Sánchez y la OTAN
La última cumbre de la OTAN celebrada este martes y este miércoles en La Haya se lleva a cabo bajo sombras de alas negras, las de varios B-52 sobre la gran meseta de Irán un domingo cualquiera. Algunos periódicos se han adelantado a adjetivar como irrelevante la política de la UE en Irán y el Creciente Fértilo, pero el Nimitz más importante de los EEUU todavía sigue siendo España, como una plataforma terrestre que divide el Atlántico del Mediterráneo y sirve para decidir cosas. La geografía se venga cada día de Alberto Núñez Feijóo mientras oxigena la política de Pedro Sánchez, que la pone en valor recordando al Secretario General de la OTAN que su compromiso con el gasto militar y la Alianza Atlántica será del 2,1%. A Marc Rutte no le ha quedado otra que admitir la soberanía del reino de España y ha respondido admitiendo flexibilidad. Olvídense del 5%.
La Nueva Diplomacia Española ha vuelto a jugar la carta de la excepción ibérica. Ha puesto en valor su posición geográfica. Ha vuelto a dejar en ridículo a Alberto Núñez Feijóo. Si el orden mundial cambia sus reglas, que nadie descarte nuevos tratados sobre las bases militares estadounidenses instaladas en Morón y Rota. El papel de la base de Rota ha sido siempre fundamental en la estrategia del Pentágono en Oriente Medio. Kissinger le ha dicho desde su tumba a Marco Rubio que no apriete tanto el cuello de Pedro Sánchez. Efectivamente, de los siete destructores desplegados por la marina norteamericana entre el mar Rojo y la costa de Israel, tres tienen como punto de partida el puerto español. Además del Paul Ignatius y el Oscar Austin, estos últimos días ya se encontraba en la zona el Arleigh Burke, también con base en Rota.
Conviene ser prudentes tras el ataque de EEUU a Irán. El viejo imperio persa ha heredado una lengua y una civilización singulares en una variedad de formas que se remonta a varios milenios. La fotografía del domingo nos ofrecía la imagen de un imperio en declive y de otro que desapareció de los manuales de historia y que está dispuesto a emerger. El Irán de la Antigüedad fue el verdadero adversario político y cultural de Alejandro Magno, tanto como lo ha sido más de dos milenios después el enemigo de EEUU, los Estados del Golfo Pérsico e Israel. Desde Heródoto, Irán ha estado en el centro político del mundo. El Imperio de Darío ha vuelto a hablar otra vez con la gramática de los misiles. Mientras tanto, el resto del planeta observa atentamente si las aguas del estrecho de Ormuz se cerrarán o si, por el contrario, transitarán libremente por ellas los buques petroleros. Tanto con el sha como con los ayatolás, Irán, entonces como hoy, ha tenido la autoridad histórica y política para dar forma al Gran Oriente Medio en todas las áreas en las que los imperios persas ejercieron el dominio en otro tiempo.
La Nueva Diplomacia Española ha vuelto a jugar la carta de la excepción ibérica. Ha puesto en valor su posición geográfica. Ha vuelto a dejar en ridículo a Alberto Núñez Feijóo
Es muy probable que Trump vaya al choque con Sánchez en la cumbre de la OTAN. El empresario tiene la mosca detrás de la oreja con la relación que mantiene el presidente español con China. Sánchez se zambulle, en cada viaje a Pekín, sobre las tranquilas y apacibles aguas diplomáticas que llenan el estanque de los peces rojos. No lo duden, en la cumbre de Rutte todos pueden ir de farol. Y atentos. Sobre la mesa alguien puede indicar que determinados negocios no están cerrados. O los Chengdu J-20 chinos o los F35 USA. O la Ruta de la Seda o la Ruta del Algodón.
Parece que Trump está forzando a los aliados a que se olviden de China. El ataque a las tres plantas nucleares de Irán, donde no hay evidencia alguna de que exista uranio enriquecido, apunta a un intento de EEUU por torpedear cualquier alianza comercial entre la Europa mediterránea y el gran Imperio de Xi Jing Ping. Aunque Irán no es árabe, su desarrollo económico y tecnológico podría ejercer una enorme influencia sobe la emergente política del norte de África, incluido el Alto Nilo.
El ataque de EEUU a Irán nos habla de un nuevo Oriente Medio receptivo a China. Lo saben muy bien los saudíes: China llega a la mesa con muchos negocios y una necesidad feroz de petróleo procedente del Golfo. Sin sermones morales sobre derechos humanos ni democracia se negocia mucho mejor. Ya lo hemos visto en Qatar: sólo los EEUU pueden ofrecer seguridad a los árabes del Golfo. Pasarán muchos años hasta que China llegue a ser un hegemón militar. Sólo la preponderancia geográfica, militar y tecnológica de Irán, cercana al Creciente Fértil, podría dar un giro a todo esto.
Mientras tanto, Sánchez ha hablado claro sobre su compromiso del 2,1% del PIB en gasto militar con la OTAN. Se lo dijo el domingo por carta a Rutte y de viva voz a los españoles. Elijan ustedes. O Cúpula Social o Palio de Núñez Feijóo. La guerra y la OTAN han devuelto un poco de orden al Cafarnaúm político en el que estaban inmersos Pedro Sánchez y el PSOE. Este lunes, se hablaba en los papeles de misiles tanto como de José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Lo cierto es que cada declaración en el Tribunal Supremo es una fiesta de reporteros apostados a las puertas del Palacio construido por mi amiga la Marquesa de Braganza. La guerra, ya digo, y la OTAN han sido el asunto que hacía temblar el misterio de la actualidad, hasta que apareció el último auto del juez Peinado. Todo sería extrañamente puntual si no fuera porque Caballo Loco ha matado, un suponer, a la mujer de Pedro Sánchez.
