y vuelve a ser uno de los inversores más importantes y prósperos del mundo con una nueva firma, Point 72, que se anuncia como un prodigio de diversidad, inclusión, filantropía y ética en los negocios. Y ecológica. No vaya a quedar fuera un solo concepto que de buena imagen.

Progresivamente, el argumento se ha ido emancipando de sus inspiradores y los personajes comienzan biografías propias. El relato no deja de ser interesante y significativo nunca.

Las líneas generales de las temporadas eligen fenómenos que ocurren y son relevantes en la vida de los riquísimos, como su dominio del mundo del arte contemporáneo para ganar prestigio social. También fue una de las primeras series en introducir un personaje principal de género no binario.

La apasionante lucha entre los dos protagonistas se produce a distancia. Son enemigos que no se encuentran con frecuencia. Cada una de las escasas escenas en las que coinciden son preparadas con esmero por los guionistas como si fueran alineaciones planetarias excepcionales.

Psicólogos para mantener la productividad

La rivalidad central de la serie aún da una vuelta de tuerca con su tercera protagonista. La actriz Maggie Siff da vida a Wendy, casada con el fiscal y psicóloga en la firma financiera de Axelrod. Persona de confianza de ambos contendientes. El guion obliga a este personaje a desenvolverse en un equilibrio casi imposible. Siempre resulta satisfactoria la coherencia con la que triunfa o sucumbe a sus contradicciones.

Los autores de la serie se vieron atraídos por el hecho real de que firmas de riesgo punteras cuenten con psicólogos en sus plantillas. El cansancio de los inversores, sus obsesiones o su estrés crónico pueden minar su productividad y su salud mental se considera esencial para mantener los beneficios.

Cada temporada plantea un nuevo combate entre enemigos

Cada temporada se plantea como un combate, o como una partida de ajedrez. No se puede ganar sin dejarse piezas en el recorrido y sufrir daños. Ambos enemigos sufren y sienten al mismo tiempo una pulsión morbosa por esta contienda personal. Se alimentan del placer de planificar el siguiente movimiento.

En un plano más general, la serie relata la lucha entre la justicia y las malas prácticas de corrupción e información confidencial que utilizan los más agresivos inversores. Y consigue que esta batalla interminable resulte apasionante gracias a unos personajes extraordinariamente inteligentes, implacables en sus estrategias.

Uno de los creadores, Koppelman, señala que los escritores aficionados tienden a escribir personajes más tontos que ellos mismos y los profesionales hacen lo contrario, sus personajes son más inteligentes que ellos.

Los “malos” no tienen nada de tontos

Los “malos”, por ejemplo, no poseen aquí simplemente el rasgo de la inmoralidad. También son trabajadores incansables, los mejores en su desempeño y capaces de generar lealtades inquebrantables, ayudados siempre, claro, por sus fortunas. 

Los diálogos agudos, brillantes, que retan a los espectadores, gustarán a quienes aprecian las conversaciones de las series de Aaron Sorkin, El ala oeste de la Casa Blanca o The Newsroom. Quienes disfrutaron con la compleja tela de araña de relaciones con la que cuenta la política Baron Noir, encontrarán aquí ecos en el ambiente inversor y en el de la persecución de delitos económicos. Quienes vibraron con la adrenalina que desprende El lobo de Wall Street de Scorsese hallarán en Billions su dosis.

La sutileza e insistencia al tratar los aspectos morales que abundan en sus episodios caracterizan también a las mejores series de abogados, entre las que Billions se incluye, en forma de investigación fiscal, lo que le acerca a su vez a los policiacos.

Afrontar la marcha de un protagonista

Damian Lewis había planeado su futura marcha dos años antes de su tragedia familiar, lo que ha permitido a los guionistas prepararse. Ir abonando el terreno para organizar un interesante arco narrativo para su personaje e introducir a su sustituto.

El actor Corey Stoll da vida en esta sexta temporada a otro inversor con un perfil nuevo que Axelrod no podía haber encargado. Axelrod no podía tener otro objetivo que el enriquecimiento, hubiera resultado inverosímil cambiar esta motivación que le define.

Los guionistas han podido explorar un nuevo arquetipo de milmillonario inversor, representativo del momento actual. Aquellos a quienes les importa aparecer públicamente como agentes del bien en el cambio social. Está por definir en esta sexta entrega cómo encaja en el resto de piezas. El comienzo ha sido prometedor. Billions sigue siendo Billions.

Brillante equipo de guionistas

Entre los creadores de Billions se encuentra el equipo de guionistas formado por Brian Koppelman y David Levien. Ya habían escrito la película Rounders, ambientada en el mundo del póker, y participado en películas como Ocean´s thirteen o El ilusionista. Koppelman es responsable en parte también de un disco mítico en la historia de la música, el primero que grabó la cantautora Tracy Chapman, producido por él, tras descubrirla siendo aún estudiante universitario. Levien escribe novelas además de sus guiones con Koppelman. Este entrevista en su podcast a brillantes personalidades de la cultura y el espectáculo.

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En este proyecto han contado con la participación de Andrew Ross Sorkin, que ha sido periodista especializado en finanzas e inversiones en The New York Times y colaborador en varios medios de comunicación sobre asuntos económicos.

Nueva serie sobre el fundador de Uber

Levien y Koppelman están cerca de lanzar su próxima serie, Super pumped, basada en el libro de otro periodista de The New York Times. En este caso se trata de Mike Isaac y su volumen, del mismo título que la futura serie, cuenta la historia del creador de Uber, Travis Kalanick. Este tuvo que abandonar la compañía que fundó y fue acusado de numerosas malas prácticas. Protagoniza la versión Joseph Gordon-Levitt y cuenta con la participación de Uma Thurman.

Probablemente Super pumped inaugurará una serie antológica en la que cada temporada trate un escándalo económico a gran escala que conviene sin duda conocer. Respecto a Billions, pronto se sabrá si se firma o no una séptima temporada. Tranquiliza saber que, la haya o no, hay relevo ejecutado por el mismo equipo.

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