Héroes

Diego Méntrida, el triatleta que impresionó por su deportividad a Will Smith, corre ahora contra la enfermedad rara de su hermano

Apenas quedaban unos metros para alcanzar la línea de meta, pero Diego Méntrida (Alcobendas, 1999) se paró en seco. Por el rabillo del ojo, vio que su rival, el británico James Teagle —que había ido por delante de él durante toda la carrera— se confundió en la curva y chocó de bruces con las vallas. Fue entonces cuando decidió casi inconscientemente esperar y dejarle cruzar la meta antes que él, regalándole la tercera posición del podio: “No me dio tiempo a pensar, me salió pararme porque yo creo que era lo que tenía que hacer, era lo más justo”, recuerda hoy confinado en su casa de Alcobendas por culpa del temporal de nieve.

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Este pequeño gesto de deportividad que hizo en el triatlón de Santander de septiembre lo cambió todo. Se hizo viral y fue elogiado por la prensa nacional e internacional. Hasta el mismísimo actor estadounidense Will Smithlo comentó en sus redes sociales. Diego aprovechó toda la repercusión para crear Running for West, una carrera virtual solidaria que durante este mes de enero pretende recaudar fondos y concienciar sobre el Síndrome de West, la enfermedad que padece su hermano Carlos desde que nació: “Llevamos casi 900 dorsales, pero cuánta más gente participe y más se difunda es beneficioso para que se conozca la enfermedad”. La guinda final del proyecto llegará el 31 de enero con una carrera presencial en su ciudad.

El Síndrome de West es una enfermedad rara que afecta a entre 4.000 y 6.000 recién nacidos en todo el mundo. Se caracteriza por crisis epilépticas que sufren bebés de entre 3 y 12 meses y que les deja graves secuelas para toda la vida. “Mi hermano me saca dos años, pero en realidad es como si fuera un niño”, explica Diego. “Es muy dependiente porque por la epilepsia hay que estar cuidando de él todo el día. Ahora la enfermedad le ha derivado en autismo”. Estos últimos meses de pandemia han sido especialmente duros para ellos, ya que Carlos no lograba entender por qué no podía seguir haciendo vida normal e ir a jugar al golf, que es su deporte favorito.

Una ristra larguísima de medallas decora la pared de su habitación de Diego. Estudia cuarto del doble grado de Fisioterapia y Ciencias del Deporte, y lleva ya siete años haciendo triatlón. En casa, aunque es pequeño, siempre ha cuidado de Carlos, como si él fuese realmente el hermano mayor: “Es una persona muy cariñosa. No tiene maldad. Le gusta conocer a gente nueva, ir al cole con sus amigos…”. Ni siquiera sus padres esperaban todo lo que ha hecho por su hermano y para luchar contra el Síndrome de West: “No sabes qué significa tener esa enfermedad o qué es lo que implica al menos que lo hayas vivido de cerca”, explica con una madurez inusitada para su edad. “Todo lo que sea concienciar al resto de la población y que la gente conozca el Síndrome de West es positivo”.

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