Nena Daconte: "Me di cuenta de que había salido del túnel cuando volví a bailar"

"Maldita Inocencia" de Nena Daconte

Nena Daconte ya no se presenta públicamente como Mai Meneses, ahora es María. Ya no es la joven que intentaba ser perfecta, ni la que se bloqueaba por miedo a fallar. La artista se ha convertido en una mujer que, tras superar inseguridades paralizantes como el bloqueo escénico o las opiniones ajenas, logra escapar de un “túnel de 15 años” para continuar desnudándose a través de canciones.  

Hablar con María conlleva asomarse a una sensibilidad desbordante, aunque ya madurada, capaz de identificar sus errores y proponer nuevas rutas para mejorar. Los miedos son los mismos, pero ya viejos conocidos. En su último álbum, La escafandra, la cantante pone sobre la mesa el dilema entre protegerse o entregarse al amor.

En la presentación de tu último disco, La escafandra, explicas que el título está inspirado en La campana de cristal de Sylvia Plath. ¿Qué querías transmitir con esa metáfora?

Pensaba un poco en la idea de que, conforme nos vamos haciendo mayores y aprendemos a manejarnos por la vida, tendemos a protegernos de los demás para que no nos hagan daño. Por un lado, está bien, porque significa poner límites. Pero también es verdad que nos ponemos una coraza que no nos permite disfrutar de la vida. Entonces, en este disco, pienso en lo bonito que sería encontrar a alguien que te rompiera esa escafandra.

Como autora, ¿te identificas con Sylvia Plath de alguna manera? 

Creo que un poco sí, en la parte más sensible. A mí me gusta poetizar la vida y tengo una visión de ella, quizá, un poco alejada de la realidad. 

Tus canciones desprenden muchísima intensidad. ¿Eres así emocionalmente?

Sí, yo he sido una dramas total. Soy muy intensa, y a mí el amor me desborda siempre. Pero bueno, por suerte tengo la música y la composición como una forma de terapia, de canalizar todo ese conflicto que a veces siento. Y luego, lo lanzo y se convierte en la canción de otra persona. 

A mí el amor me desborda siempre

Volvamos a La escafandra. En el disco planteas el miedo a la vulnerabilidad ¿es algo que hayas sentido en tu vida personal?

Sí, muchísimo, me cuesta confiar plenamente. A veces voy saliendo de la escafandra y otras vuelvo a meterme. Es un proceso constante. A veces no te das cuenta de los traumitas que tienes y que van modificando tu capacidad de entregarte con ilusión a las cosas nuevas.

¿Y crees que se puede amar plenamente dentro de esa coraza? 

No. Yo creo que para amar plenamente tienes que atreverte a ser vulnerable, entregar al otro un poder y confiar en él. 

¿Qué miedo esconde tu escafandra? 

Que te engañen, no en el sentido de ponerte los cuernos y tal, que también… Es difícil ser real con otra persona, ¿sabes? Me da miedo que se ponga sus  propias máscaras.

Y, sobre esa resistencia a exhibirse, ¿sientes que componer sobre tus experiencias personales te hace más fuerte o más vulnerable?

Más fuerte. Es verdad que es contradictorio: me da mucho miedo ser vulnerable para una persona que me está diciendo que me quiere y, sin embargo, puedo abrirme a un montón de personas que no conozco. Con ellas, en el fondo, no me importa tanto. 

En 2022 publicas la autobiografía Tenía tanto que darte, donde expones tu trayectoria profesional y personal desde que diste el salto a la fama. ¿Hay algo que te asustara compartir? 

La separación con mi compañero de grupo. Siempre he intentado ser justa y comprender todas las partes, pero cada uno cuenta la historia desde sus propias gafas. Lo que yo viví es lo que está en el libro.

A veces voy saliendo de la escafandra y otras vuelvo a meterme

En él, hablas de una crisis personal que dura 15 años, ¿cómo te das cuenta de que sales de ella? 

Me di cuenta de que había salido del túnel cuando volví a bailar. Yo estuve bloqueada físicamente durante muchos años, y de pronto, hice click. Volví a ser esa chica despreocupada, sin presión por la fama y por el qué dirán. Bailando y liberándome físicamente es como me desbloqueé, el disfraz se me cayó de golpe y me comencé a curar. Y por eso, ahora bailo y dejo que mi cuerpo se mueva como le dé la real gana. Es una conquista personal de mi libertad.

¿Cómo explicarías ese bloqueo físico? 

Como si tuvieras un palo metido por el culo (ríe), como si tu cuerpo no te perteneciera.

¿Qué frenos tuviste a la hora de contar tus vivencias en el libro? 

Bueno, en realidad hay muchos secretos que no he contado todavía. O sea, yo creo que el libro es la punta del iceberg. Cuento que me evadí usando sustancias, alcohol y drogas… Pero no explico por qué me estaba evadiendo. Fue un libro en el que me expuse hasta cierto punto. 

Hablas también sobre tu perfeccionismo ¿Crees que eso te ha afectado aún más, por ser mujer en la industria musical?

Bueno, se nos exige ser jóvenes, guapas y talentosas; además de que nuestros shows tienen que ser mucho más espectaculares que los de los chicos. Eso es un hecho y es real. Entonces, partiendo de eso, nosotras tenemos que luchar mucho más. Un ejemplo es la edad: no se juzga a Leiva por la edad que tiene o por su físico. Pero otra mujer artista, de su misma edad, probablemente sea criticada por engordar más o menos, o por envejecer peor. 

¿Alguna experiencia personal al respecto? 

Pues, siempre que hay chicos alrededor, les preguntan a ellos lo que sea antes que a mí. Aunque sea mi historia. Y también la gente suele atribuir los méritos ingeniosos al productor u otro hombre. Sigue habiendo el prejuicio de que siempre es un chico el que está detrás de algo grande, siempre. 

Sigue habiendo el prejuicio de que siempre es un chico el que está detrás de algo grande, siempre

¿Crees que alguna vez la industria musical ha intentado aprovecharse de ti?

Sí, claro. Al final la música es una industria: en vez de vender coches, vende discos, canciones y ocio. Si pueden sacar dinero de ti por el camino más rápido, sin preocuparse por tu sensibilidad o por si tienes algo más profundo que aportar, lo harán.

¿Has sabido decir que no?

A veces sí, a veces no. A veces me he tragado cosas de frente. Con la experiencia vas aprendiendo, pero muchas veces piensas: “si no paso por aquí, no llegaré allí”. Y hay sacrificios que tienes que hacer.

La escafandra propone la historia de una relación, con planteamiento, nudo y desenlace. ¿Qué mensaje se obtiene de este relato?

Yo estaba contando una historia que inicia en la fase de idealización, cuando te enamoras de una persona, pero sin ser recíproco. Ahí una intenta ver señales donde no las hay. A mitad del disco, cuando aparece la canción Sueño, que es la que canto con Iván Ferreiro, ya sí eres consciente de que no es el amor que tú andabas buscando. Ahí termina la autoestima. Pero de pronto, te levantas con la canción de Discúlpeme señor, que es un tema de empoderamiento. Hay que intentar acabar arriba, que no te destruya lo que hay fuera. 

Ahora el empoderamiento tiene su propio lugar en tus canciones de amor. Sin embargo, cuando comenzaste a publicar música, con temas como Idiota, tratabas este sentimiento desde la dependencia y el dolor. ¿Es una transformación que has experimentado personalmente?

No es que yo haya cambiado mucho, ¿sabes? Belén Rueda decía en una entrevista que, conforme te haces mayor, no es que ya no te pasen cosas ni te dejen de afectar. Simplemente tardas menos tiempo en reponerte y aprendes a ponerles nombre. 

Hay que intentar acabar arriba, que no te destruya lo que hay fuera

¿En qué estás trabajando ahora?

Miguel Ríos y Nena Daconte se unen en un "canto por la paz" en Madrid para exigir el fin de la guerra en Gaza

Miguel Ríos y Nena Daconte se unen en un "canto por la paz" en Madrid para exigir el fin de la guerra en Gaza

Pues mira, estoy preparando el disco de los 20 años de carrera, que saldrá el año que viene. A partir de octubre empezaremos a lanzar cosillas, va a ser un disco muy guay. Los arreglos están basados especialmente en el directo, porque son canciones que sigo cantando delante de la gente. Entonces quiero trasladar ese concierto, plasmarlo en el disco y que quede ahí. 

Por último, ¿qué diferencia principalmente a Mai Meneses de María? 

Pues que Mai no bailaba. 

Más sobre este tema
stats