¡La banca siempre gana! Helena Resano
Voy a escribir un alegato en favor de una necesaria simpleza a la hora de interpretar las oscuridades de nuestro mundo complejo.
Los finales del mes de agosto están acostumbrados a despedir los días de vacaciones escolares para empezar a preparar el curso que viene. Aprovechan lo que queda en las orillas del mar, en los bosques de la sierra o en la tranquila lentitud de los relojes domésticos, pero necesitan acostumbrarse al regreso, así que preparan las libretas, los estuches y los nuevos libros de texto. En medio del torbellino crispado en el que vivimos y que ha afectado incluso el tiempo de vacaciones, conviene preparar una hoja de ruta para que las razones y el corazón no pierdan su sentido al mantener los compromisos de la propia ética. En mi libreta escribo la palabra sencillez. Porque en medio de la confusión, los bulos, las llamaradas, las barahúndas y los embrollos, hay algunas cosas que necesitamos entender con claridad.
Si empezamos por el peligroso panorama internacional, conviene comprender que la dictadura china se ha convertido en el gran rival de la producción capitalista para los millonarios norteamericanos. Buscar las ganancias económicas sin respetar derechos laborales y garantías cívicas puede hacerse con un Estado dictatorial fuerte, controlador de todo, o en nombre de una ideología neoliberal que liquide el Estado social bajo la ley salvaje del más fuerte. Esto último está ocurriendo en los EEUU de Trump, las manos libres de los millonarios que no quieren limitaciones institucionales de ningún tipo para sus negocios.
En su rivalidad con China, EEUU necesita atraer a Rusia, vieja aliada china, para tomar fuerza en su posición internacional. Necesita también decretar la muerte de los valores europeos fundados en la democracia social, una convivencia que no olvide la igualdad, los derechos cívicos y la justicia. Desacreditar a Europa es la estrategia para neutralizar los movimientos de Rusia en la competición con China. Todo esto, que genera muchas confusiones, debería estar claro.
El caballo de Troya de nuestra guerra son las redes sociales, plataformas en manos del griterío y de los millonarios
También debería estar claro que en la vida interior de cada país europeo, por debajo de las crispaciones, los insultos y la meditada degradación del prestigio de la política, hay dos dinámicas prioritarias. Por una parte, están las marionetas de los ricos que quieren vaciar de sentido la política para trabajar en nombre de las privatizaciones, favorecer los negocios particulares y limitar al máximo los derechos del Estado a la hora de cobrar impuestos. Su definición de la libertad se parece mucho a las manos libres del más fuerte. Por otra parte, están los partidarios de los servicios sociales, la sanidad y la educación pública, la decencia laboral, los salarios justos y la dignificación de las pensiones. Su definición de la libertad es inseparable de un orden social justo.
Es un resumen sencillo y simple, ya lo sé, y también sé que hay diferencias, matices, en ambos espacios. Pero a veces conviene defender la sencillez y comprender en su origen la tensión que vive nuestro mundo. El dinero de los millonarios que se invierte en polémicas, medios de comunicación domados, insultos, descréditos y arrebatos, no puede hacernos olvidar que hay mucho mandarín interesado en no pagar impuestos. Pretenden que la libertad deje de ser el orden de convivencia que asegure el respeto, la igualdad y la fraternidad. Estos mandarines, para competir con el autoritarismo sin escrúpulos de los dictadores, se visten de líderes del individualismo, cada uno a lo suyo, que gane el mejor, que se aguanten los fracasados y que el último cierre la puerta. Las ilusiones sociales están de sobra tanto en la perversión de las viejas revoluciones comunistas fracasadas como en la carrera neoliberal de los millonarios.
Estas simplezas deberían iluminar las confusiones públicas, pero también las purezas, impurezas y contradicciones privadas, si no queremos remar entre todos a favor de la corriente que intenta destruir la democracia, porque el individualismo antisistema deriva con facilidad en los fanatismos ideológicos y las indignaciones de la extrema derecha.
Tampoco debemos olvidar que el caballo de Troya de nuestra guerra son las redes sociales, plataformas en manos del griterío y de los millonarios.
Lo más...
Lo más...
LeídoPeramato reconoce ante el Congreso a García Ortiz y se compromete a sanar "la herida" de la Fiscalía
Manuel AltozanoIsrael participará en Eurovisión y varios países, entre ellos España, anuncian que no acudirán
infoLibreYolanda Díaz avisa en plena cumbre con Marruecos de que "no habrá cesión de tierra saharaui"
infoLibreGlosario sobre las ‘charos’ o cómo el odio misógino retuerce el lenguaje para atacar a las mujeres
Sabela Rodríguez ÁlvarezTu cita diaria con el periodismo que importa. Un avance exclusivo de las informaciones y opiniones que marcarán la agenda del día, seleccionado por la dirección de infoLibre.
Quiero recibirlaDoña María Moliner: 'Hasta que empieza a brillar'
Cartas de Maruja Mallo
Ana María Shua y su 'Cuerpo roto'
¡Hola, !
Gracias por sumarte. Ahora formas parte de la comunidad de infoLibre que hace posible un periodismo de investigación riguroso y honesto.
En tu perfil puedes elegir qué boletines recibir, modificar tus datos personales y tu cuota.